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Factoring: Qué es y en qué consiste

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La liquidez es la savia que corre por las venas de las empresas. Sus gestores o directores financieros deben contar con mecanismos que permitan el acceso a la misma con facilidad, de forma ágil y económica. Uno de los instrumentos con los que cuentan es el Factoring.

¿Qué es el Factoring?

El Factoring es el proceso que permite a una empresa vender sus facturas pendientes de cobro a una entidad financiera o a una empresa especializada. A cambio, reciben el importe de las mismas de forma anticipada con el objetivo de mejorar sus flujos de caja al obtener liquidez inmediata.

La entidad financiera o la empresa especializada en este proceso asume el riesgo de impago por parte del emisor de la factura, cobrando a cambio una comisión o un porcentaje del valor nominal de las mismas. Se trata, al fin y al cabo, de diferentes estrategias de inversión

De esta forma, ambas partes ganan con la transacción: unos porque cobran por sus servicios de financiación; otros, porque pueden obtener liquidez y mejorar sus flujos de caja antes de que sus clientes les paguen. 

La empresa que acude a esta vía de liquidez ha de valorar los costes de la transacción para tener una correcta planificación financiera y no incurrir en gastos innecesarios.

Así, podemos observar que implica a tres partes:

  • La empresa que necesita liquidez.

  • El cliente de la empresa que ha emitido la factura.

  • La entidad financiera o empresa de factoring que busca invertir al comprar factura para obtener después una comisión.

Ventajas e inconvenientes de este servicio

Es cierto que esta téncnica puede ser una herramienta eficaz para las empresas que buscan mejorar su flujo de efectivo, reducir el riesgo de impago, mejorar la gestión del crédito y acelerar su crecimiento. 

Principales beneficios

A continuación enumeramos alguno de sus beneficios:

  • Mejora la liquidez: al vender las facturas pendientes de pago, la empresa obtiene una inyección de efectivo inmediata, lo que mejora su liquidez y le permite hacer frente a sus obligaciones financieras.

  • Reduce el riesgo de impago: la entidad financiera asume el riesgo de impago de las facturas, lo que permite a la empresa que vende las facturas reducir su exposición a este riesgo.

  • Ahorro de tiempo y recursos: al externalizar la gestión de las facturas pendientes de pago, la empresa puede ahorrar tiempo y recursos que puede dedicar a otras áreas de su negocio.

  • Fortalecimiento de la relación con los proveedores: al pagar a los proveedores de forma más rápida y eficiente, la empresa puede fortalecer su relación con ellos y mejorar su capacidad para negociar mejores condiciones comerciales en el futuro.

  • Crecimiento: el factoring puede proporcionar a las empresas el capital necesario para expandir sus operaciones, adquirir nuevos equipos o realizar algún tipo de inversion importante.

Inconvenientes del servicio

Los beneficios son importantes. Sin embargo, es justo valorar también los inconvenientes de este mecanismo de financiación empresarial. 

  • El primero y más claro es su coste. Además de una comisión por el servicio, las entidades de cobro fijarán un tipo de interés en función del plazo de vencimiento de las facturas.

  • Adicionalmente, podría generar un riesgo de imagen para la empresa. Si a los clientes no se les informa de la operación, podrían sentirse molestos. 

  • También hay que tener en cuenta que las entidades de cobro aceptan a los clientes más  solventes y que requieran un menor esfuerzo administrativo.

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Tipos de Factoring

Como ya hemos visto, el factoring es la venta de facturas pendientes de cobro a una entidad financiera o a una empresa especializada a cambio de un anticipo de liquidez. Pero aunque la definición es bastante simple, existen numerosos tipos de factoring. Citaré alguno de los más importantes: 

Sin garantía o sin recurso 

Es el más común. En este caso, la entidad financiera asume el riesgo de impago de las facturas, es decir, si el cliente no paga la factura, el factor (la empresa de cobro) pierde el dinero. 

El proveedor vende sus facturas a la empresa con un descuento, obteniendo de forma inmediata un porcentaje del valor total de las facturas.

Con garantía o con recurso 

El proveedor asume el riesgo de impago de las facturas. Si el cliente no paga la factura, el proveedor debe devolver el dinero recibido de la entidad financiera. Por ello, se solicitan previamente del cliente avales o garantías que se harán efectivos en caso de impago.

Internacional

Se utiliza en operaciones comerciales internacionales. En este caso, la entidad financiera asume el riesgo cambiario y de impago, facilitando el comercio internacional. 

Electrónico 

Se realiza mediante el uso de plataformas tecnológicas que facilitan la gestión y el seguimiento de las facturas. Puede ser interesante para aquellas empresas que quieren reducir costes y mejorar la eficiencia en sus procesos de facturación y financiación.

Con notificación

Se utiliza cuando el cliente del negocio debe ser notificado de la venta de la factura a la empresa de cobro. En este caso, el cliente debe pagar directamente a esta empresa.

En resumen, el factoring es un instrumento al que recurrirán las empresas que necesiten una inyección de efectivo a corto plazo y no quieran esperar a que sus clientes paguen las facturas pendientes. Con ello conseguirán, a través del pago por el servicio, mejorar su flujo de caja y reducir el riesgo de impago.