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¿Educación tradicional o educación online?

Noticia |

Las generaciones predecesoras a los millenials somos el fruto de lo que se conoce como la “Educación tradicional” (efectivamente acabo de declarar hacia donde se inclina mi edad). Educación que nos ha hecho conocer cómo huelen las páginas de un manual, el sonido que provoca el trazo de un lápiz al escribir nuestro nombre, o saber que una simple gota de tinta puede provocar un recuerdo imborrable en un guardapolvo blanco (En Argentina en la escuela primaria y secundaria pública los niños lucían guardapolvos blancos, representando un emblema en la educación. Hoy esta tradición sólo se conserva en algunas escuelas.). Ni hablar de una penitencia por correr en un recreo o tener la osadía de haber tirado un trozo de tiza que tuvo la mala suerte de caer al lado del maestro...

No se trata de un guion extraído de una ficción de antaño…esto pasó y no fue hace tanto. Es que el tiempo vuela, como volaban los avioncitos de papel que hacíamos con una hoja arrancada de un cuaderno.

Un poco de nostalgia viene bien para comprender que el paso del tiempo es inevitable, pero que también lo es el avance que lo acompaña. Nadie puede dejar de admitir la importancia que implica el acompañamiento presencial de un profesor en el aprendizaje, o la sociabilización que provoca compartir un pupitre o libro de lectura. Pero tampoco podemos negar que todo lado positivo tiene su opuesto y en este caso en particular podríamos definirlo como ¨limitantes¨. Limitantes por distancia, por tiempo, de espacio, de cupo disponible, económicos, de accesibilidad, de estructura, geográficos, de salud y podríamos nombrar tantos como personas que hayan transitado este camino, o que no hayan podido hacerlo.

El paso del tiempo conjugado con la atracción que provoca la innovación para la humanidad ha dado paso a continuas revoluciones que nos han obligado a evolucionar. Para algunos habrá sido para bien y otros no estarán tan de acuerdo, pero nadie puede negar que somos una especie que busca y provoca esa evolución. Acá estamos pues, frente a una revolución tecnológica que ha obligado a algunas generaciones a desaprender para aprender algo completamente distinto, mientras que otras generaciones simplemente quedarían paralizadas si le extirpasen un dispositivo que ya tiene características de órgano humano por su imprescindibilidad. ¿Qué paradoja verdad? distintas generaciones conviviendo con tan poca diferencia de edad, pero con tanta distancia en las metodologías de aprendizaje a las que tuvieron y tienen acceso.

Y acá estamos, frente a una disyuntiva entre Educación tradicional vs. Educación online. ¿Podemos decir que una es mejor que la otra? ¿Cuál es más efectiva? ¿Acaso un acompañamiento docente no se puede también hacer en vivo aun estando a kilómetros de distancia? Seguramente encontraremos muchas opiniones, algunas parecidas, otras completamente opuestas; pero muchos coincidirán en decir: Depende.

Para intentar darle sentido a ese “depende”, veamos algunas características que encontramos en ambas metodologías, pero para que sea más desafiante, no vamos a identificar a cuál pertenece cada una, veamos qué sucede si no condicionamos a nuestra mente y hacemos una sola lista. ¿Somos capaces de decir a qué metodología responde cada una? Quizás después de todo, no existan diferencias y hasta podamos eliminar el “versus”, todo es cuestión de nuestra percepción:

  • Profesor y alumno compartiendo el mismo espacio de tiempo, pudiendo dialogar, verse, escuchar el tono de voz y hasta compartir comunicación no verbal.
  • Podemos realizar una consulta cuando se nos presente la duda, y obtener una respuesta en forma inmediata.
  • Tenemos un mundo de conocimiento a nuestro alcance.
  • La inversión de dinero y tiempo requerido es accesible.
  • Podemos aprender y estudiar en grupo.
  • Podemos respetar a nuestros compañeros pidiendo permiso y siendo ordenados cuando queremos intervenir en una clase.
  • Tenemos la flexibilidad de poder estudiar en nuestro horario más productivo.
  • Podemos acomodar los horarios a medida.
  • Podemos interactuar, intercambiar e integrarnos con otras culturas y latitudes.
  • Podemos compartir familia y educación al mismo tiempo.
  • Podemos aprender con el instructor, profesor, maestro de nuestra preferencia.
  • Podemos acceder a la carrera que siempre quisimos.
  • Tenemos la bibliografía que necesitamos a nuestra disposición.
  • Podemos aprovechar cada momento para estudiar.
  • El ritmo de aprendizaje es autónomo.
  • Dejemos este punto para que fluya la autorreflexión.

Ahora…

¿Podemos hablar de dos metodologías distintas o de una evolución de la metodología?

Silvina Santilli, Embajadora Digital

Club Alumni OBS Argentina