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Si quieres ventilar tu organización entonces necesitas implantar la Innovación Abierta

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innovación abierta

Uno de los modelos para desarrollar la innovación en las organizaciones es el que se conoce como Innovación Abierta. La semana pasada se presentó el Informe “Innovación Abierta 2015” publicado por OBS en el que se realiza una explicación de diferentes ámbitos relacionados con la temática del título del informe.

El Informe permite descubrir diversos aspectos de la Innovación Abierta que permiten obtener una visión general de ésta. Entre ellos uno que creo relevante es que el concepto cuando fue postulado por Henry Chesbrough en 2003 no era una novedad. Ahora bien lo que sí es remarcable es que la redefinición que planteo Chesbrough y los postulados que incorporo recibieron un apoyo remarcable por parte de grandes empresas. Los motivos por los que grandes empresas dieron apoyo a este modelo son varios pero yo considero que uno de ellos es que permitía tener una “excusa razonable” para la reducción de las inversiones de I+D, bueno más bien se diría los “gastos de I+D” en especial los relacionados con el personal.

Aunque es cierto que la Innovación Abierta ofrezca una vía para capturar innovación de fuera de la empresa esto ya sucedía antes de la aparición del concepto y para ello son ejemplo claro los programas de I+D del Programa Marco europeo, o los programas de ayudas a la I+D denominados Programa de Fomento de la Investigación Técnica (PROFIT) iniciados a finales de los años 90 del siglo pasado (antes de que Chesbrough expusiera su modelo).

No quiero deslucir el mérito de Chesbrough por elevar su modelo a “mundial” pero si poner en evidencia que a menudo “nihil novum sub sole”. Es habitual en gestión empresarial que periódicamente aparezcan presuntos “nuevos conceptos” que no son más que mejoras de conceptos anteriores a los que se renombra con títulos sugestivos y a lo que sigue una campaña de marketing bien orquestada o bajo el auspicio de entidades de “relavada solvencia o prestigio”.

Así por ejemplo la “estrategia del océano azul” no es más que la evolución del Análisis del Valor de L. Miles de los años 40. O que el Lean Management, otro modelo muy de moda últimamente con evoluciones o derivaciones como el Lean Start-Up, tenga su origen en la metodología Training within Industry desarrollada en los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. A veces leer los textos originales es mucho más instructivo y profundo que leer sus evoluciones, en especial los métodos desarrollados en periodos bélicos son mucho más claros, precisos, pragmáticos y sin florituras; porque es evidente que en una situación de guerra no hay tiempo para hinchar los documentos con paja.

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Por otro lado uno de los factores que inciden en la dificultad para que las empresas decidan incorporar un modelo de Organización Abierta es que no existe suficiente experiencia contrastada, ni tampoco hay datos estadísticos relevantes sobre su grado de adopción y sus resultados. Frente a esta incertidumbre una de las estrategias que se ha propuesto consiste en definir y definir una serie de Buenas Prácticas (que se pueden leer en el Informe) que facilitan a los que las sigan unas líneas de actuación razonables y contrastadas. Con estas Buenas Prácticas se pretende que las empresas disminuyan la probabilidad de fracaso en la implementación de la Innovación Abierta.

Pese a su relativa novedad y a la aún insuficiente implantación es destacable que el modelo de Innovación Abierta, que hoy en día está en boga, presenta una interesante concepción en especial la referida a la interrelación que puede existir entre todos los actores del sistema. En especial el sector Público lo ha visto como una oportunidad para desarrollar proyectos que hoy en día no puede hacer en solitario porque los presupuestos disponibles tienden a ser cada vez menores. Y este modelo permite no solo repartir los costos de los proyectos entre los actores sino que dependiendo de la técnica que se decida como forma de realizarla puede incluso que quién pague su desarrollo sean los propios clientes finales porque creen que las expectativas que tienen sobre la posible solución a un problema hacen oportuno invertir en su desarrollo. Esto cambia alguno de los paradigmas existentes en las empresas porque supone aceptar nuevas formas de actuar frente a los problemas y las oportunidades.

Por eso es razonable que aquellos que vean una oportunidad en la Innovación Abierta no la descarten porque suponga un esfuerzo de cambio a medio plazo, sino que la adoptan por los beneficios que puede aportar.