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Las innovaciones que no cumplen con la legislación pueden acabar en la cárcel

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En las últimas semanas he formado parte de los tribunales del Trabajo Final (TFM) de los alumnos del Máster en Innovación y Emprendimiento, en esta ocasión se repite por parte de muchos de los grupos que presentan sus proyectos una deficiencia importante en sus iniciativas innovadoras. Esta deficiencia es no tener en cuenta que en muchos países existen unas “reglas del juego”, es decir, existen unas leyes, reglamentos, normas, directivas, etc.


Cuando les planteo si han tenido en cuenta determinadas normativas la respuesta recurrente es que “la innovación rompe las reglas y eso hace que el entorno tenga que adaptarse”. Lamentablemente eso quizás pueda ser cierto en Estados Unidos, aunque tengo mis dudas, pero en la mayoría de países eso no es así.


Uno de los entornos económicos más avanzados y en el cual las “reglas del juego” son más evidentes es la Unión Europea que es un espacio donde muchos de los proyectos de emprendimiento pretenden tener una parte de su negocio. Y aquí es donde muchos de esos proyectos fallan.


Veamos algunos ejemplos de situaciones en las que nuestro proyecto de innovación puede fracasar por no tener en cuenta “las reglas del juego”:



  • Si desarrollamos un proyecto en el que al producto se incorporan componentes que se comunican de forma inalámbrica con otros productos o se incorporan componentes para la geolocalización entonces para poder comercializar esos productos deberemos cumplir con lo que se regula por medio de la Directiva 2014/53/UE, de 16 de abril de 2014, relativa a la armonización de las legislaciones de los Estados miembros sobre la comercialización de equipos radioeléctricos. Hemos de ser conscientes que en el caso de incumplir con lo que se determina en esta directiva nuestros productos estarían “fuera de la ley” y dependiendo de las deficiencias que presentasen podrían ser retirados del mercado con las graves consecuencias económicas y de imagen que eso supondría.

  • Si desarrollamos un proyecto en el que queremos utilizar los datos de nuestros clientes que se recogen de sus teléfonos móviles sin su consentimiento o utilizamos esos datos para nuestro propio beneficio estaríamos incumpliendo el “Reglamento (UE) 2016/679, relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos” que entró en vigor en mayo de 2018. Este reglamento se conoce como el Reglamento general de Protección de Datos (RGPD) y supone un cambio sustancial en las reglas del juego en la red dentro del Espacio Económico Europeo en lo que se refiere a la recogida y a la circulación de datos. Cualquier innovación sea un producto o un servicio que p.ej. recoja y utilice datos personales como podría ser la dirección IP desde la que un usuario o cliente se conecta a nuestra plataforma está afectada por el RGPD. Por ello todos aquellos que desarrollen innovaciones que recojan y utilicen datos de personas deberán tener en cuenta lo que se regula en este Reglamento (que es de obligado cumplimiento). Y en el caso que no decidamos no hacer caso de lo que se regula tenemos el riesgo de sufrir sanciones que pueden ser muy elevadas.

  • Si desarrollamos un proyecto en el campo de la Salud hemos de tener en cuenta que existen regulaciones muy estrictas y que deberemos seguir lo que determina la Agencia Europea del Medicamento, o bien cumplir con la Legislación europea sobre ensayos clínicos con medicamentos de uso humano, o en aparatos de uso médico que tienen que cumplir con la Directiva de Campos Electromagnéticos que tiene el título de “DIRECTIVA 2013/35/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de junio de 2013, sobre las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de agentes físicos (campos electromagnéticos)”. Esto y el resto de legislación que regula el campo de la Salud debe cumplirse en cualquier innovación que quiera introducirse en el mercado de la Unión Europea; y si decidimos que nuestra innovación no tiene por qué cumplir con estas “reglas del juego” y la comercializamos entonces deberemos atender a las consecuencias que esa decisión pueda tener en nuestro negocio.

  • Si desarrollamos un proyecto de un producto que tenga que conectarse a otros productos deberemos tener en cuenta tanto la legislación como la normativa que afecte y defina los elementos de conexión. Si somos tan innovadores que desarrollamos un sistema de conexión que nadie utiliza lo más probable es que nuestra innovación caiga en el olvido porque nadie se va a comprar un componente que no pueda conectar. El uso de estándares de conexión es una forma de permitir que diferentes productos puedan relacionarse entre ellos de forma precisa y consistente (p.ej. una norma de un sistema de conexión es la IEEE 1394). Pero a veces ocurre que entre diferentes países hay diferentes normas para los componentes, que es lo que ocurre p.ej. con los enchufes y las tomas de corriente que son diferentes entre países. Esto hace que cuando queramos desarrollar una innovación que necesite conectarse a la red eléctrica debamos incorporar un enchufe adecuado para ese país o un enchufe que pueda acoplar diferentes adaptadores.  


Estos son algunos ejemplos con los que pretendo concienciar a los innovadores que deben tener en cuenta las “reglas del juego” si no quieren que sus innovaciones no acaben en la basura.