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¿Conoces el origen del coaching ontológico?

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Hoy hemos venido a hablarte del coaching ontológico. ‘¿Otra vez?’, preguntarás con razón. Y nosotros te diremos: ‘Sí, otra vez, pero no desde las perspectivas habituales. Todo lo contrario, en esta ocasión queremos ir al origen del término y, a partir de ahí, analizar por qué este tipo de coaching es considerado hoy día como el más completo de todos. ¡Acompáñanos en este breve repaso!

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¿Sabes cuándo y por qué nació el coaching ontológico?

Del coaching como disciplina transformadora sabemos que surgió hace varias décadas, concretamente en los años 80 del siglo pasado, y que en sus inicios fue una herramienta aplicada en numerosas disciplinas deportivas que buscaban aumentar el rendimiento, la productividad y los buenos resultados de sus practicantes.

Posteriormente, y a raíz de los buenos resultados que cosechó, se trasladó y adaptó a otros campos y disciplinas, entre ellos la gestión empresarial y los negocios.

Sin embargo, en una segunda fase de evolución empezaron a surgir distintos enfoques de la disciplina originaria, sobre todo para satisfacer necesidades concretas: emocional, personal, cognitiva, profesional, sistémica y hasta directiva.

Fue en ese momento que el terreno lució abonado para la aparición de un enfoque que intentara aglutinar de algún modo a los demás, o que por lo menos aplicara una visión integral del conocimiento del ser. A este enfoque se le llamó coaching ontológico.

El coaching ontológico no es lo que muchos creen que es

La repercusión social que ha tenido el coaching ontológico es menor a la que hoy día tienen otros enfoques como el emocional, el profesional o el individual.

Esto se debe básicamente a la dificultad que existe entre las personas de distinguir el coaching tradicional del ontológico, un enfoque que además se suele relacionar con elementos que no necesariamente son objeto de su estudio.

Por ejemplo, no son pocos quienes consideran que el coaching ontológico tiene que ver con un elemento amistoso, casi relativo a los consejos o la asistencia psicológica. Pues bien, nada de eso. Aquí te contamos bien de qué va este asunto:

  • El coaching ontológico no le dice a las personas lo que tienen que hacer con respecto a sus objetivos individuales o profesionales. Antes que eso, lo que busca es explorar e indagar en los modelos mentales de cada persona.
  • Lo que sí hace es cuestionar estructuras mentales que considera como obstáculos claros para una transformación integral.
  • Amplía la visión de cada persona a través de su método socrático, es decir, basado en preguntas e indagaciones. La idea es que las personas piensen y vean con mayor amplitud su realidad para que, de esta manera, tengan nuevas y más posibilidades de acción transformadora.

El coaching ontológico busca aprender para hacer, es decir, pasar del cuestionamiento y la indagación a la acción como tal. Bien mirado, se trata de una herramienta que potencia la creatividad en tanto en cuanto impulsa a las personas o equipos a generar nuevas realidades o escenarios de desempeño.

Ahora que ya sabes el origen del coaching ontológico, así como sus principales usos, recursos y beneficios, ¿qué estás esperando para probarlo?

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