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¿Cuál es la utilidad de la matriz de trazabilidad?

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Uno de los principales retos de cualquier proyecto es garantizar que los requisitos que se establecen en las fases previas se lleven a buen término, pues como bien sabemos siempre hay un margen entre la planificación y la ejecución.

Sin embargo, existen numerosas herramientas gráficas que nos ayudan a optimizar esta labor. Una de ellas es la matriz de trazabilidad.

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Matriz de trazabilidad, ¿cuándo podemos usarla?

En concreto, la matriz de trazabilidad relaciona dos elementos esenciales para la buena ejecución de las labores de un proyecto: los requisitos establecidos para dicha ejecución y el valor que cada uno de ellos agrega al conjunto del proceso.

Es decir, es una herramienta clave para la ingeniería de los proyectos, así como para el seguimiento de los diversos elementos que los componen.

Los requisitos que surgen a lo largo de la ruta crítica de un proyecto pueden ser de dos tipos: por un lado, los que provienen directamente de los clientes o destinatarios del producto o servicio final; por otro, los que se crean por exigencias propias del proceso de ejecución. La matriz de trazabilidad se encarga de consignar tanto unos como otros y de hacerles el seguimiento respectivo.

Cómo diseñar una matriz de trazabilidad para mi proyecto

Si la matriz de trazabilidad relaciona los requisitos de un proyecto con el valor que suponen para el conjunto del proyecto, desde el inicio hasta su cumplimiento, es lógico que existan distintos modelos o plantillas de matrices.

Cada proyecto, pues, debe diseñar su propia herramienta en función de los requisitos establecidos en las fases de diseño y de la complejidad de la ejecución de las tareas. Ninguna matriz será nunca exactamente igual a otra.

Aun así, la matriz de trazabilidad debe contar con una serie de elementos básicos para el seguimiento de un proyecto. Repasemos las más significativas:

  • Identificación: generalmente corresponde a un código o número asignado a cada uno de los requisitos del proyecto.
  • Interesado o destinatario: es la persona que ha originado el requerimiento o requisito. También se conoce como stakeholder.
  • Nivel de prioridad: no todos los requisitos tienen la misma importancia. Los hay primarios, secundarios y terciarios en función del valor que supongan para el proceso en su conjunto. La matriz debe dejar claro este dato.
  • Descripción del requisito: se detalla brevemente en qué consiste y cuáles son sus principales características. Se debe dejar claro de qué tipo de requisito estamos hablando: de negocio, funcional o no funcional. Incluso, si se trata de un requisito surgido en el seno de la ejecución, se le cataloga como solución.
  • Versión: la matriz debe ir detallando la evolución del requisito. Para ello, se establecen distintas versiones hasta su plena materialización.
  • Nivel de complejidad: lo más habitual es que el requisito se defina como de complejidad alta, baja o media en función de los recursos, los plazos o el trabajo que demande para su ejecución.
  • Estrategias de prueba: la matriz de trazabilidad también debe establecer los métodos que se emplearán para realizar las pruebas a las distintas versiones del requisito hasta su plena ejecución y validación.

En proyectos de mucha más complejidad, la matriz de trazabilidad también admite elementos como los criterios de aceptación, la subidentificación de requisitos, la última fecha de actualización de las versiones y las oportunidades del negocio.

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