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Los síndromes del liderazgo y el burnout laboral

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En las organizaciones empresariales debe existir una buena comunicación, tanto interna como externa, para evitar que nazcan problemas que afecten a la productividad y la competitividad de los propios trabajadores.

Una buena propuesta comunicativa es el recurso fundamental para convertirse en líder; por lo que debe existir una habilidad en la misma para evitar, en un liderazgo naciente, puedan aparecer síndromes que puedan echar a la papelera las intenciones productivas de una organización.

Si nos centramos en los tipos de síndromes, podríamos destacar según los estudiosos en psicología empresarial:

  • Síndrome del pigmeo: se caracteriza por el gran temor que le provocan los subalternos más creativos o más preparados que el propio líder. Se considera que esa persona es una amenaza a su autoridad, por lo que busca la ruina al afán creativo o eliminarlos del grupo.

Este síndrome genera equipos de bajo rendimiento y auto estima, de fácil control, con rendimientos mediocres y poco innovadores.

  • Síndrome de Hammurabi: consiste en frenar los procesos comunicativos de la organización estableciendo complejos procedimientos de autorización, memos, planillas, manuales de procedimientos (por ello la relación con el Código Hammurabi), todo ello acompañado de gran papeleo.
  • Síndrome de Napoleón: es típico en los líderes descuidados y de bajo nivel, es identificado por sus prácticas comunicativas como las amenazas, humillaciones en público e incluso la ofensa verbal o física. Ello comporta romper totalmente la confianza y los puentes de comunicación honesta entre el líder y su equipo.
  • Síndrome del padrino: es ocasional en líderes de estructuras altamente politizadas, donde no se selecciona la capacidad productiva sino de acuerdo ha determinado rango de lealtad y sumisión al padrino. Este tipo de líder otorga y quita recompensas para controlar y buscar que sus subordinados reconozcan su superioridad.

Respecto a los empleados, los cuales no son líderes o Responsables de determinadas Áreas, pueden sufrir un trastorno emocional, denominado el burnout laboral o síndrome del quemado que está vinculado al ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado.

Los síntomas más comunes son la ansiedad y depresión, que son motivos de la gran mayoría de bajas laborales. Suele aparecer en las personas que han elegido su oficio de manera vocacional (frecuente en profesorado, medicina o enfermería), y con menos asiduidad en trabajos que se desempeñan de forma obligatoria.

Las causas de este tipo del síndrome del quemado, pueden ser:

  • La principal causa es el entorno laboral y las condiciones de trabajo.
  • Altos niveles de estrés, carga de trabajo excesiva, poca autonomía, falta de formación para el desempeño del trabajo, malas relaciones y falta de apoyo.
  • Exceso de burocratización, falta de tiempo para organizar tareas.
  • Unas expectativas respecto a la actividad laboral que no se ajustan a la realidad cotidiana, provocando una adaptación más lenta.
  • Afecta a las personas inseguras, conformistas y dependientes.

Los principales síntomas pueden ser:

  • Dificultad para concentrarse.
  • Insomnio.
  • Impaciencia e irritabilidad.
  • Baja autoestima.
  • Dolor de cabeza.
  • Aburrimiento.
  • Absentismo laboral.
  • Mala comunicación.
  • Estado de nerviosismo constante.
  • Agresividad.
  • Taquicardia.

Y otros síntomas que pueda tener una persona que no está bien consigo misma, debido al entorno laboral.

Delante esta situación, ¿Cuál sería la prevención del síndrome?:

  • Evaluar desde la propia empresa las situaciones de estrés.
  • Mejorar la organización, y disponer de herramientas necesarias para que el trabajador pueda realizar sus tareas de forma adecuada.
  • Que los trabajadores modifiquen las expectativas que puedan tener en el trabajo.

Existen dos tipos de síndromes del trabajador quemado:

  • El burnout activo: el trabajador mantiene una conducta asertiva. Se relaciona con elementos externos a la profesión.
  • El burnout pasivo: aparecen síntomas de apatía y se relaciona con factores internos psicosociales. No confundir con el trabajador vago.

Son síntomas que van creciendo progresivamente, se tiende a tener dificultades para resolver problemas, se suele abusar de fármacos y alcohol. En definitiva es una situación, dentro del ámbito laboral, que no se desea a nadie.

Como reflexión delante de estos síntomas de los líderes o de los empleados, ser vosotros mismos sin temor a expresar vuestras cualidades delante de un equipo que dirijas; y si eres empleado no dudes en levantar la mano en cualquier situación que te pueda perjudicar, entablando una buena comunicación. A veces nos subestimamos y podemos ser muy buenos y capaces en el trabajo. “Que nada ni nadie te prive ser el mejor”