
Última oportunidad para desconectar
La mayoría estamos apurando nuestros días de vacaciones. Llegado a este punto la pregunta es clara: ¿Desconecto en vacaciones? ¿Aprovecho todo el tiempo? Veamos a continuación una metodología para conseguirlo. No se trata, por supuesto, de un método infalible y requiere también de la ayuda y colaboración de los compañeros de viaje (familia, amigos…) para poder hacer que los resultados sean satisfactorios, además de una personalización en base la experiencia y especificidades de cada caso.
- Marcar a inicio de año los períodos de vacaciones que se quieran hacer, preferiblemente cada tres meses y de más de 4 días de duración.
 - Antes de irse de vacaciones cerrar los temas de la empresa que puedan afectar las vacaciones:
- Tener responsables a quien delegar el trabajo.
 - Escoger fechas sin proyectos importantes a cerrar.
 - Marcar claramente qué hacer en cada caso cuando surja una incidencia.
 - Definir qué es una emergencia y cuando se debe contactar con la persona que está de vacaciones.
 
 - Escoger, si puede ser, un destino que permita estar desconectado.
 - Marcar el uso que se hará de los aparatos electrónicos: momentos en los que se consultarán y con qué finalidad. Compartirlo con los acompañantes.
 - Forzarse a seguir las normas que uno se ha marcado aunque parezca difícil.
 - Marcar unos objetivos para las vacaciones.
 - Planificar o tener una agenda llena. Evitará tiempos muertos que impliquen poderse conectar al trabajo.
 - No decaer en caso de fracaso. El siguiente paso es volver a la rutina marcada de desconexión.
 - En caso de no poder asumir todos los objetivos, antes de caer en casos de ansiedad o estrés marcar metodologías complementarias que permitan acotar perfectamente el tiempo de conexión al trabajo (cada 72h, por ejemplo).
 
Los pasos anteriores facilitarán la desconexión. A pesar de todo, una evaluación al volver servirá para ver si de verdad se ha conseguido una desconexión. No hablamos de preguntas cerradas, sino con algunas respuestas abiertas que lleven a la reflexión. Un ejemplo de preguntas a responder podría ser el siguiente:
- ¿Has hecho todas las vacaciones que tienes disponibles? Si no es así, ¿de cuantos días has disfrutado?
 - ¿Consideras que las vacaciones han servido para relajarte y volver como nuevo?
 - ¿Has sentido ansiedad por el trabajo durante las vacaciones?
 - ¿Has dejado de hacer algo en tu tiempo libre para atender el trabajo?
 - ¿Cuantas veces has mirado cosas relacionadas con el trabajo con el teléfono móvil u otro dispositivo durante las vacaciones?
 - ¿Has conseguido dormir más en vacaciones que durante el año?
 - ¿Cuantos problemas has encontrado en el trabajo producidos durante tu ausencia?
- Evalúa del 0 al 10 la gravedad de los mismos.
 - Evalúa del 0 al 10 el impacto de tu ausencia en tu puesto de trabajo.
 
 - ¿Qué ha fallado del planning dejado en el lugar de trabajo?
 - ¿Qué ha funcionado?
 - Pide feedback a las personas que te han suplido para ver qué piensan.
 - ¿Consideras que has vuelto más/menos feliz que antes de irte?
 
Te animo a aprovechar estos últimos días para conseguir esta desconexión que tan necesaria es. En el próximo post veremos como evaluar sus resultados. Venga, ¡cierra el ordenador…!



