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La explotación de las TIC's

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Una entrevista que leí hace unos días en la prensa, en la que un reputado economista exponía su teoría sobre la evolución del capitalismo, me ha hecho reflexionar sobre la crisis que estamos atravesando y la relación que guarda con las tecnologías de la información y de las comunicaciones (TIC’s). Realmente es un aspecto sobre el que no había reparado, a pesar del interés que me despierta el análisis del desarrollo tecnológico y su impacto en las personas y en la sociedad.

Lo primero que llamó mi atención es que son únicamente 4 grandes empresas tecnológicas las que dominan la escena y el valor que han alcanzado en el mercado es muy superior al de otras empresas pertenecientes a sectores clásicos de la producción, de hecho estas grandes compañías ya cuentan con una denominación que las identifica formada por el acrónimo  GAFA, que se corresponde con las siglas de las firmas: Google, Apple, Facebook y Amazon.

Otro aspecto que es importante destacar es que estas empresas obtienen grandes beneficios gracias a la actividad de los usuarios, lo que les evita contratar un elevado número de empleados, con el consiguiente ahorro en costes que ello supone y, sin embargo, estas empresas no suelen repartir sus ganancias ni tan siquiera pagando impuestos, ya que suelen establecerse en lugares que les permiten obtener un considerable ahorro fiscal. Resulta paradójico que a la vez que las empresas tecnológicas se enriquecen gracias a las contribuciones de los usuarios, no reparten ni tan siquiera de forma indirecta sus beneficios, ya sea generando empleo o pagando impuestos.

Las plataformas tecnológicas son la base de la economía disruptiva y uno de sus elementos característicos, es que en esta nueva economía no se requiere inversión en bienes de capital similar a la que exigía la economía convencional. Actualmente es posible ofertar alojamiento sin realizar previamente inversiones en infraestructura para construir hoteles, sólo hace falta aprovechar la existente, como son las viviendas de los particulares que ellos mismos ponen a disposición de los usuarios a través de una plataforma. Lo mismo ocurre con el transporte, ya que en este tipo de economía no hace falta contar con una flota de automóviles para prestar el servicio a los usuarios.

Estos aspectos habían sido analizados en un anterior post, en el que expusimos las ventajas y las oportunidades que las propias instituciones, tanto nacionales como europeas, destacaron sobre estos nuevos modelos de negocio. Sin embargo, las instituciones también mostraron la necesidad de regular determinados aspectos de la actividad de las plataformas tecnológicas, como son las relaciones de trabajo, para evitar que se presente abusos y permitir la coexistencia de distintos sistemas, ya se trate de personas que actúan por cuenta propia o de trabajadores asalariados.  La cuestión fiscal también ha sido contemplada y una de las preocupaciones es la de evitar la evasión fiscal, encontrando fórmulas adecuadas para permitir que la nueva economía respete las mismas reglas y quede sujeta a los mismos tributos.

Lo que más me impactó de la entrevista es que, según el experto, la economía disruptiva ha generado un nuevo capitalismo que condena a las personas a un nuevo tipo de esclavitud, ya que las empresas tecnológicas están aprovechando la actividad de los usuarios, quienes cada vez están más tiempo conectados generando datos y tráfico que las empresas monetizan. Esta situación rompe con las garantías del Estado de bienestar y por ello, proclama la necesidad de instaurar una renta universal o complementos salariales para los sueldos más bajos.

Esta teoría no me ha dejado indiferente, porque sin necesidad de hacer un gran esfuerzo analítico, me doy cuenta del impacto de las tecnologías en nuestras vidas. Cada día somos testigos de los efectos del uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones y de su gran potencial. Pongamos por ejemplo, la caza de los seres virtuales que tienen copada la atención de los más jóvenes y el potente efecto de sus convocatorias. Otro es la facilidad con la que podemos acceder a información para conocer sobre temas insólitos, ya que basta con realizar una búsqueda en uno de los motores de Internet para obtener de forma inmediata resultados; y lo sencillo que resulta ubicarse en cualquier punto haciendo uso de las aplicaciones GPS que son capaces de guiarnos y llevarnos del punto de partida hasta el punto de destino, sin ninguna dificultad. Son incontables las ventajas que los usuarios obtenemos del uso de la tecnología, pero no es menos cierto que también las TIC’s pueden ser utilizadas para fines perversos.

Desafortunadamente, también podemos citar innumerables ejemplos sobre los usos negativos de las TIC’s. En nuestro entorno cercano, hemos sido testigos de las manifestaciones groseras y ofensivas a las víctimas del terrorismo, que recibieron el más severo reproche por nuestros Tribunales, también se constata un aumento de la utilización de medios tecnológicos para controlar o incluso para molestar o acosar.

Pero no quiero terminar  este comentario con un mensaje pesimista, ni con una crítica a las TIC’S, ya que siempre he defendido la neutralidad tecnológica. Lo que pretendo es hacer una propuesta que nos lleve a reflexionar sobre el rol que deben desempeñar las TIC’s en nuestra sociedad y el que debemos asumir los usuarios, ya que somos las personas quienes podemos decidir sobre su uso. Por mi parte, aprovecharé el paréntesis veraniego para desconectar y pensar.