asertividad y empatia

Tips para desarrollar la asertividad y empatía en la empresa

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Y tú, ¿crees que la asertividad y la empatía son habilidades menores en el ámbito académico o laboral? ¡Nada más lejos de la realidad! Estas dos skills pueden ayudarte a mejorar la comunicación, a resolver conflictos, a llegar a acuerdos, y lo más importante, a mejorar las relaciones interpersonales con tus compañeros, así como a sentirte mejor contigo mismo a nivel personal. Pero, ¿cómo se puede conseguir todo esto? A continuación te explicamos qué es la empatía, qué es la asertividad, y cómo puedes desarrollarlas. ¡Sigue leyendo!

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¿Qué diferencia hay entre empatía y asertividad?

A pesar de que la asertividad y la empatía muchas veces se utilizan como sinónimos, lo cierto es que estas dos cualidades no son iguales:

  • La asertividad es una habilidad social que permite a las personas expresar sus pensamientos, opiniones e intereses de forma adecuada y en el momento adecuado. Es decir, está más enfocado a nosotros mismos, a ser capaces de expresarnos de forma adecuada. La asertividad es una de las cualidades más importantes en la dirección de empresas
  • Por otra parte, la empatía está más relacionada con los demás, con cómo hacemos sentir a los que nos rodean, es decir, en cómo escuchar de forma activa sin juzgar y dejando de lado nuestras propias convicciones. En este sentido la empatía sirve para crear lazos cercanos con los demás, ya que se trata de aprender a comprenderlos. Por eso la empatía es una habilidad muy útil para los líderes. 

A pesar de todo, la asertividad y empatía comparten muchos rasgos similares: ambas permiten el reconocimiento de los pensamientos propios o ajenos y facilitan la interpretación de los sentimientos, y en ambos casos la idea de flexibilidad está implícita. Por otra parte son dos tipos de habilidad que mejoran la convivencia, al manifestar sus efectos positivos en la comunicación y el comportamiento.

¿Qué rasgos de una persona demuestra que se comunica con empatía y asertividad?

¿Crees que eres una persona asertiva y empática? La respuesta depende de si sigues estas pautas de comunicación, que son rasgos que permiten identificar a las personas que practican la empatía y la asertividad: 

  • Eres muy respetuoso con las opiniones y creencias de los demás, y no intentas restarles validez ni menospreciar a quien las expresa.
  • Entablas conversaciones sin prejuicios ni ideas preconcebidas sobre los demás.
  • Eres comprensivo y te esfuerzas en ponerte en los zapatos de las otras personas para intentar comprender por qué actúan como actúan. 
  • No intentas proyectar tus valores ni tu forma de vida en los demás.
  • Evitas herir los sentimientos de los demás o juzgar su vida personal. 
  • Te expresas de forma clara y firme, sin rodeos. 
  • Defiendes tus ideas y opiniones pero no buscas la confrontación, sino el diálogo y el entendimiento, razonando y justificando tus argumentos. 
  • Controlar el tono y el lenguaje corporal que empleas para no transmitir agresividad.
  • Si te has equivocado, pides perdón y reconoces tu error. 

¿Cómo desarrollar la empatía y la asertividad?

Pero, ¿y si crees que no eres una persona empática o asertiva? ¡No temas! Estas dos habilidades se pueden trabajar para ir mejorándolas. ¿Quieres saber cómo? 

Puedes empezar practicando la escucha activa, es decir, prestando atención a lo que los demás te dicen sin pensar en lo que vas a decir tú. A continuación debes intentar responder a la pregunta ¿por qué esta persona se comporta de esta forma? ¡Verás que muchas veces sus motivos están justificados! Esto te ayudará a ponderar tus propias opiniones y a no tratar de imponerlas. 

Por otra parte, debes aprender a expresar tus opiniones de forma clara, sin rodeos, pero de forma educada: elige los momentos adecuados (por ejemplo, no rectifiques a un compañero delante de todos, sino en privado) y no dejes que nadie más hable por ti o te imponga sus ideas. En este sentido es muy importante tener en cuenta la forma que vas a hacer sentir a tus interlocutores: piensa en cómo va a afectarles lo que tienes que decir, y en lugar de una acusación o una recriminación, busca una forma de expresarte que no les haga sentir inútiles. 

Asertividad y empatía: una combinación prometedora

La combinación de ambas capacidades permite que el individuo aumente su nivel de respeto y consideración por los demás cuando se dan en la misma persona. Sin embargo, cuando asertividad y empatía confluyen pero proceden de individuos distintos, se pueden producir situaciones poco constructivas, cuyos efectos serían perjudiciales para la relación entre ambos y el entorno.

Cuando en el ámbito laboral una persona demuestra y es conocida por su empatía, es habitual que otras excedan su asertividad, seguros de que difícilmente van a obtener un no por respuesta a sus demandas. Como consecuencia:

  • Las personas altamente empáticas podrían comenzar a perder su sentido de sí mismas.
  • Las emociones de los más asertivos marcarían el ritmo de las comunicaciones.
  • El impacto en la psique de los individuos con mayor empatía podría ser muy negativo, quedando desprotegidos frente al abuso, la manipulación y la bajada de autoestima que llegaría a largo plazo.

Asertividad y empatía deben conocerse para poder canalizarse adecuadamente en el entorno del proyecto. Esto implica tener en cuenta las habilidades intrapersonales de los miembros de los equipos, pero también de los líderes y personas que ocupen puestos de responsabilidad. Solo de esta forma será posible controlar la aparición de situaciones como:

  • Un Director de Proyecto que no sabe decir que no: que conducirá la iniciativa al fracaso por su incapacidad para delegar y su falta de realismo. Este es uno de los errores de los Directores de Proyecto más comunes. 
  • Un empleado que no sabe decir no: que asume todas las tareas que sus superiores le imponen a pesar de que sabe que existen muy pocas probabilidades de poder completarlas con éxito o que, si lo consigue, el impacto de tal nivel de compromiso y sobrecarga de trabajo en su salud se traducirá en problemas relacionados con el estrés.
  • Un Director de Proyecto excesivamente asertivo: sus comunicaciones pueden ser malinterpretadas por su equipo, si las personas a las que dirige su mensaje consideran que, por ser demasiado claro resulta tajante o autoritario.
  • Un empleado excesivamente asertivo: puede cuestionar las decisiones que vienen de arriba y obstaculizar el ritmo marcado para los trabajos o afectar a la productividad de otros miembros de su equipo, que deberían hacerse cargo de algunas de sus tareas para poder cumplir los plazos acordados.

Asertividad y empatía, si bien son cualidades del ser humano y habilidades positivas y deseables en el entorno laboral, deben ser siempre entendidas desde la moderación y buscando con ellas aumentar la realización personal manteniendo el respeto a los demás.

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