Turismo Latam 2022

Informe OBS: Turismo en América Latina, un análisis después de la pandemia

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El turismo en América Latina se recupera después de la pandemia.

Portada informe turismo en LATAM 2022

 

 

  • Perú, Chile y Ecuador han sido escogidos como los mejores destinos turísticos mundiales en distintas categorías en los World Travel Awards.
  • Las tendencias actuales en gestión turística urbana empujan a las ciudades a crear nuevas centralidades turísticas alejadas de los focos de más presión con el objetivo de diversificar los espacios y poner en valor otras zonas con alto potencial.
  • La pandemia dejó una serie de lecciones que impactan a la hora de percibir el turismo del presente y el futuro.
  • El turismo internacional en América Central, del Sur y el Caribe sobrepasaba los 73 millones de personas, antes de la pandemia, ahora intenta recuperarse aumentando en un 26% la llegada de vuelos internacionales.

El informe realiza una radiografía al Turismo en América Latina, un análisis después de pandemia y pone de manifiesto que tras la llegada de la pandemia, lo que conllevó el confinamiento a escala global, la limitación del movimiento local, regional y nacional y de fronteras entre países cerradas, el turismo a nivel general tractor importante de la economía, conoció el estancamiento.

Se analiza el significado de la pandemia para el turismo en América Latina, y es la propuesta para comprender una región sobre la base del viaje nacional e internacional, comprendiendo la dimensión socioeconómica y humanista de la experiencia turística.

Este informe aborda tres puntos importantes: el panorama del pasado para conocer algunos hitos del tiempo pre-pandémico; los valores constitutivos del turismo en América Latina y el impacto de la emergencia sanitaria en éstos; y finalmente, las condiciones actuales y el horizonte de los desafíos más acuciantes.

El turismo en América Latina: antecedentes y pandemia

La pandemia generó una situación inédita en el planeta, lo cual también fue evidente en América Latina: las personas confinadas, las calles despobladas y los viajes suspendidos durante meses; así, el turismo se redujo a su mínima expresión, después de años en alza y una diversificación de ofertas para los visitantes internacionales.

Hasta antes de la pandemia, del turismo dependía el 10 % del PIB del planeta y, asimismo, aseguraba el puesto de trabajo a una de cada diez personas del mundo, de acuerdo con la Organización Mundial del Turismo en 2017. El turismo internacional en América Central, del Sur y el Caribe sobrepasaba los 73 millones de personas, pero ninguna subregión cayó tanto a inicios de la pandemia por coronavirus como el Caribe, a efecto de las rigurosas restricciones del tráfico aéreo para su condición insular; aunque en el transcurso de 2020 se remontó el quiebre económico hasta rozar el 40 % de lo recaudado en 2019: “los ingresos por turismo pasaron de 58,4 a 24,5 millones de dólares estadounidenses” (Statista Research Department, 2022). Sin embargo, los números no son mejores en Centro y Sudamérica; por ejemplo, en el caso del Perú, que en 2019 atrajo a unos 4.300.000 de visitantes internacionales con Machu Picchu como eje supremo de interés global, al año siguiente pasó a recibir la quinta parte. Es así que, solamente un tercio de los países de América Latina y el Caribe lograron captar más de un millón de turistas en 2020. Por otro lado, México fue el país que sufrió el menor impacto, sobre todo por el flujo de estadounidenses; tanto así, que recibió casi diez veces más visitantes internacionales que el segundo de América Latina: Puerto Rico, un estado de la Unión, que consiguió superar los dos millones y medio de personas.

Al año siguiente, el panorama para las Américas fue cambiando. De acuerdo con el barómetro de la Organización Mundial del Turismo del primer semestre de 2021, las Américas es la región con la menor caída de visitantes internacionales: hay un registro de -72 %; esto es, después de África, Oriente Medio, Europa y Asia Pacífico, donde el desplome alcanzó el 95 %.

