Los equipos de éxito no están formados por los cerdos de la granja
En una barca donde todos los remeros son zurdos y reman por el mismo lado lo único que hacen es dar vueltas en círculos. Esto mismo puede ocurrir si los integrantes de un equipo de innovación tienen todo el mismo perfil y realizan el mismo rol.
Una estrategia para definir equipos de innovación cuyos integrantes sean heterogéneos es utilizar la metodología del denominado “modelo de roles de equipo” desarrollado por el británico Raymond Meredith Belbin. Este modelo define nueve tipos de roles organizados en tres grupos; y postula que en función de cómo están distribuidos estos roles entre sus miembros puede suponer el éxito o el fracaso del equipo. Lo que pretende es ayudar a definir equipos con un equilibrio global entre sus miembros al definir una distribución ideal de sus tareas y sus responsabilidades y estableciendo unas bases para incrementar su eficacia.
Los tres grupos de roles se denominan:
- De Acción: son los que se ocupan de pasar a la acción, llevar a cabo y finalizar una tarea.
- Mentales: son los que tienen el conocimiento y las competencias, la visión crítica y la creatividad para hacer una tarea.
- Sociales: son los que se ocupan de cohesionar y coordinar el grupo, y del contacto con el exterior.
Por lo que respecta a los nueve roles que plantea el modelo de Belbin, estos son:
1. Impulsor.
Es quien genera ideas y que tiene potencial creativo. Normalmente tiene un pensamiento radical pero no se comunica bien. Como que continuamente está impulsando proyectos es enérgico, impulsivo y exigente; pero también puede ser agresivo y frustrarse si se siente incomprendido con sus visiones.
2. Implementador.
Es quien pone en práctica las ideas, el que las organiza para hacerlas viables. Es poco entusiasta del pensamiento radical, lento en percibir las cosas y tiende a analizarlo todo.
3. Finalizador.
Es quien garantiza la calidad y precisión del proyecto. Se centra en los detalles finales como la calidad, la facilidad de uso, etc. Tiende a controlarlo todo y se preocupa por los riesgos, esto puede suponer que delegue poco y sea desconfiado.
4. Creativo.
Es el imaginativo, innovador y resolutivo del equipo. Con una gran capacidad para enfrentarse a los problemas ofreciendo soluciones diferentes a menudo disruptivas. Tiende a ignorar el día a día y es poco práctico.
5. Especialista.
Es el experto en alguna disciplina clave del proyecto y un gran profesional. Es decidido, con iniciativa y se involucra seriamente aportando sus capacidades y sus conocimientos que, a menudo, no están al alcance de todos. Sus intereses en el proyecto son limitados y se ocupa de detalles técnicos. Suele ser individualista
6. Evaluador.
Es quién hace la crítica de las ideas y corta las líneas de desarrollo que no tienen viabilidad. Objetivo, pragmático y prudente. Con visión estratégica por lo que contempla todas las opciones y juzga con precisión, pero es escéptico y poco creativo.
7. Cohesionador.
Es quién organiza el equipo en torno a una idea y que se lleve adelante. Fomenta la cooperación entre los miembros y cohesiona el equipo. Considera importante mantener o restablecer la cohesión del grupo por lo que se preocupa por resolver los conflictos internos y hace de mediador.
8. Buscador de Recursos.
Es quién se ocupa de detectar oportunidades y movilizar los recursos necesarios para llevar a cabo los proyectos. Emprendedor, conoce quién, qué y dónde. Con facilidad para establecer contactos pero tiende a no terminar las tareas, a ser ilocalizable y aburrirse.
9. Coordinador.
Es quién define los objetivos y prioridades. Procura que todos los miembros del equipo participen en las discusiones y decisiones pero al final es quien decide en las situaciones donde no hay acuerdo. Tiende a ser manipulador y a no exponer su opinión.
Como vemos de la descripción los nueve roles son complementarios, pero a su vez también debido a sus características pueden entrar en conflicto entre ellos. Por este motivo es importante que el responsable del proyecto o del equipo conozca cual es el rol de cada uno y pueda actuar en consecuencia. Además si todos los integrantes conocen y entienden el rol de cada uno pueden actuar de forma constructiva y limar sus asperezas de forma profesional y adulta.
Los nueve roles se agrupan en los tres grupos citados al principio de la siguiente forma:
- El grupo de Acción está formado por el Impulsor, el Implementador y el Finalizador.
- El grupo Mental está formado por el Creativo, el Especialista y el Evaluador.
- Y el grupo Social está formado por el Cohesionador, el Buscador de Recursos y el Coordinador.
Lo interesante de este modelo es que si determinamos para las personas que consideramos podrían formar parte de un equipo de innovación cuál es el rol (o roles) en el que se ubican de forma natural entonces podemos escoger aquellos miembros que a priori sean complementarios con lo que conseguimos la deseada heterogeneidad. Si no lo tuviésemos en cuenta y tuviésemos un grupo con solo creativos y buscadores de recursos entonces el proyecto no se acabaría nunca.
Considero que es una metodología a tener en cuenta que aunque no garantiza que el proyecto que el equipo va a desarrollar sea un éxito, sí que ayuda a que el equipo trabaje con eficiencia y eficacia.
Parafraseando a George Orwell: Si en tu equipo todos los animales son iguales, y algunos son más iguales que otros, entonces eso no es un equipo... Es una granja.