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Agile: el método de los proyectos más puntuales

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¿Existe una fórmula mágica para evitar retrasos en los proyectos? ¿Es posible tener la certeza de que el equipo será capaz de reaccionar ante cualquier cambio o circunstancia imprevista? Lo cierto es que lo más parecido es el enfoque ágil para la gestión de proyectos. Hoy día, agile ha saltado del entorno informático, ampliando su horizonte a todas las industrias. Empresas de todo tipo y sector se deciden a dar el paso que implica cambiar su forma de plantear y gestionar proyectos, para, a cambio, contar con la seguridad que da este enfoque.


Para muchos un rotundo cambio a mejor, para otros mucho más que eso, una ideología. Y es que agile demuestra que merece la pena el esfuerzo de adaptarse a sus principios rectores cuando la recompensa es el aprovechamiento de oportunidades, el posicionamiento en el mercado y la satisfacción del cliente.


 


El método agile: principales beneficios


Pese a que comenzó siendo un método de desarrollo de software, en la actualidad agile es la clave del éxito de muchos proyectos diferentes. Este enfoque beneficia a las empresas que lo adoptan por muchos motivos diferentes, como los siguientes:


 



  1. Mejora el trabajo en equipo y disminuye la conflictividad laboral. Algunas prácticas ágiles como la planificación de sprints o los stand up meetings brindan el tiempo y el espacio para que los equipos colaboren y establezcan relaciones entre ellos. Las reuniones diarias ayudan a las personas a identificar posibles oportunidades de colaboración que luego pueden seguir. Y no sólo eso, sino que, a través de retrospectivas, los equipos reflexionan periódicamente sobre la experiencia de colaboración y se retroalimentan entre sí para mejorarla. El final de la revisión de sprint da una sensación de logro y significado al trabajo del equipo, motivando a sus integrantes y reforzando el valor de la colaboración.



  1. Aumenta la satisfacción de los grupos de interés. Clientes y usuarios están muy involucrados en el proceso puesto que su visión es esencial para que el equipo pueda asegurar la creación de valor. En base a iteraciones, el proyecto va avanzando siempre contando con los grupos de interés, que se sienten comprometidos y parte del proceso. Además, su nivel de satisfacción es muy superior al que se alcanza en otros proyectos ya que agile permite corregir errores, introducir modificaciones y probar nuevas ideas en tiempo real.



  1. Se eleva el ROI de las iniciativas. Al lograrse un tiempo de comercialización más rápido, la inversión se traduce en rentabilidad en menor tiempo. En lugar de pasar meses esperando para lanzar un producto con todas las características que se intuye que desea el cliente o usuario, en un plazo que suele estar entre las dos y las tres o cuatro semanas se completa un producto listo para ser entregado y perfectamente adaptado a lo que el cliente quiere en ese momento.


 


El ahorro de costes, la transparencia organizacional o la motivación en el trabajo son otras de las ventajas de agile, que ya han constatado las empresas que han decidido cambiar su enfoque de trabajo. ¿Pensando en adoptar esta metodología?