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Cómo saber si necesitas recurrir a la mediación laboral

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En ocasiones, los desacuerdos y conflictos entre socios llevan a tener que recurrir a la mediación laboral. Es una situación bastante más frecuente de lo que pudiera imaginarse y que, desde luego, tiene muchas ventajas en comparación con la vía judicial. No obstante, no siempre es necesario recurrir a ella.

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¿Es necesaria la mediación laboral?

Quienes atraviesan un momento de tensión con sus partners de negocios se planean si recurrir a la mediación laboral es buena idea o no, y consideran si esperar un tiempo antes de poner solución al conflicto de esta forma puede resultar más conveniente.

Todo depende de la situación, de la criticidad de las circunstancias, del tipo de vínculo establecido entre ambos, de lo que hay en juego… Lo que hace falta es ser práctico y no tirar el fruto de años o meses de trabajo por la borda. Hace falta buscar las medidas que permitan contener los desacuerdos, administrarlos para que cada parte se sienta escuchada y encontrar una resolución al conflicto, preferiblemente extrajudicial, que no perjudique ni al negocio, ni a la asociación.

En tu caso, ¿debes recurrir a la mediación laboral? La respuesta estará en función de con cuál de las siguientes situaciones te veas más identificado:

  • La mediación laboral puede esperar. Detener las peleas antes de que comiencen es la mejor forma de evitar sus efectos. Si hay asuntos que probablemente desembocarán en desacuerdos, la planificación puede ayudar a atajarlos antes de que se manifiesten. Establecer las responsabilidades específicas de antemano para una división del trabajo equitativa, actuar con transparencia y resolver cada problema buscando la mejor solución para el negocio puede bastar para no tener que recurrir nunca a la mediación laboral.
  • Inspirándose en las técnicas de mediación laboral. Es cierto que cuando se tiene encima la responsabilidad de un negocio cada decisión puede parecer crucial, además de personal. Precisamente el adentrarse en la esfera de las emociones y los sentimientos, en vez de ceñirse a la objetividad de datos y cifras de trabajo es, además de inevitable, sobre todo en empresas pequeñas y medianas, muy difícil de gestionar. La clave para que la situación no termine afectando a los resultados está en tener paciencia, escuchar a la otra parte y tratar de entender su posición. Cuando resulte complicado, será preciso recordar que ambos compartieron una visión para el negocio, que se está haciendo realidad gracias a la aportación conjunta. En ocasiones hay que saber valorar un punto de vista diferente al propio, aun cuando no se esté del todo de acuerdo.
  • Optando por la mediación laboral. Existen momentos y circunstancias en la vida de un negocio en el que sería demasiado arriesgado dejar una cuestión importante sin resolver. La mediación laboral o el arbitraje pueden ayudar a zanjar una disputa gracias a la intervención de profesionales que saben cómo hacer que el proceso sea más rápido y limpio, consiguiendo orientar a las partes hacia el resultado más favorable para ambos.

Los conflictos son un hecho, pero no se puede perder de vista el objetivo más amplio: resolver el desacuerdo de la forma más amistosa y eficaz posible, para poder seguir dirigiendo un negocio saludable y en crecimiento. ¿Puedes solucionar tus conflictos o crees que necesitarás recurrir a un experto en mediación laboral?

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