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La debilidad de la innovación China

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Napoleón dijo una vez que "cuando China despierte, sacudirá el mundo". Pues llegó el momento, y el mundo, sin duda, se está sintiendo agitado ahora. Ya lo dijo un periódico chino tras el reciente cambio en el liderazgo: la transición de China se trata de una "era de nuevo comienzo, nuevas expectativas y nuevas".

 

 

El programa de reforma de China tiene tres décadas de antigüedad y hay indicios de que el modelo económico de crecimiento basado en las exportaciones y la inversión en infraestructura puede estar quedándose sin vapor. Por lo tanto, los responsables políticos de la economía china están tratando ahora de instigar una era de crecimiento impulsado por la innovación.

 

 

En el doceavo plan quinquenal chino, que se extiende hasta 2015, se incluye el objetivo de aumentar gasto público en I+D hasta el 2,2%, extendiéndolo hasta el 2,5% en 2020 (el promedio de la OCDE en 2011 fue del 2,3%). El presupuesto nacional para la ciencia verá aumentados sus fondos para 2013 hasta un estimado de 228,5 mil millones de RMB (36 millones de dólares estadounidenses), un 12% más que este año. De esta cantidad, aproximadamente el 14% se asigna a la investigación básica. El ahorro de energía y protección del medio ambiente son las prioridades.

 

 

La innovación y la educación superior china

 

 

En lo que respecta a la I+D, los analistas y líderes en economía, educación y ciencia deben mirar de cerca lo que sucede en las ciudades de Wuhan y Suzhou, con un rápido nivel de crecimiento en comparación con la media nacional. En noviembre pasado se inauguró en Wuhan el IUCES (Consorcio de la Universidad Internacional sobre Ciencias de la Tierra), en la que participaron once universidades de siete países, promovido por la Universidad China de Geociencias (CUG). El consorcio explora las oportunidades de formación para los estudiantes de licenciatura, graduados e investigadores profesionales. Se trata de establecer un foro internacional sobre la educación en ciencias de la tierra y colaborar en el intercambio de buenas prácticas de laboratorio y de campo.

 

 

El Diario del Pueblo, en su edición inglesa, describe el propósito de IUCES como "... la culminación de las relaciones chino-extranjeras en los programas de cooperación para un mayor aprendizaje de la educación y la investigación científica de campo, y compartir recursos educativos entre los institutos miembros".

 

 

Mientras tanto Suzhou, se encuentra en el corazón de la provincia china de Jiangsu, una de las más industriales del país, y con proyección hacia el exterior y, de hecho, una las provincias más ricas a la que se conoce como la California China. Los modelos de asociación público-privada de innovación promovidas por Stanford y Silicon Valley en los EE.UU., se están reproduciendo en el Parque Industrial de Suzhou China-Singapur.

 

 

A sólo 30 minutos de Shanghai, el parque es el mayor proyecto de cooperación económica y técnica entre los gobiernos de China y Singapur. Abarca 8.000 hectáreas, con un máximo de 20.000 hectáreas más para su expansión, y su objetivo es transformar las ideas y la investigación en los procesos industriales y productos de alto valor. Un consorcio chino posee el 52% del proyecto, mientras que un consorcio de Singapur posee el 28%.

 

 

Hasta la fecha, más de 100 compañías que aparecen en Fortune 500, incluyendo Philips, Nokia, Samsung y BP, han invertido en el proyecto. Y más de 15 universidades e institutos internacionales de investigación también han invertido, con empresas mixtas y nuevas titulaciones surgiendo continuamente. Por ejemplo, se han unido al proyecto  la Monash University en Australia, al Eastern University del sur de China, al igual que la Universidad de Xi'an Jiaotong y la Universidad de Liverpool.

 

 

¿Quién sabe qué innovaciones se llevarán al mercado en las próximas décadas, como resultado de esta extraordinaria investigación y desarrollo de agrupaciones y la cooperación en Jiangsu? Será fascinante ver cómo responden otros países.

 

 

Un reciente artículo en la revista Nature sugiere que, mientras que los científicos de todo el mundo tratan de entender la creciente importancia de China en el ámbito de la investigación, sigue siendo improbable que veamos un cambio al por mayor de la ciencia y la innovación para Oriente. Por el contrario, a medida que China sacude al mundo, otros países pueden despertar e instigar proyectos similares de agrupación innovadoras por sí mismos.

 

 

Pero sería absurdo ignorar lo que China está haciendo. La cooperación mundial será clave para lograr la innovación que claramente el mundo de hoy necesita.