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Metodologia agile: ¿Cuáles son los 12 principios de su modelo?

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Visto con la perspectiva de los años, la aparición de las metodologías Agile tuvo que ser un hecho histórico: insatisfechos con las soluciones de los modelos tradicionales de gestión, un grupo de profesionales declara su independencia de los mismos y aboga por la aplicación de otros que, al menos en teoría, son más eficaces. Entonces corrían los años 90 y nadie sabía muy bien de qué iba todo aquello.

Este hecho fue acompañado de la publicación de un documento, el Manifiesto Agile, en el que se recogían los principios y valores de las herramientas agrupadas bajo este rótulo, cuyo objetivo era mejorar la gestión de proyectos.

El sector del software y de las nuevas tecnologías fue el primero en aplicar el modelo. Los buenos resultados no sólo saltaron a la vista, sino que desde la década del 90 hasta el año 2000 se confirmaron en otras áreas.

Un año más tarde, en la ciudad de Snowbird (Estados Unidos), los impulsores de esta corriente de gestión bautizaron formalmente al grupo de herramientas con el nombre de Ágile , lo cual era una alusión directa a la agilidad y el máximo rendimiento para el que habían sido diseñadas en los años posteriores al manifiesto.

Algunas de las más importantes fueron: Agile Modeling, Agile Unified Process, Crystal Clear, Extreme Programming y, sin duda, Scrum.

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¿Qué es la metodología Agile? Principios del Manifiesto Agile, toda una declaración

Sin embargo, lo más llamativo de todo el proceso fue la publicación del manifiesto que dio origen a este modelo de gestión, el cual se ha convertido desde entonces en una referencia insoslayable en la materia. ¿Cuáles eran sus 12 principios?

  1. Satisfacción del cliente. Es la base de todo. Se alcanza a través de la entrega de productos de valor que cubran una necesidad.
  2. Bienvenidos los nuevos requisitos. Cambiar sobre la marcha no es dar un paso atrás. Cualquier sugerencia o solución es bienvenida si se trata de mejorar el producto.
  3. Entregas por semanas. La división del trabajo en fases productivas es la base de la metodología. En lo posible, ejecutar una cada semana.
  4. Es posible medir el progreso. La evolución de los procesos no es un elemento subjetivo. Se puede medir con indicadores concretos.
  5. Desarrollo sostenible. La forma de ejecutar los proyectos debe garantizar en sí misma su continuidad. No es una cuestión de hacer por hacer.
  6. Trabajo cercano. Los líderes de los proyectos deben ejercer su labor en el mismo terreno donde tienen lugar las tareas y no desde los despachos.
  7. Conversación cara a cara. El gestor responsable debe comunicar de forma eficaz sus mensajes, mejor si se hace de forma presencial. Se recomiendan reuniones periódicas tanto con el cliente como con sus colaboradores.
  8. Motivación y confianza. Los procesos sólo tendrán éxito si quienes los llevan a cabo son personas motivadas y que interactúan en climas de confianza y solidaridad.
  9. Excelencia técnica y buen diseño. Las formas nunca deben perderse, así como tampoco la calidad del trabajo. Todo es un conjunto.
  10. Simplicidad. Las tareas han de ser lo más sencillas posible. Si alguna no puede ser ejecutada en esos términos, debe ser dividida en iteraciones hasta que se reduzca su nivel de complejidad.
  11. Autogestión de los equipos. Si bien debe existir una figura que monitorice los equipos de trabajo , éstos deben ser capaces de organizarse por sí mismos. El exceso de jerarquías crea dependencia entre los colaboradores.
  12. Adaptación circunstancias cambiantes. Los proyectos no suelen terminar de la misma forma en que empezaron. Es indispensable que quienes los ejecutan puedan adaptarse a las distintas circunstancias que puedan surgir.

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