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Formarse Online: Mitos y Realidades

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Formación online versus formación presencial

Si bien lleva un tiempo en agenda, con el efecto COVID-19 el debate sobre formación online versus formación presencial tradicional vuelve a ponerse sobre la mesa. En este sentido hoy voy a abocarme a desandar mitos construidos en torno a la educación online y contraponerles lo que sucede en la realidad, desarrollando, a la par, sus ventajas

Mito N°1: La formación online es menos exigente y de menor calidad que la formación presencial 

No hay ninguna razón sólida que sustente tal afirmación. La formación online puede estimular el crecimiento intelectual tanto como la formación tradicional. Desde luego que la experiencia universitaria es diferente, pero esa diferencia no quita que la formación sea igual de completa. No solo muchos de los componentes de la experiencia presencial pueden replicarse perfectamente en la modalidad virtual, sino que incluso pueden mejorarse ya que en la cursada online se adquieren, además, competencias digitales. La reafirmación de la autoestima de los estudiantes al autogestionarse, implica mayor exigencia y es también un plus a favor de la educación online. 

Mito N°2: Con la formación online se pierde la interacción con los profesores y los demás estudiantes 

La experiencia de aprendizaje en entorno digital se asemeja mucho a la experiencia vivida en el aula y se cuenta en la actualidad con múltiples herramientas digitales que tienden a fortalecer esta interacción, de modo que la misma sea docente-estudiante, estudiante-docente y estudiante-estudiante, tendiendo a generar, lejos de una percepción de aislamiento, sólidas comunidades educativas y un fuerte sentido de pertenencia a ellas.  

Mito N°3: La formación online no es útil para el networking 

En línea con el punto anterior, no solo esta afirmación no se condice con la realidad, sino que incluso las posibilidades de networking se multiplican de manera exponencial, con el plus de posibilidad de contactarse con personas de otros países y otras realidades, incrementando con ello las posibilidades laborales y ampliando la perspectiva. 

Mito N°4: Hay que tener amplios conocimientos tecnológicos para acceder a la formación online 

La formación online no es de ningún modo privativa en cuanto a conocimientos tecnológicos y promete serlo aún cada vez menos. Las plataformas son muy intuitivas y suelen contar además con equipos de guía y asesoramiento permanente para resolver cualquier inconveniente técnico o necesidad de soporte de los estudiantes. Además, los Learning Manager Systems (LMS) permiten la automatización de procesos, la gestión de tareas y la publicación y acceso a recursos educativos sin la necesidad de grandes conocimientos informáticos tampoco por parte del claustro y del personal administrativo. 

Mito N°5: La formación online es antisocial y los estudiantes están a la deriva 

Si bien es cierto que una de las ventajas que ofrece la formación online es la flexibilidad que permite adaptar los momentos de estudio a la vida de cada uno de los estudiantes, no por ello se trata de una formación en soledad ni de modo alguno aislada. Por el contrario, las instituciones dedicadas a la formación online prestan especial atención a la generación de comunidades de aprendizaje, proponen actividades centradas en el aprendizaje colaborativo y participativo, e impulsan el intercambio a través de múltiples herramientas que permiten una conexión continua entre estudiantes con sus pares y con sus profesores generando una gran interacción. Entre estas herramientas podemos mencionar videos, wikis, blogs, podcasts, chats, presentaciones animadas y muchas otras, además del intercambio que favorecen los tableros de discusión, los foros de debate o las sesiones sincrónicas de videoconferencias, por mencionar solo algunas.  

Mito N°6: Es más fácil hacer trampa 

Es sencillo derribar este prejuicio, ya que en la formación online suele evitar trabajar con evaluaciones de verdadero-falso o simples multiple choice, por el contrario, los métodos de evaluación son todo lo innovadores que requieren las circunstancias, pero, por sobre todas las cosas, se realiza un seguimiento de cada estudiante en todo el proceso de aprendizaje evitando evaluarlo por el resultado de un examen aislado. 

Habiendo derribado los principales mitos construidos en torno a la formación online, considero importante destacar los beneficios que tiene este tipo de formación por sobre la tradicional presencial, para que el futuro estudiante lo tenga en cuenta al momento de evaluar sus opciones.  

La formación online es desde todo punto de vista más económica; es más rápida; es más flexible, ya que está especialmente diseñada para adaptarse a las necesidades particulares de cada estudiante en su individualidad y no entendido como parte de un conjunto homogéneo, dándole la libertad de acomodar sus horarios pero también permitiéndole acceder desde cualquier sitio, espacio o dispositivo. Y por sobre todas las cosas es mucho más internacional ya que permite contar con la participación tanto de estudiantes como de docentes de todas partes del mundo, lo cual sería, sino imposible, extremadamente costoso, para la formación de tipo presencial. Esto genera un alto sentido de pertenencia a una comunidad internacional que les abre a los estudiantes, a través del networking, posibilidades profesionales a nivel global.  

Es importante tener en cuenta que cuando los cursos no son interactivos, no tienen suficientes apoyos que sostengan el interés en la interacción mediada por una pantalla, cuando la plataforma no es amigable, el conocimiento no supera lo que puede encontrarse en Internet o la relación con docentes-directores de programa y alumnos-pares no es fluida, se genera una gran frustración.  

En todo caso la clave está en elegir la formación online en instituciones de prestigio y que hayan diseñado su currículo especial y específicamente para ser impartida de manera online, puesto que la modalidad online es un nuevo escenario con un lenguaje propio, tanto en su forma de comunicar, como de “generar presencia” que no es mediante la presencialidad. El estudiante vive una experiencia a lo largo de todo el curso, en la que aprende, desarrolla competencias y construye sólidos vínculos a nivel global. Quienes la han atravesado en una institución que haya nacido para formar online, difícilmente vuelven a lo presencial, si encuentran para su actualización continua, propuestas nativas online de calidad.