Descubre las "Bad Practices" a tener en cuenta en innovación para no caer en ellas en el artículo de OBS 

¿Conoces las malas prácticas en innovación que como directivo deberías evitar?

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Durante este último año muchas empresas han tenido que digitalizar parte de sus procesos para continuar pudiendo comercializar sus productos o servicios. Pero además en muchas de ellas esta transformación forzada les ha hecho darse cuenta de la necesidad de incorporar la innovación en su estrategia de negocio, sea para desarrollar nuevos productos o para nuevos servicios como para innovar sobre los existentes dotándoles de nuevas funcionalidades o mejorando sustancialmente las que tienen. 

Pero que exista una voluntad de incorporar la innovación no es suficiente para que una empresa se convierta en innovadora. Lo que la dirección o la gerencia debería tener claro es que ellos son los máximos responsables de que en una empresa se innove o no se innove

Una de las ventajas que tiene ser docente en el ámbito de la innovación es que a lo largo de los años los alumnos explican cómo se desarrolla o no se desarrolla la innovación en las empresas en que trabajan o han trabajado. Una visión que se complementa con las vivencias que he tenido y que permiten exponer algunas de las situaciones que deberían evitarse. 

De todo ello se pueden recoger lo que podríamos considerar las “bad practices” en innovación.

"Bad Practices" a tener en cuenta para no caer en ellas: 

  • Desarrollar proyectos de innovación en los que solo participa un departamento, y en que además se escogen para formar parte del equipo del proyecto solo a empleados de ese departamento, independientemente de su formación, conocimiento o capacidades. Cuando en una empresa se visualiza que la innovación es cosa de unos pocos, entonces no se crea cultura de innovación. 
  • Que los líderes y gestores de los proyectos de innovación sean siempre las mismas personas, o en la situación extrema de que siempre sea la misma porque es quién lleva más años en la empresa. Esta situación presenta un elevado riesgo, especialmente en el caso de que solo sea una persona, porque si por cualquier motivo esos líderes se van de la empresa, los proyectos se van a resentir dramáticamente. 
  • Exponer al equipo de innovación que no hay mucho dinero para invertir en innovación (o en I+D) y que ser austeros, mientras tanto se gasta más en marketing y eventos de publicidad pese a lo cual se mantienen el mismo nivel de ventas. En muchas ocasiones no se evalúa el resultado de las inversiones/gastos de marketing de la misma forma que para la innovación. 
  • Desarrollar proyectos de nuevos productos en los que no participa el área de operaciones de forma que las soluciones que se desarrollan o la forma en que se ha de fabricar el producto o montar los componentes no está optimizada.  
  • Exigir a los empleados ser innovadores y que propongan continuamente nuevas ideas, pero sin reequilibrar esto con su actual carga de trabajo. Provocando a menudo situaciones de sobrecarga en esos empleados. Esta sobrecarga lo que provoca es que las innovaciones que se generan tengan habitualmente menor calidad por qué no hay tiempo para hacer todo lo que se les pide de forma razonable. 
  • Mantener situaciones en las que hay alta rotación de empleados, aunque aumenten los ingresos y los beneficios. En estas situaciones se producen pérdidas que quedan maquilladas por los altos beneficios, pero sobre todo hay una pérdida de capital intangible y conocimientos que no se contabiliza pero que afecta a la capacidad de innovación. 
  • Establecer unos variables salariales para la dirección vinculados a resultados a corto plazo. Como sabemos la innovación es una inversión, y como toda inversión tiene un periodo de retorno que puede ser de varios ejercicios. Si los incentivos para los directivos de la empresa se ven penalizados por aquellas decisiones que generan menos beneficios en el corto plazo, entonces sus decisiones serán cortoplacistas. 
  • Dar una medalla a la persona que ha tenido la idea y al equipo que ha desarrollado una innovación, y repartir los beneficios que genera esa innovación entre la dirección. Tras esto es habitual que los empleados dejen de proponer buenas ideas.  
  • Tras desarrollar una innovación, solicitar y registrar una patente de invención a nombre del gerente de la empresa cuando el inventor ha sido uno de los empleados. Si bien el inventor tiene derecho a que conste su nombre, en muchas ocasiones no se hace, y el empleado tampoco hace el requerimiento para que se corrija esa situación. A menudo al cabo de un tiempo el inventor deja la empresa y se va con sus buenas ideas a otra parte, o decide establecerse por su cuenta para desarrollar sus ideas. 

Estas son algunas de las malas prácticas en innovación que he vivido o que me han explicado. Por favor, recordadlas y no tropecéis en estas piedras vosotros también. Uno de los consejos de Elon Musk a sus empleados era evitar seguir una regla de la empresa que pudiese ser publicada en una caricatura de Dilbert