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¿Cómo liderar equipos de trabajo en proyectos industriales?

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Los proyectos industriales son generalmente más complejos que los de otras áreas de intervención. Al igual que la arquitectura, la industria supone la ejecución de obras con un alto grado de complejidad.

Esta característica se debe sobre todo a las tareas previstas en los proyectos, las cuales suelen ser numerosas y en muchos casos derivan en labores de segundo o tercer orden. Además, no necesariamente deben ser ejecutadas de forma consecutiva; algunas veces se requiera de una realización simultánea. También influye el número de miembros que participan. No es lo mismo llevar a cabo proyectos con grupos pequeños que con equipos de trabajo numerosos. Mientras más personas se unan a la ejecución, mayor será el grado de complejidad. De ahí la importancia de contar con un buen líder de proyectos. La persona que ocupe este cargo no sólo debe conocer las habilidades básicas de liderazgo en cualquier campo o disciplina. También es necesario que  se haya desempeñado como gestor de procesos en el sector de la industria. ¿Qué cualidades, además de las de carácter genérico, debe tener un líder de proyectos en el sector industrial? ¿En qué puntos se debe centrar la gestión de equipos? ¿Cómo se desarrollan estas habilidades específicas?  

El sector industrial y la dirección de equipos

Para empezar, la dirección de equipos en este sector requiere de una alta cualificación y preparación. La persona encargada debe tener elementos especializados sobre gestión del talento humano, los aspectos técnicos, los materiales, la maquinaria empleada, las nuevas tecnologías, entre otros. Pero, sobre todo, el énfasis debe estar puesto en la dirección del personal. Recordemos que un proyecto de estas características necesita, generalmente, equipos de trabajo que para la dirección son catalogados como de «alto desempeño». Hagamos un repaso por los elementos básicos que se requieren para dirigir equipos de forma exitosa en este terreno:

  • Enfatizar objetivos. Para cualquier proyecto es fundamental tener claros los objetivos que se persiguen. Sin embargo, en este caso, dado que las tareas que se delegan suponen dificultades añadidas, el énfasis debe ser doble con el objetivo de evitar fallos de ejecución o de enfoque.
  • Establecer puntos de control. Como las tareas son complejas, requieren de mucha más atención y monitorización. Un buen gestor de quipos industriales fija puntos de control y evaluaciones permanentes que le permitan conocer de primera mano la evolución de las tareas designadas.
  • Graficar los procesos. Una buena manera de comprender los proyectos es a través de diagramas o gráficos. El responsable puede establecer reuniones con sus equipos de trabajo para enseñarles dichos diagramas y mantenerlos al tanto de lo realizado. Esto mejora la perspectiva de las tareas.
  • Informar permanentemente. La complejidad de las tareas obliga a emplear una comunicación fluida y permanente entre el responsable del proyecto y sus equipos. La clave está en el contacto directo y en habilitar canales para que los mensajes tengan el destinatario adecuado.
  • Intervención inmediata y eficaz. Si el fallo en un proyecto genérico puede ocasionar consecuencias irreversibles, en un proyecto industrial esto es todavía más notorio. La intervención debe ser inmediata y puntual. El responsable de un proyecto de estas características debe saber, de entrada, que cualquier error puede echar a perder lo conseguido en etapas previas.