Método Kaizen, clave para un sistema de mejora continua
De todos los procedimientos orientados a mejorar la calidad de los procesos al interior de las empresas, uno de los más sencillos y fáciles de implementar es el denominado método Kaizen, que además puede extrapolarse a otras esferas de la visa social o de ciertos aspectos del desarrollo individual de las personas.
Sin embargo, en este caso nos interesa valorar las aportaciones que el método puede hacer a la gestión empresarial y cómo, según afirman algunas especialistas en el área, puede llegar a ser fundamental para la mejora continua de los procesos corporativos.
Método Kaizen, ¿de dónde viene y cómo se originó?
El método Kaizen proviene exactamente de los vocablos japoneses ‘kai’ y ‘zen’, los cuales, unidos, se traducen al español como ‘acción del cambio’ o ‘mejora continua, gradual y ordenada’. Es decir, se refiere a una filosofía antigua asociada a la toma de decisiones que permite avance progresivo.
Se cree que una de sus fuentes son las tradiciones orales que caracterizaron a la cultura japonesa durante siglos, las cuales se pueden resumir en una frase sencilla pero, a la vez, contundente: ‘Todo largo camino comienza con un pequeño paso’.
O dicho de otro modo: el método Kaizen no contempla resultados abruptos. Todo lo contrario, los cambios se producen gradualmente, de forma progresiva y siempre en una dirección que suponga un avance o evolución.
Ejemplos de empresas que han aplicado el método Kaizen
Toda esta teoría ha sido aplicada a lo largo de décadas por numerosas empresas, entre las cuales cabe destacar algunas como Toyota, Hitachi o Sony. Al hacerlo, estas tres compañías se convirtieron en referentes de la calidad de los procesos y del desarrollo de estándares productivos en sus respectivos sectores.
Esto se explica por una sencilla razón: el método Kaizen impulsa a las empresas a la mejora de los estándares con los que se mide la eficacia de sus procesos internos, así como al aumento de los niveles de productividad y la reducción de los plazos de espera.
El tiempo, la prioridad en el método Kaizen
Para el método Kaizen y la filosofía que lo sustenta, el tiempo es un valor estratégico, es decir, un recurso de altísima estima que debe aprovecharse al máximo en cualquier proceso corporativo. Emplearlo mal es una acción reprobable.
Sin embargo, una gran mayoría de las empresas que operan en la actualidad o bien hacen una gestión deficiente del mismo, o simplemente no le prestan la atención que debería tener. De ahí que los resultados no sean los que se han previsto con antelación.
En este punto radica la clave del método Kaizen: al emplear mejor el tiempo del que disponemos, sea cual sea la naturaleza del proceso a desarrollar, la acción es mucho más efectiva y productiva en términos de rendimiento.
Por el contrario, cuando existen aplazamientos, demoras, incumplimientos o falta de previsión de plazos, los planes en su conjunto se ponen en riesgo. Dilapidar el tiempo de un proyecto es, al mismo tiempo, dilapidar sus opciones de éxito y posicionamiento.