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Competencias digitales: volver a estudiar

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Creo que hemos tenido suerte. Nos ha tocado vivir una época de la historia interesante en todos los aspectos. Una etapa caracterizada por la aceleración del tiempo y del cambio. Una etapa en la que recibimos más inputs de los que podemos procesar. Se nos invita a hacer más en menos tiempo. El mutitasking es una forma de ensanchar el tiempo para hacer y consumir más durante el mismo tiempo. Hay abundancia, alternativas infinitas. Aceleración en estado puro.


Esta abundancia junto con la apatía por lo actual y la eterna búsqueda de lo nuevo convierte en obsoleto el hoy. Es el caso de los conocimientos. Hace pocos años sabías que tu etapa de estudiante te garantizaba ser competitivo durante toda tu carrera profesional. La fase de adquisición de conocimientos y la de su aplicación estaban claramente diferenciadas. Eran secuenciales. Hoy los conocimientos pierden su vigencia en apenas una década. Nos repiten machaconamente que hay que desaprender para poder aprender de nuevo. Dejar atrás lo viejo para abrazar la novedad que supuestamente es mejor. Esto implica adquirir nuevos conocimientos, habilidades y competencias profesionales para triunfar en este nuevo contexto. Son las consecuencias de un mundo acelerado. Las etapas de adquisición y aplicación de conocimientos se solapan. Vamos al aprendizaje continuo y constante para seguir siendo competitivo en el mundo digital. En este artículo quiero centrarme en cuatro competencias que considero esenciales:


Gestión de la información


Hemos pasado del “información es poder “ al “la información quiere ser libre”. La sociedad digital ha supuesto una explosión en la creación, consumo y distribución de contenidos en todo tipo de formatos. La digitalización de las organizaciones ha aumentado exponencialmente la capacidad de captura y almacenamiento de datos. El resultado final es un tsunami de información que hemos de gestionar de la mejor forma posible. Esto implica saber discriminar, filtrar, curar y priorizar esta información para la toma de decisiones. Hemos pasado de la escasez a la abundancia, pero seguimos teniendo que tomar decisiones en un contexto de incertidumbre. La diferencia es que ahora sobre nuestra mesa hay más datos de los que nuestra capacidad cognitiva puede procesar.


Pensamiento y análisis crítico


Consecuencia de la anterior. La abundancia de información no siempre facilita la toma de decisiones. No sólo por su cantidad sino porqué mucha de esta información es contradictoria sin necesidad de ser errónea. Importa cómo la gestionas pero también como la analizas e interpretas. La información es un input. Las decisiones el output. Y ese output ha de producir un outcome. Por ello es importante dudar, cuestionar todo cuanto nos rodea. Hay que hacerse las preguntas adecuadas y tener un punto de escepticismo vital. Aunque puede parecer increíble, igual no siempre tienes la razón.


Colaboración


No hay organización que pueda hacerlo todo, y menos hacerlo bien. Primero porqué hay mucho que hacer. Los negocios son muy competitivos debido a la globalización y la democratización de la tecnología. Una startup de pocas personas puede competir con una multinacional consolidada. Segundo porqué es ingenuo pensar que el mejor talento reside en tu organización. Las aspiraciones y los valores de la nueva generación de trabajadores de la sociedad y economía del conocimiento es diferente al de la anterior sociedad industrial. Valoran más aspectos relacionados con la realización personal, la flexibilidad para conciliar vida personal y profesional, el intentar desarrollar una idea que el salario estable de un proyecto poco retador. Por lo que para seguir siendo competitivo las organizaciones están obligadas a crear redes de colaboración más allá de sus fronteras corporativas. Esto configura una nueva forma de organizar el trabajo. Hay muchos ejemplos (basecampautomatticarticulate) de organizaciones exitosas con equipos trabajando remotamente desde cualquier punto del mundo. Asume que hay mucho talento que no quiere formar parte de tu organización. Los necesitas más que ellos te necesitan a ti. Por lo que hay que colaborar desde la humildad.


La colaboración requiere un cambio de actitud y habilidades. Demanda empatizar, escuchar activamente, razonar tus argumentos, comunicar tus puntos de vista, etc. Muchas de las cuáles no hemos desarrollado ni utilizado en un mundo jerárquico donde funciona el ordeno y mando. Hay mucho que aprender.


Comunicación en entornos digitales


El paradigma de comunicación ha cambiado radicalmente. De ser unilateral, dominante y soberbio por parte de las organizaciones a tener que dialogar de tú a tú con sus stakeholders. De controlar los mensajes y los medios a ser un perfil más dentro de las plataformas sociales que dominan la conversación. Conversaciones que suceden en tiempo real y a escala global. Es un cambio de 180º que obliga a los profesionales de la comunicación no solo a dominar nuevas herramientas, lenguajes, formatos y heurísticas, sino también a un cambio de actitud donde la transparencia, la humildad y la sensibilidad a los problemas de los clientes son una prioridad. Quizás puede parecer obvio pero hay muchas organizaciones que están fracasando en esta transición.


Estas cuatro competencias anteriormente comentadas forman parte de un kit mayor de conocimientos, habilidades y competencias que son necesarias para un mundo digital y acelerado como el actual. Por lo que tocará volver a estudiar.


(Fotografía: William Bout on Unsplash)