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El ciclo de Deming como herramienta para liderar con eficacia

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Liderar con eficacia requiere resolver problemas, muchas veces, complejos. El ciclo de Deming es una herramienta que ayuda a conseguir este objetivo desde un procedimiento marcado en 4 etapas. En momentos complicados, aunque a tu alrededor exista un caos, lo ideal es gestionar los imprevistos de un modo sistemático y pragmático.

Resolver problemas como vía de crecer como líder

Los problemas no suelen gustar a nadie. La gente suele esquivarlos o intentar traspasarlos lo antes posible. Sin embargo, la resolución de problemas es imprescindible y las organizaciones necesitan a personas capaces de gestionarlos con éxito. Solo los verdaderos líderes se hacen responsables de las circunstancias complicadas con el objetivo de encontrar el mejor modo de solucionarlas. En este sentido, el liderazgo es una pieza vital en las organizaciones.

Ser capaces de solucionar situaciones complejas sienta un precedente de esa persona como alguien capaz de lidiar con obstáculos. Con ello, afianza su posición de líder y de referente en el grupo. Para resolver problemas también existe una herramienta específica para abordarlos y un proceso de trabajo probado que da buenos resultados: el ciclo de Deming.

Qué es el ciclo de Deming

El ciclo de Deming es una metodología de gestión desarrollada por William edwards Deming, que tiene como objetivo la mejora continua. También se conoce como “ciclo PDCA” porque consta de cuatro pasos: planificar (plan), hacer (do), verificar (check) y actuar (act).

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Las 4 etapas del ciclo de Deming

El ciclo de Deming sigue un proceso de trabajo, en el que se desarrollan las siguientes tareas:

Planificar

El primer paso es definir la situación. Es decir, analizar y entender cuál es el problema. En esta etapa es frecuente que se realicen reuniones, análisis de detalle, investigaciones, etc. Todo ello aporta claridad e información objetiva sobre lo que está ocurriendo.

Una vez se ha definido claramente el problema, debe plantearse una estrategia o secuencia de actividades a realizar para mejorar la situación. El objetivo es convertir en oportunidad el problema que ha surgido y solucionarlo. En este punto, es necesario desarrollar como mínimo un plan de acción detallado, que incluya acciones, fechas y responsables.

Hacer

La segunda etapa es la ejecución de lo planificado. Es el momento de poner en marcha cada una de las actividades planteadas cumpliendo con los parámetros establecidos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que pueden surgir imprevistos, que obligarán a readaptar el calendario y a modificar algunos aspectos. En este sentido, necesario ser flexibles y avanzar de un modo adaptativo para asegurar los mejores resultados posibles.

Verificar

En la etapa de verificación es necesario evaluar en qué medida se ha cumplido lo planificado. Como decía Lord Kelvin “lo que no se mide no se puede mejorar”. Para poder controlar el grado de avance es necesario medir el cumplimiento del plan. En esta fase se evalúan los resultados con base en los KPI (indicadores) seleccionados para cada objetivo.  

Actuar

En la “última” etapa del ciclo de Deming se toman decisiones con base en la experiencia. A partir de los resultados obtenidos, se aprende qué funciona y qué no.

Si hubo errores o fallos, se definen acciones correctivas. Si, por el contrario, los resultados han sido óptimos, se deja constancia del plan realizado y se integra dentro de los procesos empresariales.

Ventajas del ciclo de Deming

Las ventajas del ciclo de Deming son claras ya que:

  • Marca un procedimiento a seguir. Es decir, obliga a desarrollar una fase de planificación y a realizar un control de gestión, aspectos fundamentales en la gestión de problemas.
  • Contribuye a la mejora continua de la organización.
  • Implica a todo el equipo en la resolución de problemas: con ello, sumamos las visiones diversas de todas las personas que participan en el proyecto.
  • Establece principios y políticas para impedir que esos problemas vuelvan a surgir.

Afrontar la adversidad forma parte de las funciones del líder y hacerlo adecuadamente marca una diferencia en la gestión de una empresa. En este sentido, aplicar una metodología práctica como el ciclo de Deming es altamente recomendable. Con ello, se consigue optimizar la resolución de retos y conseguir una mejora continua. Si quieres saber más sobre liderazgo empresarial, te recomendamos visitar la oferta de másteres de OBS Business School, la primera escuela de negocios 100% online.