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Inteligencia económica: el secreto de los rivales más fuertes

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La información permite al negocio mantenerse, diferenciarse y posicionarse. La inteligencia económica es el medio que permite alcanzar las metas empresariales, gracias a un conocimiento más profundo del entorno y de la propia compañía.

La inteligencia económica eleva las probabilidades de supervivencia del negocio, pero también impulsa su capacidad de adaptación promoviendo la toma de decisiones abiertas a la innovación y orientadas al futuro.

Por qué las empresas necesitan cultivar su inteligencia económica

El acceso al conocimiento es cada vez más cómodo y sencillo. La tecnología ha hecho posible su democratización y esto supone una gran ventaja para las empresas. Si bien, hay que tener en cuenta que, del mismo modo que esto supone una importante fuente de oportunidades, también lo es de amenazas, ya que todos los actores del mercado tienen a su disposición más datos que nunca.

La organización queda más expuesta ante sus competidores y, aunque se trata de un riesgo, también es un aliciente para ganar en agilidad y hacer una gestión inteligente de la información que permita:

  • Conocer mejor la propia empresa y sus procesos internos.
  • Comprender y anticipar su entorno y todo lo que la rodea, de los competidores clave, a las tendencias.
  • Prevenir riesgos y mejorar la capacidad de adaptarse a los cambios.
  • Ejercer mayor influencia sobre los mercados.

En este sentido, resulta indispensable conocer las acciones de la competencia, para poder mantenerse un paso por delante de ellos. Por lo tanto, es necesario valerse de los medios que harán crecer la inteligencia económica del negocio al informar acerca de la estrategia de los competidores en términos de investigación, producción y ventas.

Si un agente económico quiere producir más y más barato, entonces la competencia debe estar preparada para contrarrestar rápidamente este movimiento. La ventaja competitiva se obtiene mediante información y los datos son la base de la inteligencia económica corporativa, que tiene como objetivos:

  1. Transformar la información en conocimiento.
  2. Convertir el conocimiento en valor sostenible.

En la actualidad es imposible hablar de inteligencia económica sin hacerlo de seguridad y contrainteligencia. Como se mencionaba en líneas precedentes, igual que cada empresa investiga en la competencia. Todos los negocios son analizados por el resto de actores del mercado: competidores, sí, pero también clientes o proveedores, entre otros.

Proteger los activos informacionales del negocio aumenta el control sobre la inteligencia económica del resto de fuerzas del mercado, aumentando el margen de maniobra de la organización al entregarle un tiempo extra que puede resultar determinante en un entorno tan competitivo como el actual.

Cómo aumentar la inteligencia económica de la empresa

La inteligencia económica, en la práctica, se basa en recopilar, analizar y sintetizar los datos y la información disponible. Se trata de datos que pueden conseguirse de una variedad de fuentes como los bancos de datos, la prensa, publicaciones especializadas, seminarios e Internet.

Además de llevar a cabo el análisis externo de una empresa o realizar simulaciones y analíticas what if, la inteligencia económica y el conocimiento que el negocio acumula sobre esta materia puede nutrirse de aportaciones como las siguientes:

  • Formación y capacitación a la plantilla.
  • Desarrollo de capacidades específicas en los especialistas.
  • Creación de plataformas de cooperación.

Una vez más, talento y tecnología se integran para aumentar las capacidades de la organización y ampliar su visión, en este caso, gracias a la inteligencia económica.

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