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Dos nuevas As: Automotivación y Autoeficacia

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Los lectores de este blog sabrán que éxito se escribe con 'A'; 'A' de Autoconocimiento, Actitud y Acción. Hoy introduciremos dos nuevas A, siguiendo con los últimos post sobre objetivos.

Llegar a poder alcanzar los objetivos marcados, más allá de cómo los hagamos definido, es algo que depende, única y exclusivamente de la persona, de cómo ésta encare la vida y de la capacidad para hacer que las cosas pasen. Para ello, es interesante hablar de la autoeficacia.

La autoeficacia es un concepto introducido por el Dr. Albert Bandura, psicólogo de la Universidad de Stanford, que la definió como la apreciación de las capacidades que uno tiene y se centra en las creencias de tener los recursos necesarios y la habilidad de triunfar en un contexto determinado. De esta forma, las personas que tienen una autoeficacia alta están involucradas e interesadas en las tareas en las que participan, ven los problemas como desafíos estimulantes, tienen un alto compromiso hacia sus intereses y actividades, y se recuperan rápido de sus fracasos. Por el contrario, si tienen una autoeficacia baja evitan tareas u objetivos desafiantes, piensan que las metas difíciles están fuera de su alcance, e interpretan los fracasos como algo personal.

Así pues, la autoeficacia es importante, pero no es el único concepto que ayuda a cumplir y alcanzar las metas porque sin la automotivación es poco o nada.

¿Es posible automotivarse?

Lo es, y hay cuatro claves que pueden llevar al individuo a alcanzarla:

La primera clave, como hemos dicho anteriormente, es la autoeficacia. Este concepto se refiere a la creencia en nuestra propia capacidad de tener éxito, en nuestra habilidad para conseguir los objetivos que nos marcamos. Tiene un elevado impacto en nuestro enfoque de cómo definimos los objetivos y en las decisiones que tomamos para conseguirlos. Las personas con una elevada autoeficacia, ven los objetivos difíciles como retos, mientras que las personas con unos niveles bajos, los ven como inaccesibles llegando en ocasiones a ni siquiera intentarlos. La autoeficacia determina también la intensidad que las personas ponen en cada intento, así como el número de intentos que realiza a pesar de los fallos que va acumulando.

La segunda clave es el pensamiento positivo. En la vida existen 7 maneras de pensar, siendo una de ellas el pensamiento optimista. La verdad es que ninguna de ellas es la correcta, sino la combinación que en cada momento decidamos. En la decisión de lo que pensamos está la clave, en tener el control de nuestros pensamientos, que determinaran nuestros sentimientos. Pero lo que siempre debemos ser capaces de hacer es pensar en positivo, que no es lo mismo que ser siempre optimistas. Vale la pena recordar que la vida que vivimos es el resultado de actitudes y decisiones del pasado, y la vida futura será el resultado de actitudes y decisiones que se tomen hoy. Estamos más acostumbrados a anticipar el mal que el bien, y es natural, pues como animales que somos, esto nos ha llevado a sobrevivir. Pero debemos vencer esta tendencia para dibujar un futuro en positivo, en color, atractivo. Sin duda esto incrementa las probabilidades de conseguir lo que nos proponemos. Hablando de probabilidades, se ha demostrado que el 90% de los problemas por los que nos preocupamos, jamás sucede. ¿Es eficiente pues preocuparse por ellos?

La tercera clave es el focus en los objetivos marcados. Hablamos en su momento de la fijación de objetivos SMART. Pero es interesante mencionar la teoría del Dr. Edwin Locke, que ya en los años 60 identificó también 5 características de los objetivos:

  • Claridad: deben ser específicos, claros y medibles
  • Retadores: suficientemente difíciles como para que supongan un reto, sin llegar a ser imposibles de conseguir
  • Alcanzables: realistas y claramente relacionados con metas de un nivel superior. Es decir, debe poder verse la consecución de un objetivo como un paso hacia un objetivo superior
  • Realimentación: cuanto más y mejor feedback, mayores son los niveles de entusiasmo y motivación
  • Complejidad: no deben sobrepasar cierto nivel de complejidad, para no perder el tiempo pensando cómo debemos abórdalo.

Finalmente la cuarta clave es el entorno. Y es que aunque hablemos de automotivación, el entorno nos afecta. Pensemos en la diferencia entre jugar una final de la Champions en el estadio del FC Barcelona con 100.000 espectadores, o jugarla con el campo vacío. ¿No es cierto que estos 100.000 nos transmiten su energía, tanto en positivo como en negativo? Bien, pues nuestra empresa, nuestro hogar, nuestro escenario vital es como ese campo de fútbol. ¿A quién invitas para que te apoye en tu proceso de automotivación?

automotivaciónVale la pena no olvidar que la automotivación no siempre aparece de manera natural. Incluso aquellos que parecen siempre motivados, necesitan ayuda de vez en cuando.