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Cómo gestionar el Marketing Personal

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El tema de la marca personal o personal branding,  empieza a ser recurrente. Algo de lo que sólo se ocupaban quienes tenían una personalidad pública. Pero con las nuevas tecnologías todos nos hemos convertido en “personas públicas”, porque, como vimos en el post anterior (Identidad Digital: qué ve la gente cuando te googlea) basta con que alguien googlee nuestro nombre, para que éste aparezca en una lista de resultados.

Y si bien hoy esos resultados pueden ser neutros o intrascendentes, en la medida en que los hábitos de iniciar cualquier búsqueda en Internet sigan aumentando, nuestro futuro como profesionales va a depender de cómo hayamos gestionado nuestra identidad en el entorno digital.

Las organizaciones ya están mirando la imagen que proyecta cada uno de sus empleados porque, la forma en que una persona es percibida por clientes y proveedores, influye en la propia organización. Ni hablar si se trata de profesionales independientes, donde lo que se perciba va a ser determinante para contratar los servicios o comprar los productos que ofrecen.

Por esto es importante saber, primero, que “no podemos crear una imagen de marca de nosotros mismos”. Es decir, todos tenemos una marca personal – aunque no lo sepamos -  porque tan pronto conocemos a alguien, esa persona nos etiqueta.

Esto significa que ya no está en nuestras manos “crear nuestra marca”, sino gestionarla.

Y lo que vamos a gestionar, no es la “imagen” que proyecta esa marca, porque ésta la poseen los demás – no nos pertenece – sino que vamos a gestionar nuestra Identidad, que es lo que sí poseemos. Y en función de la gestión que hagamos, podremos mejorar y potenciar la imagen que proyectamos.

Hoy la construcción en el tiempo de la marca personal, forma parte de las habilidades que se esperan de un buen líder y ésta se construye con el contacto y no con impacto. Porque no se trata de “vender”, sino de construir reputación personal convirtiéndose en un profesional de referencia, confiable, coherente y fácil de encontrar.

Por tanto, lo primero que tenemos que gestionar es la Presencia y el punto de partida es Linkedin. Segundo apuntar a  la Visibilidad trabajando nuestro networking a través de esta red y formando parte de los grupos que nos ayuden en  nuestro posicionamiento. En tercer lugar debemos avanzar para conseguir Notoriedad, compartiendo y generando contenido útil para nuestras audiencias (futuros empleadores o futuros clientes) a través de Linkedin y Twitter principalmente. Y finalmente, trabajar sobre nuestra Popularidad, es decir que gracias a la calidad de lo que compartimos, los demás repliquen el contenido.

Poner en marcha un plan de marketing personal, es el desafío más difícil que existe, pero se ha vuelto imprescindible en este mundo digitalizado y globalizado.

La estrategia de posicionamiento descansa en 3 pilares:

  • Utilidad (lo que publico/comparto es útil para otros).
  • Fiabilidad (la gente confía en mi expertise y mis criterios de selección).
  • Visibilidad (la gente me ve, me lee y replica el contenido).

Lo fundamental es no perder el foco, y que todo aquello que compartimos o publicamos y que va a ser asociado a nuestra marca personal (nuestros valores y profesionalismo) nos ayude a posicionarnos a nivel global, pero siempre dentro del sector en el que tenemos algo que aportar, con la intención de convertirnos en referentes y aparecer como tal en los buscadores y en los medios conectados a la red.

Igual que con una empresa, la construcción de marca lleva tiempo y recursos. La diferencia es que la marca de una empresa se puede posicionar con dinero, mientras que el personal branding,  demanda involucración personal, tiempo, esfuerzo, persistencia y mucha paciencia.

Como sabemos, al fin al cabo una marca es una huella, hoy una huella digital, que como hemos tratado muchas veces, no se puede borrar. Por eso, por pereza que nos dé, más temprano que tarde, vamos a tener que trabajar en nuestro personal branding.