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La Creatividad y la Piratería

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Una noticia relacionada con la piratería recientemente publicada ha llamado mi atención por las singularidades que presenta el caso. Según el relato del diario El Periódico, el actor Bobby J. Coleman compró un DVD de la película titulada “Capitán América: Civil war”, a un vendedor ambulante que encontró en una gasolinera. Lo sorprendente de esta historia, es que cuando el actor intento visualizar la película, en su lugar, se encontró con  el hombre que le vendió el DVD quién resultó ser el protagonista del contenido y la persona que narraba el film, ayudado de dos personajes en miniatura. El actor colgó la foto en su espacio de Facebook, lo que hizo que esta historia haya tenido gran repercusión en los medios.

Esta noticia me ha llevado a reflexionar sobre diversos aspectos relacionados con el fenómeno de la piratería, que me gustaría compartir.

En primer lugar me gustaría destacar que esta anécdota proviene de una persona de la industria del entretenimiento. Sin lugar a dudas, los actores son parte de este importante sector de actividad ya que sus ingresos provienen de la venta y difusión de contenidos. Por esa razón resulta sorprendente que un artista haya comprado un producto falsificado. Y ello me lleva a preguntar si realmente la venta de productos falsificados supone pérdidas para la industria del entretenimiento y si esta merma de ingresos de alguna manera afecta a los actores.

Es preciso recordar que la cuantificación de las pérdidas que reporta la industria ha sido cuestionada en distintas ocasiones e incluso se han elaborado informes al respecto. Si bien, este hecho aislado no puede ser determinante para dar una respuesta al problema, no deja de ser un ejemplo que pone de manifiesto que posiblemente las enormes pérdidas que ocasiona la piratería no sean tan dramáticas. En cualquier caso, constituye una muestra de la aceptación de la práctica, incluso por aquellos que resultarían perjudicados.

Otra cuestión que merece la pena destacar es la originalidad del pirata. No cabe duda que para promocionar la venta de sus contenidos ha utilizado el título de una conocida película, más sin embargo, no se podría calificar como producto falsificado ya que la grabación no es una copia de la película, sino que el personaje ha creado su propia versión.

Esta circunstancia nos lleva a preguntarnos si se ha efectuado una utilización ilícita de la obra y como consecuencia se ha creado una nueva que podría ser una obra derivada sin autorización, lo que supone una infracción al derecho de autor. Otra posibilidad que podríamos contemplar es que estemos frente a una nueva obra, que únicamente se inspira en una anterior y que sirve para relatar la impresión o perspectiva del narrador. La parodia también podría ser otra opción y en estos dos ejemplos entrarían en juego derechos fundamentales como la libertad de expresión. Por lo tanto, estamos frente a una pregunta difícil de responder y que necesitaría un análisis de la situación concreta, con la visualización el contenido del vídeo puesto en relación con la obra audiovisual. Con los datos que contamos no es posible determinar si hay o no una infracción de derechos de propiedad intelectual, no obstante, debemos reconocer que resulta poco adecuado llamar vídeo pirata o producto falsificado a dicha grabación, si no contiene una reproducción ilícita de la obra audiovisual.

Por último, es preciso decir que este ejemplo constituye una buena muestra de la necesidad de influir en los hábitos de los compradores. Hemos manifestado en diversas ocasiones que la lucha contra la piratería debe combatir tanto la oferta como la demanda, ya que mientras existan personas que deseen consumir este tipo de productos, existirá un mercado para abastecerlos, de igual modo que ocurre con el tráfico ilegal de mercancías prohibidas.

La conclusión lógica que se desprende de este análisis, es que se hace necesario la implementación de políticas para combatir la compra de productos ilícitos y, en esta tarea, la contribución de los titulares de derechos de propiedad intelectual es fundamental.

Por el momento, los métodos empleados no han dado los frutos esperados así que sería adecuado incorporar nuevas y diferentes propuestas, como por ejemplo, adoptar una actitud pro activa proporcionando una oferta atractiva al público consumidor que logre desincentivar la compra de productos falsificados. La pregunta es si la industria recibió el mensaje y cómo piensa actuar.