¿No sabes cómo elaborar tu presupuesto? Aquí te dejamos un ejemplo
No es necesario contar con conocimientos avanzados en finanzas y contabilidad para la elaboración de un presupuesto. Basta con un poco de disciplina, voluntad y orden en el momento de exponer el contenido del documento.
Los presupuestos son herramientas que permiten visualizar el origen y el destino de los ingresos de un negocio y la relación entre activos y pasivos. Es cierto que existen muchas modalidades para elaborar un presupuesto. Sin embargo, también lo es que todos los presupuestos establecen unas categorías estándar para que la herramienta tenga utilidad. Veamos las principales:
a) Ingreso neto: todos los negocios tienen un ingreso neto que puede medirse cada cierto tiempo, generalmente de forma mensual. Esta cantidad equivale al dinero que queda en caja tras haber realizado las deducciones correspondientes.
b) Gastos: se refiere a las deducciones del punto anterior, como por ejemplo el pago de impuestos, el pago de proveedores y distribuidores, las nóminas, las cuotas de la Seguridad Social, el alquiler, entre otros. En este apartado debe haber margen para otro tipo de gastos que eventualmente pueden presentarse.
c) Relación gastos-ingresos: de este emparejamiento se puede extraer información para determinar la rentabilidad de los negocios. Si el margen es poco, se deben buscar alternativas para un mayor rendimiento; si es positivo, el asunto pasa por analizar de qué forma pueden reinvertirse esos beneficios.
Aplicando la teoría: un ejemplo de presupuesto
A continuación vamos a aplicar los tres elementos del apartado anterior en un ejemplo concreto: una frutería ubicada en un barrio residencial. Los pasos que debe tener en cuenta nuestro emprendedor para elaborar su presupuesto mensual son:
- Disponer de una herramienta para la elaboración del documento, el cual debe ser escrito. La más habitual es la tabla de Excel, que da la opción de emplear más de una pestaña en un mismo documento.
- Elaborar una relación de ingresos netos, es decir, los beneficios que la frutería percibe en el período de tiempo incluido. Esta cifra suele ser el resultado de la media de ingresos del negocio en los meses anteriores.
- Elaborar una relación de gastos netos y fijos, o sea, de aquellos que no varían en ningún caso: alquiler del local, pago de proveedores y distribuidores, facturas del agua, la luz, impuestos, nóminas de empleados, seguridad social, etc.
- Incluir una tercera lista con gastos variables o cuya suma sufra cambios por circunstancias diversas: reformas, imprevistos, entre otros.
- Relacionar las listas de ingresos y de gastos netos. La cifra que se obtiene de esta relación es lo que se conoce como beneficios reales o totales de la frutería durante el mes sobre el que se realiza el presupuesto.
- Elaborar las proyecciones. Lo más recomendable es que se realice en una hoja o documento adjunto. Nuestro frutero debe dejar constancia de pequeños propósitos que aspira a alcanzar durante el mes en cuestión. Las categorías más comunes son: ahorro, ampliación del negocio, nuevas contrataciones, etc.
- Establecer prioridades que surjan de esa lista de proyecciones. Es claro que no todos los objetivos tienen el mismo grado de importancia. Nuestro frutero, por ejemplo, desea abrir una sección dedicada a las verduras y luego, con los beneficios obtenidos, contratar un empleado más en el local.
- Definir qué beneficios pueden reinvertirse en esas prioridades y cómo lo vamos a hacer. Como último paso, nuestro frutero debe decidir qué monto destinará a la apertura de la sección de verduras, qué pagos hará a los nuevos proveedores y cómo piensa hacer publicidad a esa nueva sección del local.