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Elementos a tener en cuenta en la organización del trabajo

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El éxito de una empresa depende en buena medida de la organización del trabajo que realizan sus miembros. Aunque este aspecto lo define la estructura empresarial que se adopte, también es necesario tener en cuenta otros elementos.

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¿Por qué es importante la organización del trabajo?

En términos generales, la organización del trabajo hace referencia a la definición del modelo de acción de cada empresa. Es decir, la manera en la que se van a realizar las acciones fundamentales para su funcionamiento.

Las formas de organización empresarial que una empresa adopta, nunca son iguales a otras. Aunque partan de modelos preestablecidos, siempre existirá un grado de adaptación a circunstancias, necesidades y obligaciones particulares. Recuerda: cada empresa es un mundo propio.

Corresponde a la gerencia y a los altos mandos vinculados a ella definir el modelo de organización del trabajo que se adoptará en cada caso. No puede ser cualquier modelo; debe ser el que mayor productividad y eficacia implique.

Organización del trabajo: cómo definir mi modelo

Además de la estructura, que es sin duda el elemento clave a la hora de definir el tipo de modelo de organización del trabajo, la dirección debe contemplar y analizar otros elementos relacionados. Los más importantes son:

  • El trabajo (las acciones a desarrollar):

Lo primero es saber en qué consisten realmente las acciones que tienen lugar en la empresa. Esto implica evaluar las cadenas de suministros y los procesos internos. Al realizar esto, a veces surgen acciones que no tienen ningún valor para el conjunto o que bien podrían integrarse con otras.

  • El lugar de desempeño:

No es lo mismo trabajar a distancia, en una sede física o a la intemperie. El lugar donde se desarrollen las acciones determinará la manera en que estas se ejecuten. Ojo, ten en cuenta que en el siglo XXI muchas empresas operan a través de medios digitales, con lo cual no hablamos exclusivamente de lugares físicos.

  • El personal:

Importa tanto el número de tus trabajadores como las capacidades, habilidades, talentos y destrezas que tengan. Un buen gerente se esmera en conocer a fondo a sus colaboradores para tener claro cuáles son los aportes de cada uno de ellos a la empresa. El objetivo es que las tareas delegadas en ellos no superen su capacidad productiva ni sean un obstáculo para el bienestar laboral.

  • Comunicación y relaciones:

En función del tipo de trabajo que realicemos, se definirán unos u otros modelos de comunicación interna. Por ejemplo, si la prioridad son los resultados y trabajamos con proyectos a corto plazo, quizá lo más conveniente sea un modelo vertical; sin embargo, si las relaciones son el centro del proyecto, la comunicación debe tener el menor número de barreras posibles.

  • Estilos de mando:

También influye la manera de dirigir a los equipos de trabajo. ¿De qué forma lo haces tú? Los liderazgos y las voces de mando otorgan identidad a los procesos.

  • Tiempos y plazos de ejecución:

El tiempo del que disponemos es uno de los factores que más influye a la hora de la organización del trabajo. No trabajamos igual cuando nuestra fecha de entrega es la próxima semana que si es dentro de un par de meses. Los plazos son vitales cuando repartimos las acciones previstas, distribuimos los recursos y prevemos los costes.

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