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La gestión del déficit tecnológico en las pymes puede ser una amenaza

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El tejido de pequeñas y medianas empresas constituye el núcleo estratégico del empleo en casi todos los países y son parte consustancial de su estabilidad económica

Uno de los aspectos en el que las pymes presentan dificultades es en el de la adopción de nuevas tecnologías. Estas dificultades se pueden observar en los presupuestos anuales dedicados a invertir en tecnologías, en el desconocimiento de las tecnologías existentes y en la potencial aplicación en la empresa, en la dificultad para encontrar a personal con una formación específica para determinadas tecnologías. Especialmente con tecnologías muy novedosas, en las que hay comparativamente pocos especialistas, los salarios que pagan las grandes empresas hacen que no tengan candidatos a los puestos que ofrecen, con lo que su desarrollo tecnológico queda frenado. Algunas lo que hacen es formar a su propio personal con esas tecnologías, pero viéndose obligadas a establecer elementos de retención del talento que varían en función de la visión sobre el tema que se tiene en la empresa. 

No es solo en la implementación y en la adopción de tecnologías donde se pueden encontrar dificultades sino que también puede haber dificultades en su adquisición

El año pasado y lo que llevamos de este nos ha mostrado como la globalización en la fabricación de tecnologías o de productos con tecnologías incorporadas ha afectado a las cadenas de suministro hacia los clientes finales o hacia clientes intermedios. La escasez de componentes tecnológicos “elementales pero fundamentales”, que a veces se han considerado sin importancia estratégica, puede generar un impacto en los negocios de consecuencias imprevisibles o definitivas. 

Uno de los casos que está hoy en día sobre la mesa de la Alta Dirección o la Gerencia de muchas empresas es el de la escasez de microchips. Esta escasez ha sido objeto de noticias tanto en medios de comunicación de la prensa, en papel o digital, como en los informativos de radio y televisión. La importancia de esta escasez se debe a que la mayoría de los productos tecnológicos incorporan microchips para desarrollar sus funciones y funcionalidades. Esta escasez acepta tanto a la fabricación de vehículos, cómo a la fabricación de equipos médicos, como la fabricación de teléfonos móviles o tabletas, como a la fabricación de ordenadores, como la fabricación de consolas de videojuegos.  

Ante esta situación en muchos países se han alzado voces contra la deslocalización que se produjo hacia terceros países de las tecnologías esenciales por una mera cuestión económica de reducir costes en mano de obra para aumentar los beneficios. Un proceso desarrollado bajo el paraguas de una moda de filosofía de gestión empresarial consistente en decir que “lo importante es tener el diseño (la I+D) y la comercialización ( el marketing y las ventas) y ceder a terceros la fabricación, porque nuestros procesos son los que generan valor añadido”. El problema de esta filosofía es que la dependencia tecnológica es total, pero además al no tener el control de los procesos de fabricación y sus evoluciones podemos estar alimentando nuestra futura competencia que sabrá mas del proceso de fabricar que nosotros. 

El problema subyacente al retorno de muchos deslocalizaciones tecnológicas es que los plazos necesarios para poder empezar a fabricar los productos que se necesitan suelen ser largos. Y a menudo se necesita personal capacitado que no se encuentra porque por un lado los que la conocían ya no están en activo porque se han jubilado, y por otro lado como que la formación en esa tecnología ya no se pedía, porque no había donde aplicarla, se dejo de impartir en los centros educativos del ámbito tecnológico.  

Es curioso y sintomático cuando se habla del Capital Intangible de las organizaciones, que aquellas en las que se dedica un esfuerzo sustancial en tiempo y en personas a realizar un inventario de los activos intangibles que poseen, la descripción y valoración de los conocimientos, las competencias y las capacidades en las tecnologías que necesita la empresa para mantenerse en el mercado están realizadas con gran detalle. A veces incluso se describen matrices temporales de riesgo indicando aquellas tecnologías en las que será necesario un proceso de relevo generacional proveyendo los plazos en que los expertos se van a jubilar, o aquellas en que solo hay un experto y su impacto en caso de que no pueda continuar trabajando. 

A lo largo de mi vida profesional he escuchado decir que todo el mundo es sustituible. Si bien a priori esto puede parecer cierto, el problema es que si esa persona experta en una tecnología, que según tu es sustituible, se va mañana y no vuelve ¿sabes cuanto vas a tardar en encontrar el sustituto?  ¿sabes lo que te van a costar los errores que cometerá ese sustituto que no tiene la misma experiencia?   ¿y mientras no tienes sustituto sabes como afecta eso a la operativa de tu empresa?