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Proyecto educativo: consideraciones previas

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Para garantizar el éxito de un proyecto educativo sabemos que son fundamentales aspectos como su alcance, su impacto y la posibilidad de generar cambios sostenibles a largo plazo en el entorno donde se ejecuta.

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Sin embargo, pocas veces nos preguntamos cuál debe ser el marco ideal para que un proyecto de este tipo obtenga los resultados que se ha propuesto.

Claro, no todos los proyectos educativos tienen la misma naturaleza ni apuntan en el mismo sentido, aunque eso no nos exime de entrar en dicha cuestión. Existen unas cuantas consideraciones previas que, al margen de las especificaciones de si el énfasis está puesto en lo pedagógico, en la infraestructura o en el impacto social.

¿Qué cosas debes tener en cuenta antes de diseñar tu proyecto educativo?

Las consideraciones previas de las que te hablamos no son otra cosa que elementos que debes atender antes de sentarte a redactar el texto del proyecto educativo como tal. Son condiciones que tienen que ver tanto con la singularidad de este tipo de proyectos como con la coyuntura en el que se ejecuta. Veamos:

  • Temporalidad:

Todo proyecto educativo debe tener unos plazos de ejecución definidos. Esto no quiere decir que no haya lugar a modificaciones, pero sí que dichos plazos servirán de referencia y se respetarán tal como se concibieron en la medida de lo posible. La idea es que no pueda ejecutarse indefinidamente, ni siquiera en aquellos casos en que se trate de acciones como el cambio de un sistema educativo o la construcción de obras para mejorar el acceso a las aulas.

  • Fomenta la participación de varios agentes educativos y sociales:

La educación es, por definición, un elemento integrador. Este tipo de proyectos, por tanto, fomenta la interacción de varios agentes, no sólo de aquellos a quienes se les ha encargado la misión de llevar a cabo las acciones educativas como tal, sino también de los beneficiarios directos o indirectos, es decir, las comunidades que se benefician del impacto pedagógico como tal.

  •  Tiene objetivos pedagógicos concretos:

Cuanto más concretos sean los objetivos de un proyecto educativo, mayores serán sus opciones de éxito: construcción de una escuela, integración de grupos sociales, introducción de elementos tecnológicos en las aulas, cambios en los programas de educación, etc. Los objetivos marcan la dirección de un proyecto, y por ello ésta es, quizá, la condición previa más importante.

  • Legislación educativa vigente:

Muchos proyectos educativos plantean elementos innovadores para el medio donde operan, pero a la vez chocan con las normativas vigentes. Por ello, conviene que sus responsables estudien antes la compatibilidad del mismo con las leyes educativas, sociales y culturales del medio en el que se quiere implementar.

  • Tiene una identidad:

La identidad de un proyecto educativo la constituyen los valores y principios, es decir, el trasfondo de sus acciones. Sus responsables deben tener claro qué lo hace distinto a otros proyectos y a partir de ahí difundir esos elementos entre quienes se benefician de él de forma directa o indirecta. Lo contrario supone poner en marcha un proyecto que pasara desapercibido en fondo y forma.

De todas estas consideraciones previas, ¿cuáles tiene tu proyecto educativo? No lo olvides: tan importante como el proyecto en sí mismo son las condiciones que hacen posible y sostenible sus acciones. ¡Toma nota de ello y llévalo a la práctica!Ebook GRATIS: Metodología Scrum