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Características de la SL con respecto a su capital social

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A la hora de poner en marcha una empresa hay diferentes formas jurídicas entre las que elegir. Podemos optar por una sociedad mercantil tipo Sociedad Anónima, una Sociedad Comanditaria o incluso una Sociedad Cooperativa. Pero una de las más usadas en la Sociedad Limitada, por eso en el artículo de hoy vamos a ver las características de la SL con respecto a su capital social, ya que es algo diferente al de otras entidades mercantiles.

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El capital social, una peculiaridad de la SL

En un artículo anterior ya examinamos las características de la SL, pero ahora nos vamos a centrar con más detalle en todo lo que afecta a su capital social. 

Una de las desventajas de la Sociedad Anónima es que el capital social que se exige para ponerla en marcha es muy alto, lo que puede suponer una barrera para el emprendimiento. De ahí que se optara por crear otro tipo de entidad mercantil muy similar pero con un capital social mucho más asequible para quién desea emprender.

La legislación mercantil determina que el capital social inicial de una Sociedad Limitada debe ser de, al menos 3.000 euros, sin que exista un capital máximo. Además, esta cantidad debe estar íntegramente desembolsada en una cuenta corriente al nombre de la entidad mercantil en el momento de constituirse la misma en escritura pública otorgada ante Notario.

Aportaciones dinerarias y no dinerarias

Otra de las particularidades que tiene el capital social de la Sociedad Limitada es que no tiene que ser aportado necesariamente en forma de dinero. Los socios pueden hacer aportaciones dinerarias y no dinerarias.

Esto quiere decir que un socio podría poner 2.000 euros, pero la aportación de otro podría venir en forma de equipamiento informático valorado en 6.000 euros, mientras que un tercer socio podría aportar una furgoneta valorada en 12.000 euros.

Dado que las aportaciones no dinerarias pueden dar lugar a problemas, es imprescindible que todos los bienes aportados hayan sido valorados y haya acuerdo de los socios con respecto al valor dado a los mismos. Esto evitará que haya conflictos en el futuro y ayudará a determinar la porción de propiedad de la SL que le corresponde a cada socio. Empezar con buen pie es la mejor manera de ir poniendo los cimientos de los valores corporativos.

División del capital social

Para terminar el repaso a las características de la SL con respecto a su capital social, no podemos pasar por alto el hecho de que el mismo está dividido en participaciones y no en acciones como ocurre en la Sociedad Anónima.

Esto implica que los socios se ven sujetos a una serie de limitaciones a la hora de transmitir sus participaciones a terceros. Si un socio quiere vender todas o algunas de sus participaciones debe ofrecerlas primero a aquellos que ya son miembros de la sociedad, solo en caso de que estos no quieran adquirirlas podrá traspasarlas a un tercero.

La Sociedad Limitada tiene algunas particularidades que no vemos en otras sociedades mercantiles, pero sigue siendo una de las mejores opciones para aquellos que están emprendiendo. De hecho, si el negocio va bien no es raro que una SL acabe evolucionando hacia una Sociedad Anónima.

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