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¿Por qué son importantes las relaciones institucionales?

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La importancia de las relaciones institucionales (también llamadas RRII) está más que probada en el contexto empresarial actual. No son exactamente las relaciones públicas de las empresas, pero sí una versión especializada de las mismas que busca construir un vínculo directo entre los negocios y la Administración Pública.


¿Te interesa el tema? ¿Eres de los directivos que apuestan por nexos de este tipo para lograr un mejor posicionamiento y mayores beneficios en un determinado mercado? Si es así, echa un vistazo al post que hemos preparado esta vez.


Relaciones institucionales, ¿una manera de lobbismo?


Las relaciones institucionales son una manera de lobbismo en el sentido de que intentan ampliar los nexos de las empresas y establecer canales de comunicación con los organismos institucionales de un país, una región o un continente.


Sin embargo, de un tiempo para acá el término lobbismo ha adquirido una connotación negativa al asociarse con prácticas como el soborno, el tráfico de influencias o los grupos de presión en determinados espacios.


Este significado proviene de los orígenes mismos del término, es decir, del siglo XIX, cuando los parlamentarios de la Cámara de los Comunes, en Reino Unido, se reunían con grupos activos de la sociedad antes de ingresar a los salones de sesiones y debatir los asuntos establecidos en el orden del día. Esto ocurría en el vestíbulo central (lobby) del Palacio de Westminster y poco a poco se institucionalizó como práctica.


Cabe señalar, no obstante, que las relaciones institucionales no corresponden a este carácter negativo del lobbismo, sino más bien con aquel que habla de ampliación de nexos, interrelación, contactos y acuerdos.


¿Qué ganan las empresas con las relaciones institucionales?


En un mundo globalizado como el nuestro, donde cada vez cobran más importancia las relaciones que se establecen y, en concreto, los nexos comerciales, las relaciones institucionales son un elemento absolutamente necesario, entre otras cosas porque:



  • Permite a las empresas conocer las cuestiones legislativas, políticas, reglamentarias o administrativas que de una u otra manera podrían afectar su actividad y sus intereses en el mercado.

  • Aportan información sobre el escenario comercial en el que se mueven los negocios, por ejemplo, la marcha de ciertos sectores industriales, la entrada de nuevos inversionistas, las tendencias y perspectivas, etc.

  • Son un mecanismo de defensa de los intereses de los negocios, sobre todo en situaciones de crisis. Los responsables de las empresas abogan ante quienes corresponda para que desde las administraciones públicas protejan su acción.

  • Amplían el círculo de influencia de las empresas, pues de esta manera permiten que sus responsables, directivos, gerentes, representantes o socios establezcan relaciones tanto con la Administración como con otros agentes comerciales. Cuantos más nexos establezca una compañía, mayores serán sus opciones de negocio en el corto, medio o largo plazo.


 


Para terminar, es importante dejar claro que las relaciones institucionales también suponen beneficios para la Administración Pública, entre ellos la obtención de datos e información relacionada con sectores productivos sobre los que un Gobierno puede, por ejemplo, elaborar planes o estrategias de acción.