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Patentar una idea, lo que tenemos que saber antes de hacerlo

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Si nos encontramos en fase de crear un nuevo producto o tenemos algún tipo de proyecto en mente, será importante que sepamos cómo patentar una idea. El motivo de ello es que esta será la única forma de protegerla de otras personas que puedan llegar a tener conocimiento de la misma o de individuos que quizá lleguen a la misma conclusión que nosotros de una manera paralela. Aunque no se trata de un proceso que vayamos a llevar a cabo en cuestión de segundos, realizar la patente de la idea será algo que podremos llevar a cabo sin un excesivo esfuerzo. Para ello tenemos que seguir las siguientes recomendaciones.

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Información ante todo

Hay una importante cantidad de datos y requisitos que debemos conocer. Como decimos, el proceso de hacer la patente no es imposible, pero es un poco correoso y se puede llegar a convertir en un desafío si no nos concentramos o si no atamos todos los cabos. Por ello, para no tener sorpresas, lo primero que tenemos que hacer es asegurarnos de que conocemos todos los detalles de cómo funciona el sistema de patentes. Esto incluye informarnos de cuáles son las tasas que vamos a tener que pagar, cómo elaborar la memoria de patentes y cómo explicar nuestra idea.

 

Es fundamental que seamos detallistas en todo el proceso y que nos aseguremos de que cuando hagamos la presentación de la patente no nos hemos olvidado absolutamente nada. Lo mejor que podéis hacer para comenzar y encontrar esta información es navegar por la página oficial de la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas).

Explica tu idea

Antes de saltar al ruedo elabora un borrador del texto que usarás para explicar tu idea. Cuando ya lo tengas todo claro y pensada la forma de escribirlo y explicarlo, comienza a redactar la página que servirá como presentación de la idea. En esta hoja tienes que explicar en qué consistente la patente, qué función tiene, cuáles son sus beneficios y los motivos por los que se trata de algo innovador que no encuentra ningún otro referente creado hasta la fecha.

Acude a la oficina de patentes

Con esa información ya estás listo para visitar la Oficina Española de Patentes y Marcas, un lugar que en principio puede imponer, pero del cual se pueden obtener grandes cosas. Cuando lleguemos lo primero que haremos será llevar a cabo la solicitud de un documento conocido como “informe tecnológico de patentes”. Cuando lo solicitemos tendremos que proporcionar al responsable de la oficina la página que hemos elaborado con anterioridad en la que explicamos y presentamos nuestra idea.

El informe de patentes lo que hará será determinar si nuestra idea es patentable o no. Los expertos que trabajan en la OEPM disponen de medios y conocimientos para poder realizar una comparación exhaustiva de nuestro proyecto para comprobar hasta qué punto es patentable. Podemos obtener un resultado positivo si de verdad hemos tenido una idea innovadora que merezca la pena patentar o una respuesta negativa que nos empujaría a tener que tomar medidas para volver a intentarlo.

Contramedidas si nos rechazan la idea

¿Qué hacemos en el caso de que la oficina de patentes rechace nuestra petición? En ese caso tendremos que hacer un estudio con la intención de saber cuáles son los proyectos o patentes previas que puedan haber chocado con la nuestra. En el momento en el cual tengamos claro cuáles han sido estos obstáculos tendremos ante nosotros el reto de volver a la sala de pensar e intentar hacer que nuestra idea sea todavía más innovadora. Es decir, de lo que se trata es de demostrar que la idea que tenemos está por encima de las propuestas similares que han llevado a su rechazo. Es posible que pensando un poco consigamos llegar a una conclusión de cómo mejorar la idea y cómo hacer que se trate de la alternativa ideal. Eso hará que en el segundo intento obtengamos un buen resultado.

Establece la patente

Si ya hemos recibido el informe valorable que analiza nuestra patente tendremos que cumplimentar una serie de formularios y elaborar el texto que acompañará el registro de la patente. Este tiene que ser claro y preciso, dado que será el que se use en términos futuros y el que podría llevar a que obtengamos beneficios cuando otras entidades necesiten usar nuestra idea. Junto al registro de patente también pagaremos las tasas correspondientes.

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