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¿Cómo serán los supermercados del futuro?

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Hace unos meses atrás, los periódicos y las redes sociales se vieron invadidos por la apertura de nuevo supermercado altamente tecnológico, en donde no es necesario pasar por la caja y pagar lo comprado, al salir de las instalaciones. El Amazon Go.

Amazon ha iniciado una carrera en el negocio de los supermercados pero sin apartarse de su foco principal, la tecnología. Según se explica en las redes sociales de la empresa, Amazon Go utiliza una tecnología de compra avanzada, los sistemas más sofisticados de aprendizaje automático, visión computacional e inteligencia artificial. Cientos de cámaras y sensores electrónicos vigilan desde el techo a cada uno de sus clientes, para identificarlos y controlar los productos que seleccionan. Los estantes también cuentan con sensores que indican si se ha extraído o si se ha devuelto alguno de los productos. Los clientes, al ingresar al supermercado, deben pasar su celular con un código QR, generado por la App de Amazon Go,”Just Walk Out”, por el scan del acceso y cada compra es facturada electrónicamente y enviada a las tarjetas de crédito de los usuarios, una vez que salen de la tienda.

Sin embargo, Amazon Go no es el único supermercado del futuro.

Tesco, la cadena multinacional de locales de venta al por menor con sede en el Reino Unido, en el año 2011, en Corea del Sur, lanza la brillante idea Tesco Home Plus. Luego de un análisis de la cultura surcoreana, desarrolla una tienda virtual. Se colocan posters representando los estantes del supermercado (la tienda virtual) en sitios altamente transitados, como por ejemplo el subway, la estación de ómnibus y en espacios públicos, en donde cada producto tiene un código QR. El usuario se descarga la App Homeplus en su smartphone, se posiciona frente a la tienda virtual y escanea el código QR del producto que desea adquirir, agregándolo a su pedido. Luego de confirmar la compra, define el lugar, el día y la hora en la que desea recibir la orden, el pago es efectuado electrónicamente y la entrega se realiza en tiempo y forma.

Algunos años después del éxito de Tesco en Corea del Sur, en 2016, surgieron varias otras ideas sobre cómo debería ser el supermercado del futuro. Un ejemplo que no llegó a materializarse (aún) es el Drive Market, un concepto diseñado por el inventor ruso Semenov Dahir Kurmanbievich. Drive Market consiste en un supermercado en donde las compras se realizan directamente desde el automóvil. Para explicarlo de una forma simple, es la combinación del Automac de MacDonlad’s con un supermercado. El cliente llega en su vehículo a una instalación de dimensiones adecuadas, ingresa conduciendo y se posiciona en “estaciones” o islas donde puede seleccionar sus productos desde un circuito vertical con distintos niveles o estantes contenedores. A medida que los toma, los deposita en una cinta transportadora que los conduce hacia la caja, donde una persona empaca los productos, cobra el pago y realiza la entrega al conductor cliente. Sobre el piso superior, toda una inteligencia logística con mecanismos automáticos y con personal calificado, organiza y repone los productos a medida que van siendo comprados, utilizando un concepto kanban o just in time.

Probablemente la necesidad de espacio, la infraestructura, resolver la problemática de la concentración de emisiones producto de la combustión de los motores de los vehículos, el nivel de ruido, entre una amplia cantidad de variables, ha hecho que el Drive Market no se haya concretado y aún permanezca en estado concept. Sin embargo, no deja de ser una alternativa de supermercado del futuro.

Otro ejemplo, pero materializado por medio de un prototipo, es el diseño creado por la alianza Accenture, Avanade y Microsoft, para la cadena de supermercados Coop Italian Food. En este caso, la tecnología crea un supermercado digital, donde la variante no está sobre la metodología de compra sino en la experiencia de compra del usuario. Touch screens, kinetic sensors y displays son las palabras más utilizadas para definir a este supermercado. El cliente recorre los stand de productos y con apuntarlos con el dedo o simplemente mirarlos, aparece información precisa y oportuna sobre dicho producto en cuanto forma de cocción, fabricación, detalles de aportes energéticos, composición saludable, entre otros. Todo el proceso de compra es similar al de cualquier supermercado, pero la experiencia es completamente kinetic.

Ahora, si del supermercado del futuro hablamos, tenemos que dar el máximo reconocimiento al Moby Mart. Un supermercado completamente autónomo, que no espera a que el cliente llegue a él, sino que sale a su encuentro. Bajo un formato de trabajo 24/7, cuando se queda sin stock vuelve al almacén general para reabastecerse y volver a salir. Además, la interconectividad de las tiendas Moby permite que ante fluctuaciones de la demanda, se reúnan e intercambien sus productos sobrantes o faltantes. En caso de emergencia, Moby cuenta con drones en su cubierta, listos para entrar en acción.

Es el robot que identifica la imagen de este post que, montado sobre ruedas, es un supermercado móvil, autónomo y sin la presencia humana que lo conduzca. El cliente se encuentra con Moby, ingresa identificándose por medio de su smartphone y un asistente holográfico lo guía en su experiencia. Luego de realizar la compra, todo es debitado electrónicamente desde la tarjeta de crédito del cliente. Si bien está pensado para productos de rutina como leche, fast food o medicamentos de venta libre, el diseño no se limita y se proyecta incluso al rubro del calzado e indumentaria.

Moby Mart está diseñado por café Wheelys en conjunto con un equipo de la Universidad Tecnológica Hefei, en China, y la startup de venta al por menor, Himalafy. El techo de Moby está equipado con paneles solares que alimentan su motor eléctrico para el desplazamiento. Actualmente se está probando un prototipo en Shanghai.

A modo de conclusión, el avance de la tecnología, la interconectividad, la Internet de las Cosas (IoT), los vehículos autónomos, las energías alternativas y principalmente la tendencia hacia confiar en el comportamiento de las personas, deja un signo de interrogación sobre cómo serán los supermercados y su logística en el futuro.