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Design Thinking: ¿qué es lo que hay que prototipar?

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¿Qué sabes acerca del Design Thinking? En realidad, son pocas las empresas o negocios que generan un prototipo y salen a evaluarlo con el público target.  Quizá sean las áreas de Marketing y Publicidad las que más han invertido en “testear” productos, servicios y campañas, a través de focus groups. No obstante, si realmente quieres apostar por una propuesta de valor eficaz y conseguir que tus futuros clientes se impliquen con tu marca, ¡esto te interesa!

¿Qué es prototipar?

Prototipar es la cuarta fase del proceso de Design Thinking consistente en un primer modelo de estudio para analizar cómo interactúan las personas con el producto en cuestión. Suele tratarse de una representación o simulación del producto final que nos permite aprender rápido, probando y testeando para incluir las modificaciones en la fase de desarrollo.

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En las empresas que operan con metodologías ágiles, que están centradas en procesos innovadores o en el desarrollo de tecnologías, el prototipado es algo que está muy integrado, incluso aunque este no incluya todas las funcionalidades que deseamos que el producto final tenga.

El prototipado nos ayuda a pensar como creadores y a comunicar con nuestros clientes y usuarios. Una fase crucial para materializar una idea y comprobar si puede ser viable en el mercado al que nos dirigimos.

¿Qué es y para qué sirve Design Thinking?

El Design Thinking (Pensamiento de Diseño) va más allá del hecho de prototipar, es una metodología basada en involucrar al público en el proceso de creación de un producto, aplicación o servicio. El objetivo es generar soluciones que verdaderamente lleguen a satisfacer las necesidades de su público objetivo.

Este proceso permite adelantarnos a los posibles problemas que puedan ocurrir. De hecho, el Design Thinking suele ser muy empleado por las empresas de diseño y en Startups, en empresas que cuentan con equipos de trabajo cuyo mantra es la innovación y la creatividad. Por esta razón cuando hablamos de Design Thinking muchas veces aludimos al término Human-centered design.

Estas son algunos motivos por los que las empresas implementan el Design Thinking en su fase de diseño y desarrollo de productos y/o servicios:

  • Testear y verificar si verdaderamente el producto o servicio encaja con el consumidor.
  • Generar empatía y acercarse de forma creativa a un primer segmento de su público objetivo, favoreciendo el proceso de posicionamiento de marca.
  • Crear una presentación de negocios, pues puede ser clave a la hora de conseguir socios e inversores.
  • Emprender y fundar nuevas Startups.
  • Resolver problemas de forma creativa.

¿Cuántas fases tiene Design Thinking?

El proceso de Design Thinking tiene 5 fases bien definidas

  • DESCUBRIR: Comprender a las personas (divergencia)
  • DEFINIR: Lograr claridad y foco (convergencia. Punto de Vista)
  • IDEAR: Crear alternativas (divergencia en base al desafío planteado)
  • PROTOTIPAR: Generar prototipos (convergencia)
  • EVALUAR: aprender e iterar

Las 3 primeras etapas no son muy diferentes de lo que se ha hecho siempre; quizá con diferentes metodologías. Pero la generación de ideas para nuevos proyectos, productos o servicios suele basarse en una fase de investigación y/u observación, seguida de una etapa de análisis e interpretación de esa investigación. Así, con esa base, se desarrolla la etapa de “idear”.

Sin embargo, hoy el proceso de Design Thinking está pasando a la esfera de lo estratégico porque es una de las formas más eficaces de pensar la propuesta de valor centrada en las personas

Si ponemos en práctica este proceso, en lugar de suponer, le preguntamos a la gente, porque aceptamos que, por más experiencia que tengamos en un sector de actividad, nuestras asunciones pueden estar equivocadas. Ello suele ser producto de cómo se han modificado los hábitos, preferencias y comportamientos de la gente en estos tiempos.

Así, cuando esta disciplina de Pensamiento-Acción forma parte de la cultura de la organización, puede ayudar también a resolver cualquier problema, en el que estén involucradas las personas (internas o externas a la organización).

¿Cómo se utiliza el Design Thinking?

Si se logra definir bien “qué es lo que se quiere probar o validar”, se obtiene respuesta a qué es lo que hay que prototipar

Un buen ejemplo es el que se cita en el libro “Las 10 caras de la Innovación” de Tom Kelley y Jonathan Liltman, que ilustran un caso de prototipado y validación con el target que permitió destrabar un problema de ventas.

En este libro los autores relatan que, cuando comenzó la venta de televisores con grandes pantallas planas, las ventas no despegaban. Aparentemente la barrera no era el precio, sino  que la gente dudaba al no saber cómo quedaría la nueva pantalla en sus espacios y si cabría en el lugar donde tenían su antiguo televisor.

Entonces, a la Jefa de Marketing de un minorista de electrodomésticos, inspirada por unos mapas desplegables que había visto en una visita a Nueva York, se le ocurrió algo similar que podía ayudar a disipar las dudas del público para potenciar las ventas.

Lo que hizo esta marketera fue crear un anuncio publicitario desplegable, que era lo suficientemente pequeño para ser el insert en diarios y revistas. Sin embargo, al desplegarlo, el anuncio mostraba una imagen a tamaño real de un televisor de pantalla plana de 42” (un Prototipo). Con este anuncio, se imaginó a cientos de personas probando “la pantalla de papel en su salón y habitaciones”.

El prototipado de la pantalla plana en papel fue tan efectivo, que las ventas finalmente despegaron y cuentan que, el primer día en que apareció el insert, 6 personas ingresaron al local del minorista diciendo que ya “tenían la versión de papel pegada en el living”.

Lo interesante de este ejemplo, es que se generó un prototipo de lo que se quería evaluar. En este caso lo que se consiguió fue validar si era verdad que la barrera de compra era la incapacidad de los compradores para imaginar cómo podría quedar una pantalla plana en su apartamento. ¿No te parece increíble?

Al “materializar” un producto, una idea, un concepto mediante un prototipo (algo tangible, digital o físico) nos permite discutir con otros sobre algo concreto, para que aparezcan todas esas cosas que no imaginamos y que podemos reformular (iterar). De este modo, podemos llevar a cabo un método económico para optimizar productos, servicios o procesos, a través de aproximaciones progresivas a una solución satisfactoria, mediante un procedimiento de fallo y error.

El objetivo de la evaluación (la quinta fase) es fundamental en el proceso de Design Thinking, porque es el que permite aprender de forma muy rápida.
Quizá el prototipar sea la parte más compleja de esta nueva disciplina. No obstante, es una habilidad que se aprende mediante la práctica y los beneficios en tiempo y costes para la empresa en sus procesos de innovación – sean del tipo que sean. Unos procesos que ameritan la inversión en capacitación y la generación de espacios para que los colaboradores se animen a practicar.

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