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Pasos para el desarrollo de una estrategia de innovación

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No basta con tener una buena idea. En el campo del desarrollo empresarial, es preciso tener claras las directrices a partir de las cuales vamos a ejecutar dicha idea y los pasos a seguir durante el proceso. A eso llamamos estrategia de innovación.

La estrategia de innovación es aquella que define la dirección de los proyectos de este tipo. Por más impactantes y disruptivas que parezcan, las ideas no se ponen en marcha ni se gestionan por sí solas. Su proceso de desarrollo es igual o incluso más importante como la idea en sí misma.

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Cinco pasos para una estrategia de innovación eficaz

Además, no podemos olvidarnos que al hablar de «estrategia» nos estamos refiriendo a algo estructurado, coordinado y transversal, que recorre toda la organización desde sus niveles más bajos hasta las altas instancias de dirección y gerencia.

En ese sentido, una buena estrategia que potencie el carácter innovador de una idea y, a la vez, que la haga factible y sostenible, debe tener claros los siguientes cinco pasos:

1) Constituir un plan a largo plazo:

Esta característica es la que distingue un proyecto de innovación de los llamados complementos incrementales sobre un producto o servicio, es decir, aquellas mejoras puntuales que se introducen para aumentar la satisfacción del cliente. Mientras los proyectos de innovación están pensados a largo plazo, los segundos sólo se implementan en el corto o mediano plazo. De hecho, para que una idea innovadora sea considerada como tal debe apuntar a escenarios futuros en los que las empresas crezcan de alguna forma.

2) Estimular la competitividad de la empresa:

El siguiente paso consiste en enfocar la estrategia de innovación de tal forma que las empresas aumenten su competitividad en el mercado en el que operan. La innovación no tiene como último fin deslumbrar o llamar la atención. Es una inversión que debe traducirse en un mejor posicionamiento y nuevos recursos a la hora de disputar un nicho de mercado.

3) Elaborar el plan de forma abierta:

La idea y las convicciones del proyecto innovador deben ser internas, pero la estrategia tiene que mirar siempre al exterior. O dicho de otra manera, ninguna empresa puede pretender innovar únicamente para sí misma. Es ese contacto permanente con el exterior (mercado, competencia, sector) es el que le ayudará a determinar la viabilidad y la funcionalidad del proyecto.

4) Tener concordancia con el entorno:

En relación con el punto anterior, es fundamental que la estrategia nunca pierda contacto con el entorno que rodea a la empresa, tanto el de carácter inmediato como el genérico. Debe ir estar en sintonía con el tiempo y con el lugar, así como ayudarle a descubrir nuevas oportunidades de inversión.

5) Capacidad de evolución con el paso del tiempo:

Las ideas verdaderamente innovadoras son aquellas que evolucionan a lo largo del tiempo y permiten incorporar el aprendizaje y los ajustes necesarios para adaptarse a los distintos contextos. Una buena estrategia de innovación también se ocupa de eso: cómo actualizar la idea inicial y aumentar el valor del proyecto y la capacidad competitiva de las empresas.

Por último, no olvides que al tratarse de un elemento estructural, el éxito de cualquier estrategia de innovación depende en buena medida del liderazgo que se asuma desde las instancias de dirección y gerencia. Este liderazgo, sumado a los cinco pasos que te hemos descrito, te ayudará a diseñar una estrategia realmente eficaz.

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