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El lento camino contra el cambio climático

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OBS_El lento camino para combatir el cambio climático


A partir de las notas tomadas en una conferencia de la American Association for the Advancement Science, y publicada en la revista Scientific America, los pasos que dan los países para combatir el cambio climático no son suficientes.


El calentamiento del planeta está en boca de los científicos más prestigiosos, y parece que los expertos opinan que si sigue aumentando la temperatura del planeta a este ritmo, vamos a entrar en crisis.


Se han estado probando diferentes alternativas para frenar el cambio climático, como la reducción de los gases de efecto invernadero, aunque no han tenido éxito. El planeta se calienta; y según un informe reciente del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, FMAM, teniendo en cuenta los niveles actuales de emisiones de este tipo de gases, el planeta podría aumentar su temperatura en dos grados en 2030 con respecto a la temperatura actual, e incluso seis grados para finales del siglo XXI.


Según el libro “Six Degrees” de Mark Lynas, en caso de que la temperatura global del planeta subiera sólo un grado, se derretiría todo el hielo del Ártico, sumergiendo las viviendas de la bahía de Bengala, huracanes en el Atlántico sur o sequías en Estados Unidos. Si el aumento fuera de dos grados, se acabarían las barreras de coral, se derretirían los glaciares de Groenlandia, se extinguirían los osos polares y migrarían insectos a regiones más templadas. Si se tratara de un aumento de tres grados, la selva amazónica se vería amenazada por la proliferación de incendios, se acabaría el hielo en los Alpes y las olas de calor azotarían el Mediterráneo y la Europa Central. Con cuatro grados más, desaparecerían Venecia y buena parte de Egipto. Sin nieve que produzca agua, habría hambrunas. Con cinco, no habría agua para ciudades como Los Ángeles, El Cairo, Lima o Bombay. Y finalmente, con un aumento de seis grados, volveríamos al período cretácico.


Esta situación, que empieza a tener un tono preocupante para el futuro de nuestra especie, debería poder cambiarse. La solución radica en que los diferentes países se comprometan firmemente en la reducción de los gases con efecto invernadero. Según el "Informe sobre la Brecha de Emisiones 2012" elaborado por el Programa Medioambiental de la ONU, es imprescindible que las emisiones se reduzcan en un 25% sobre el nivel de 2012 para el año 2030, y que se llegue a una reducción del 50% sobre esta base, para 2050 para poder combatir efectivamente el calentamiento del planeta.


Para poder llegar a este compromiso es preciso que los países encuentren alicientes para ello, que además no supongan un coste económico importante, dada la situación económica que presenta el panorama mundial, aunque no nos es desconocida desde hace años, y aunque los cambios en esta línea son de tipo económico, siempre ha habido intereses políticos asociados. Por ejemplo, es del dominio público que cada país puede emitir una cierta cantidad limitada de gases de efecto invernadero. Pero dado que hay algunos países que no emiten la cuantía mínima establecida, las grandes potencias les compran los derechos a emitir lo que ellos no emiten. Se trata pues de una mafia a nivel político.


Otro hecho a considerar es el caso de la campaña “La hora del Planeta” del pasado 23 de marzo es sólo una iniciativa a nivel particular, pues sin el compromiso de los gobiernos no tiene consecuencia alguna.


Algunas medidas a tomar podían ser las de sustituir el transporte urbano actual en las ciudades más pobladas por autobuses rápidos, lo cual supone una mejora inmediata de, por una parte, la calidad del aire, y por otra, del tiempo invertido en el viaje al facilitar y agilizar el tráfico urbano. Además, como beneficio adicional, está la reducción de las emisiones de carbono, causa directa del calentamiento global. Estas emisiones de carbono son más abundantes en los países en desarrollo, en donde se hace necesaria una mayor inversión en tecnología que en los países desarrollados.


Y por supuesto, cuanto antes realicemos estos cambios, menor será el coste de la inversión y mayores los resultados obtenidos. Siguiendo con el mismo Informe de la ONU, la inversión para abordar con eficacia la lucha contra el cambio climático debería equivaler a mil quinientos millones de dólares al año. Sin embargo, y dado el endeudamiento actual de los países, sería conveniente que parte de los recursos necesarios provinieran del sector privado.


Las empresas están tratando de lavar sus imágenes con programas de Responsabilidad Social Corporativa. ¿Qué mejor motivo para invertir que el futuro de nuestra especie?