Cuestiones esenciales del turismo contemporáneo

El turismo en América Latina ha estado determinado por focos de interés tan visitados como explotados, de tal modo que solo unas cuantas ciudades son las que generan una poderosa atracción de los visitantes internacionales. Tradicionalmente, los polos han sido Sao Paulo, Ciudad de México y Buenos Aires, que además son las ciudades en que es mayor el gasto de los turistas por su amplia oferta de esparcimiento, cultura y posibilidades de negocios. El turismo modifica los territorios donde se instala y desarrolla, ya sea la ciudad o el campo, incluso esa isla semidesierta a donde se llega en condición de aventurero. Así, con su prosperidad, el turismo modifica las formas del intercambio económico y el tejido laboral. Hay ciudades de América Latina que, comprometidas con sus proyectos turísticos, se encaminaron a resolver los conflictos que aquejaban a su ciudadanía, como la violencia en Medellín o la pacificación de las favelas en Río de Janeiro. Urbes tentaculares como Ciudad de México o Buenos Aires han afirmado su multipolaridad y están hiperconectadas a sus respectivas inmensidades.

Después de la pandemia, el turismo en América Latina

Se proyectaba que en 2022 los viajes en adelante mantendrían los paradigmas de la sostenibilidad, entendida como una modalidad de turismo que intenta ser respetuosa con los entornos naturales y las condiciones urbanas de los focos de atracción que se visitan, y de la tecnología, tanto para garantizar la seguridad como para acceder a boletos o reservas de alojamiento y contar con esa hiperconectividad que favorece los recorridos.

Y es así que, en el primer trimestre de 2022 y bajo el “escenario de recuperación global de hasta el 41 % de los viajes internacionales, -59 % respecto a 2019, en América del Norte han llegado 39 % y América Latina y el Caribe solo 26 %” (Análisis de ForwardKeys, 2022). La región va remontando lo sucedido en 2021 y 2020, aunque con notorias diferentes entre sus diversos países.

El impulso en 2022 se sustenta en las valoraciones internacionales del año previo. Por ejemplo, en los casos de “Perú, Chile y Ecuador. Estos tres países de América Latina han sido escogidos como los mejores destinos turísticos mundiales en distintas categorías en los World Travel Awards” (Redacción BBC News Mundo, 2021). El primero como mejor destino culinario y cultural, el segundo como mejor destino de aventuras y el tercero como mejor destino ecológico.

Si bien el viajero latinoamericano comienza sus aventuras internacionales en los países de la región con destinos en Santiago de Chile, Río de Janeiro, Buenos Aires, San Andrés, Cusco y Cancún, tanto por la proximidad, el idioma en común y costos más asequibles; a fines de la pandemia prosperó la inclinación hacia el recorrido europeo: ciudades como Londres y París, Barcelona y Madrid; esta última, por supuesto, a raíz de los “vuelos regulares con la mayoría de países de América Latina y el Caribe, lazos familiares con los viajeros y múltiples conexiones aéreas con el resto de Europa” (Rodríguez, 2021).

La pandemia dejó una serie de lecciones que impactan a la hora de percibir el turismo del presente y el futuro; por un lado, que seguirán cotizando al alza los sitios despoblados, aquellos que conjuguen la experiencia de lo natural y lo cultural, pero que desde el glamour o lo rústico eviten el contacto masivo. Esto es algo en lo que destaca América Latina, con inmensos territorios para el aprovechamiento turístico en las selvas, las punas y las pampas, incluso en los desiertos y sus planicies.

Dentro de las conclusiones que este informe nos deja es que la pandemia no dejó herido de muerte al turismo en América Latina, pero sí consiguió debilitarlo. Y este regreso conlleva varios retos que es necesario afrontar con la máxima responsabilidad y seriedad. En primer lugar, lo que atañe a las retribuciones monetarias y simbólicas de las personas que dedican su vida laboral a este rubro.


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