¿En tu empresa tenéis un “manual de estilo” para la innovación?
El miedo que tenemos como organización a una respuesta nos da la medida de nuestra voluntad de ser innovadores. En el anterior post exponía que las empresas deberían proponerse tener un “banco de preguntas” que permita conocer cuál es la opinión de la empresa en todo lo relacionado con las líneas estratégicas, este banco debería tener una parte accesible para todos los empleados porque eso permitiría que tuvieran una visión común. Además, sería una herramienta que facilitaría la incorporación de nuevos empleados porque les ayudaría a entender mejor la cultura de la empresa y a conocer el lenguaje propio de la empresa.
Otras preguntas que se añadirían a las que ya había expuesto en el último post son:
- ¿Cuáles son nuestras cinco barreras principales para la innovación?
Uno de los aspectos sobre los que se escribe habitualmente cuando se trata del tema de la innovación son las barreras que nos podemos encontrar (). Para dar respuesta a esta pregunta una técnica sería recopilar las diferentes barreras que se exponen en diversos artículos que podamos encontrar, así como las que se den en una encuesta que se haga entre los empleados. Una vez las hemos recopilado se podría decidir el quinteto principal mediante el uso de un sistema de priorización mediante matrices de decisión.
- ¿Cómo podríamos superar estas barreras?
De las cinco barreras que hemos considerado que son las principales de nuestra organización, debemos exponer cual es la forma en que consideramos que podríamos superarlas o cómo podríamos minimizar su efecto en la innovación.
- ¿Cómo reforzamos o incentivamos la innovación?
La innovación es una de las estructuras más endebles en la estrategia de una empresa. Esto se debe a que : “El innovador se transforma en enemigo de todos los que se beneficiaban con las leyes antiguas, y no atrae sino la amistad tibia de los que se beneficiarán con las nuevas”. Con esta frase hemos de ser conscientes que la innovación requiere de una actuación continua de comunicación en la que se repita el propósito de la empresa en este ámbito. Pero también es adecuado que la organización establezca cuales son los incentivos que se han establecido para promover y desarrollar la innovación en la organización.
- ¿Cómo reducimos la motivación para innovar?
Existen en la organización factores que desmotivan a las personas a innovar o a proponer innovaciones. P.ej: si en nuestra organización se castigan los errores o los fracasos estamos enviando un mensaje contrario a la innovación. Por definición la innovación es riesgo, y el riesgo incluye la posibilidad del error; si castigamos el error estamos cuestionando el hecho de correr riesgos y en consecuencia la innovación se ve claramente cuestionada.
- ¿Tenemos una manera de generar y hacer seguimiento de nuevas ideas?
La creatividad es uno de los principales generadores de nuevas ideas, y para desarrollarla existen numerosas técnicas. Uno de los expertos que hace años recopilo más de 120 técnicas de creatividad es Gianni Clocchiatti que hace más de diez años publicó, en italiano, el libro “” en el que explica el funcionamiento de cada una de las técnicas, sus objetivos y los campos de aplicación.
- ¿Con qué frecuencia generamos nuevas ideas?
Aquí se pueden utilizar indicadores cuantitativos como las estadísticas de propuestas de los empleados, o del número de reuniones de generación de ideas que se hacen al año. Pero aquí no deberíamos dejarnos deslumbrar por el número sino que debería ser la base para un análisis y comprensión completa del ciclo de la creatividad.
- ¿Qué fuentes utilizamos para nuevas ideas?
Aquí podemos optar por una creatividad cerrada, una innovación abierta o una innovación parcialmente abierta. En una innovación cerrada solo se podrían hacer aportaciones internas, en cambio en una creatividad semiabierta o abierta podríamos incorporar las ideas que nos hagan los clientes, los proveedores, terceros a quienes podamos preguntar, expertos en determinados ámbitos, etc.
- ¿Qué tan bien gestionamos las ideas que generamos? ¿Por qué?
El paso de la creatividad a la innovación necesita de un proceso de gestión de las ideas. No es suficiente con tener las ideas, lo importante es llevarlas a la práctica. Es decir, hay que transformar las ideas en innovación. Para ello deberíamos tener definido en la organización un proceso para gestionar las ideas en el que se explica que es lo que se va a hacer con las diferentes propuestas, quienes son los que van a decidir sobre esas propuestas, como se va a decidir, etc. Esto es muy importante porque es uno de los fundamentos sobre los que se sustenta la cultura de la innovación en una organización. Si todos los empleados saben cómo deben presentar sus ideas (p.ej. mediante un formulario estandarizado con una estructura común para todos), cuáles son los pasos que se van a seguir y como se le va a informar de la evolución de su idea.
- ¿Cómo podríamos gestionarlas mejor?
Un proceso de gestión siempre es mejorable porque a lo largo del tiempo detectamos cosas que no funcionan o necesitamos añadir aspectos que al principio no habíamos considerado bien sea porque no creíamos que fuese necesario, bien sea porque no los hubiésemos pensado. Es normal que al hacer algo nuevo descubramos cosas nuevas.
Todas estas cuestiones y las anteriores se deben ir añadiendo a nuestro banco de preguntas para que todos nuestros empleados tengan un lugar donde poder tener respuestas a sus dudas sobre la innovación o a cómo deben comportarse frente a determinadas situaciones. En el fondo seria como un “manual de estilo para la innovación”.