Si necesitas innovar tómate unas vacaciones
Aunque hay quién considere que la innovación se hace trabajando, a veces es necesario periódicamente abrir las ventanas de nuestra mente para poder ser un mejor innovador. El hecho de tomarse unos días de vacaciones, y a ser posible cambiar de aires, ofrece la oportunidad de ver cosas diferentes o de plantearnos como solucionar los problemas de otras maneras. El ingenio humano se puede observar en todas partes. Es realmente sorprendente como somos capaces de solucionar los problemas habituales de formas radicalmente diferentes en función del contexto en que vivimos, o de los medios que tenemos a nuestra disposición.
Es en estos momentos en los que contemplamos lo que tenemos delante sin obsesión, ni obcecación, sino que simplemente observamos cómo el mundo se mueve. Ese tiempo de relajación en el que hacernos preguntas puede dar pie a respuestas que modifiquen la realidad que en ese momento conocemos.
Una pregunta tan simple como: ¿Y si…? Puede ser la semilla que devenga el origen de una innovación radical en los productos o servicios que comercializan nuestras organizaciones. Esta pregunta encierra una ruptura en si misma porque plantea la posibilidad de cambio, la opción de hacer algo diferente; que es lo que enciende la mecha de la innovación.
Los grandes innovadores son los que se plantean como cambiar los paradigmas. Un caso que ejemplifica esto es el de Tesla Motors. Ésta es una empresa fundada en 2003 y que diez años después es considerada una de las empresas con mayor futuro en el mercado de los vehículos eléctricos. Se considera que Tesla Motors surge después de que entre sus fundadores se plantearan la opción de una alternativa diferencial a los vehículos híbridos existentes en ese momento, es decir, en el fondo surge de preguntarse ¿Y si…?
El impacto innovador que ha desarrollado a lo largo de los años Tesla Motors se ha concretado en más de 200 patentes que le confieren una relevante posición en su sector. Pero esta cartera de patentes que le permitía reinar en un mercado cautivo, recordemos que una patente nos confiere “el derecho a excluir de la fabricación y comercialización”, ha sido objeto de una “liberalización” por parte de Tesla Motors por la que la empresa permite su utilización sin ninguna restricción, ni pago de regalías.
Esta controvertida decisión ha sido tanto cuestionada por unos, como alabada por otros. Ahora bien no es nada nuevo y constituye una de las tácticas que una empresa debe considerar cuando hace una “gestión estratégica de patentes”. Esta es una táctica que se utiliza cuando hemos desarrollado unos conocimientos que dan lugar a un producto radicalmente diferente de los existentes, pero del cual no tenemos capacidad para ofrecer a nuestros posibles clientes todo lo que necesitan o porque no tenemos capacidad para abarcar todo el mercado. En estos momentos Tesla Motors tiene limitado su potencial de crecimiento porque es el único fabricante del tipo de vehículos que ellos comercializan, en cambio con la liberalización de sus patentes se consigue que más fabricantes utilicen su tecnología con lo que si consigue que todos la utilicen sus opciones de aumentar su mercado potencial crecen. Esta táctica también permite que sus competidores decidan dejar de hacer proyectos de I+D para desarrollar una tecnología alternativa si hubieran decidido mantener los derechos de las patentes; porque cuando una empresa se encuentra que en un mercado hay un único comercializador que está protegido por patentes si considera que ese mercada es interesante lo que hace es desarrollar actividades de I+D tendentes a superar esas patentes o a crear los conocimientos aplicados que permitan obtener patentes que permitan tener la exclusiva en ese mercado. Eso es lo que se produce con las guerras de patentes que habitualmente ocupan los artículos de noticias en los medios de difusión.
Con esta decisión lo que también se puede conseguir es que todas las tecnologías que se describen en las diferentes patentes se conviertan en un estándar y con ello se tendría que dado que todos los fabricantes utilizarían las mismas no se crearían productos diferentes que limitaran el mercado. Recordemos el caso de las videocasetes en las que en su momento hubo tres tecnologías simultáneas (VHS, Betamax y Vídeo 2000). Los costes del desarrollo de la I+D pudieron ser recuperados o no, en función de la aceptación por el mercado. En posteriores tecnologías las empresas han intentado que sus tecnologías se convirtieran en el estándar del mercado, pero no siempre eso se ha conseguido.
Sabemos que innovar es encontrar el modo de hacer algo nuevo, algo que antes no existía o algo diferente; pero innovar también es descubrir algo que ya existe pero que no podíamos ver porque unas densas brumas nos lo impedían. Tanto en un caso como en el otro se requiere de personas que se enfrenten a sus miedos: el miedo a lo desconocido o el miedo a la oscuridad. Son estas personas los talentos que una organización innovadora debe buscar y retener. Y esto es uno de los objetivos que tiene Tesla Motors con la liberalización de sus patentes que gente con talento las utilice y cuando desde la empresa detecten a esos “talentos especiales” entonces contratarlos para hacerla crecer aún más.