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Emprender en España

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Siguiendo con la serie de post dedicados a analizar el estado del emprendimiento en Europa, nos vamos a centrar ahora en España. Hablar de startups en España es hacerlo de un sector que en estos últimos años ha ido madurando de forma acelerada, atrayendo cada vez a más talento y participando del mismo modo de una reconversión y crecimiento de los inversores, que han ido cogiendo con anza en el mercado nacional.


El año 2017 se inició con un crecimiento en el número de startups en España. Así, según el estudio de la fundación Mobile World Capital, había 3.258, lo que supone que la comunidad de startups española creció alrededor del 20% con respecto al año anterior (2.666 en 2016).


A nivel de distribución, destacan dos ciudades por encima de las demás. Barcelona es la primera, con el 34% de las startups, seguida de Madrid con el 31,5%. Estas, como hemos visto, están en la 5a y 6a posición a nivel europeo. Más atrás podemos encontrar a Valencia, con un 5,5% y Bilbao, con un ecosistema cada más activo y que acoge el 3% de las startups de España.


La influencia de España en el mundo emprendedor la podemos ver reflejada igualmente en un indicador tan transversal como son las aceleradoras y como interactúan con el ecosistema. Entendemos como aceleradora, siguiendo la de nición de Miller y Bound (2011), las entidades que comparten estos rasgos:



  • Tienen un proceso de solicitud con convocatoria abierta y altamente competitivo.

  • Posibilidad de inversión previa

  • Enfocadas a equipos pequeños en lugar de fundadores individuales.

  • Proveen ayuda y seguimiento durante un tiempo, como eventos programados y mentoría intensiva.

  • Normalmente clasificadas por sectores o relacionadas entre ellas de un modo u otro.


Dicho esto, según el informe que presentó Gust en 2016, en Europa se invirtió en 3701 startups que habían pasado por 193 acceleradoras. En este contexto, España se situaba en la tercera posición en número de startups invertidas que habían pasado por una aceleradora, con 428, sólo por detrás de Francia (612) y Reino Unido (992). Si nos fijamos en el importe levantado por las mismas, el estado español subía una posición, con 7458380 euros, teniendo por delante al Reino Unido (15,5 millones de euros).


Este dato viene acompañado del descenso en el número de aceleradoras, que en 2017 se redujo un 4% respecto el año anterior, lo que supone un total de 140. Este movimiento no es, aunque lo pueda parecer, perjudicial ni síntoma de un mercado cansado, sino de madurez: cierran los programas de aceleración horizontales pero aparecen cada vez más aceleradoras e incubadoras corporativas y verticalizadas.