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Métodos de financiación. ¿Cuál es el mejor para mi proyecto?

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Lo primero es la oportunidad: el emprendedor detecta un eventual nicho de mercado o una necesidad no resuelta y le da forma a su plan de negocio. Después, con las bases del proyecto definidas, se enfrenta a uno de los momentos de mayor importancia en su proceso de emprendimiento: la búsqueda de la financiación, también denominado como «capital semilla».

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Una primera valoración del término «financiación» nos lleva directamente a otro que sigue estando muy extendido entre los emprendedores: «crédito bancario». De hecho, según datos de varias instituciones especializadas en la materia, en España cerca del 80% de los nuevos negocios son financiados por entidades crediticias.

El error consiste en creer que se trata de la única vía. De hecho, en algunos casos no es ni siquiera la más adecuada. Actualmente existen numerosas estrategias para hallar el capital semilla de las empresas primerizas. La cuestión radica, entonces, en saber identificar las ventajas y desventajas de cada una de ellas en función de lo que el proyecto requiera: etapas, recursos, plan de marketing, características del mercado, competencia, posibilidades de innovación, proyección de la idea, naturaleza del producto, entre otros elementos.

1) Subvenciones públicas:

  • No es necesario devolver el dinero asignado para la operatividad de un negocio. Son, en esencia, capitales de ayuda al emprendimiento.
  • Garantizan, además, la solidez de la fuente de origen y la entrega del dinero. Una vez asignado, no hay lugar a evasivas.
  •  Sin embargo, acceder a ellos no suele ser tan sencillo. Su entrega está fijada con base a una serie de requisitos previos, unos plazos de inscripción y un proceso de selección que, en algunos casos, es meramente aleatorio.

2) Business angels:

  •  Se trata de empresarios privados que deciden financiar proyectos en los que no participan presencialmente. Es casi una donación.
  •  Lo malo es que, al depender de una fuente no necesariamente regular, no siempre son la mejor opción para proyectos a largo plazo.
  •  Eso sí, una vez se ha logrado la financiación por esta vía, los montos llegan de forma directa y no suelen generar intereses.

3) Crowdfunding:

  •  Se basa en contactar creativos y mecenas a través de herramientas tecnológicas o redes sociales. Permite la vinculación de intereses comunes.
  •  Sin embargo, los proyectos deben ser demasiado atractivos para que alguien se fije en ellos. Y aun siéndolo, la fortuna juega un papel significativo.

4) Entidades financieras:

  •  La gran ventaja de las entidades bancarias es que son una fuente de capital sin riesgos: el crédito fluye en unas condiciones y unos plazos fijados.
  •  Pero, a la vez, esas condiciones pueden convertirse en un serio obstáculo para el negocio. Es posible que los intereses sobre las deudas lleguen a generar pasivos mucho mayores que los contraídos en un principio.
  •  Además, para acceder a los créditos es necesario cumplir con una serie de avales y requisitos que los emprendedores, en general, no poseen.

5) Familia, amigos, conocidos:

  •  Suponen cercanía, confianza y facilidades de pago. Las condiciones no suelen ser muy rígidas entre personas con vínculos sanguíneos o afectivos.
  •  No obstante, si es un proyecto a largo plazo, puede que los aportes no resulten tan estables como se quisiera. Antes de créditos, son aportaciones individuales.

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