Genoveva Purita, habilidades blandas

Habilidades blandas: que buscan los empleadores en 2021

Blog |

Las consecuencias de la pandemia global, desatada por el COVID 19, se verán en su totalidad, a largo plazo. Sin embargo ya en la actualidad podemos identificar muchos cambios que se han producido en el mercado laboral y en las habilidades  que hay que poseer y/o adquirir para no quedar ni fuera de él ni estancados en una misma posición. Muchas de estas condiciones son requeridas desde hace tiempo, pero en la actualidad cobran importancia vital y absolutamente excluyente debido a las nuevas condiciones en las que se desarrolla el trabajo a partir de este contexto.  

En mi post anterior  “Las Habilidades blandas son poderosas” destacaba que éstas, deben su poder a que nos permiten mejorar nuestra forma de relacionarnos con los demás. Por eso, se considera que las “habilidades más requeridas en el futuro,  serán conductuales y no técnicas” .

Hard skills y soft skills

Todo lo que implique educación formal y perfeccionamiento en las llamadas habilidades duras o “hard skills”, es por supuesto imprescindible para desarrollar nuestro trabajo. Sin embargo, y sin desmedro de todo lo que refiere esta formación, la realidad ha demostrado que no son suficientes y, a partir de la pandemia y del cambio vertiginoso y abismal que implicó el confinamiento, las habilidades blandas o “soft skills” se hacen notar todavía con más determinación a la hora de ser contratados en los empleos a los que queremos aplicar como a la de desarrollarnos exitosamente en los empleos que ya tenemos.  

Por ende no solo “como siempre” sino “especialmente ahora y a partir de este contexto”, la capacitación continua es algo que debe ser práctica corriente de nuestra realidad laboral.  

¿Y en qué deberíamos capacitarnos?  

Como dijimos antes, estar actualizados en nuestro campo laboral es fundamental, estar al tanto de las novedades, es muy importante. También lo es, y más ahora, conocer las nuevas tecnologías, el funcionamiento del mundo digital, de las redes sociales, de la nube, de las diferentes plataformas de videollamadas, sean o no temáticas que, pre pandemia, estuvieran directamente vinculadas con nuestra área de desempeño.  

Pero por sobre todas las cosas, debemos dedicarle especial atención al desarrollo, cultivo y perfeccionamiento de nuestras habilidades blandas que, en la actualidad, resultan vitales.  

En un artículo anterior hablamos en detalle de por qué resultan tan poderosas las habilidades blandas, en esta oportunidad quiero hacerlo en relación directa al mercado de trabajo actual y a las nuevas condiciones generadas a partir de la pandemia que han revolucionado las condiciones en el mundo entero.  

¿En qué invertir tiempo y dinero a la hora de capacitarnos? ¿Qué es lo que tenemos que reforzar?

Por supuesto que la respuesta a estas preguntas es de carácter individual y absolutamente personal, lo que quiero hoy es llamar la atención sobre lo importante que resulta no olvidar  el entrenarse y perfeccionarse en las llamadas habilidades blandas.  

Con el mundo laboral volcado al home office parcial o totalmente y siendo esta una situación que en muchas áreas no solo sucede en fases de confinamiento sino que han llegado para quedarse, hay una serie de competencias con las que resulta menester contar. 

Habilidades que se precisan

Una de ellas está vinculada a la adaptabilidad. Las condiciones a las que obligó masivamente la pandemia atacaron por sorpresa a muchos de nosotros y, al menos en lo que respecta al mundo laboral, lo han llevado mejor quienes contaban con infraestructura en sus hogares apta para desempeñar sus tareas o quienes trabajaban en empresas que contaron con los medios para garantizárselas. Pero en el orden de lo personal, la adaptabilidad a estas nuevas condiciones excede lo vinculado a la infraestructura. ¿Estamos preparados para trabajar en nuestro hogar, en nuestro espacio antes dedicado al ocio, a la vida familiar? ¿somos capaces de autoadministrar el tiempo dedicado al trabajo desde este nuevo espacio y estas nuevas condiciones? ¿logramos la misma concentración y productividad que cuando trabajábamos en una oficina? Estas son algunas de las variables a analizar al momento de evaluar si contamos con una buena capacidad de adaptación a los cambios que, si antes podían llegar a resultar abstractos, en este contexto se tornaron concretos y muy tangibles.  

Sabemos, también desde hace tiempo, que la buena comunicación, como el trabajo en equipo y la colaboración, son habilidades deseadas por los empleadores a la hora de contratar personal, habilidades también asociadas al liderazgo ― mucho más valoradas que la simple jefatura―. Sin embargo, en este contexto, eso que sabíamos se tornó aún más fundamental y por eso son de las habilidades blandas más requeridas en la actualidad, de la mano de la llamada inteligencia emocional, que juega cabeza a cabeza con el coeficiente intelectual y, en ocasiones, le gana.  

En situaciones de crisis, y más aun si son extremas como las que le toca vivir al mundo actual, conocer las propias emociones, hacer un buen diagnóstico de la propia situación emocional es tan importante como poder hacerlo de la de nuestros pares, de nuestros equipos, de nuestros jefes o de nuestros colaboradores. Y ese conocimiento ahora es también necesario hacerlo a distancia, por lo que habrá que agudizar aún más la herramienta.  

La escucha activa, la empatía, la comprensión se tornan tan importantes como la buena comunicación y el trabajo en equipo. Es fundamental poder comunicar bien los objetivos a alcanzar por un equipo que ya no comparte espacio físico de trabajo, proximidad, como escuchar las condiciones en las que cada individuo está trabajando, las condiciones materiales y las emocionales, vinculares, de contexto. Poder escuchar cómo tramita cada colega la nueva realidad por la que atravesamos y saber acompañar, son habilidades sumamente valiosas.  

Y si bien es cierto que las habilidades blandas suelen estar asociadas a la personalidad de cada persona, a su carácter y su propia experiencia y hay quienes consideran que se trata de habilidades naturales, lo cierto es que hay manera de desarrollarlas.  

¿Cómo desarrollar las habilidades blandas? 

Un buen camino es pedir consejo.  

Hay cursos y capacitaciones en línea que pueden tomarse para desarrollar aquello que consideramos que nos falta y/o que podríamos mejorar, y hay mentores a los que podemos recurrir en caso de no poder o no querer hacerlo con nuestros colegas o nuestro círculo íntimo. Pero, si nos es posible, no descartemos pedir consejo. Qué mejor manera que, una vez identificado un inconveniente, pedir opinión, ayuda, a un líder, a un par, un colega o incluso un amigo fuera del espacio laboral que sí domina aquello que a nosotros nos representa una dificultad. Podemos consultarles sus estrategias, sus métodos y ponerlos en práctica.  

La práctica es otra clave. La mejor manera de desarrollar todo tipo de habilidades blandas es practicando. No por nada reza el dicho popular: “la práctica hace al maestro”. 

Y como en todo y como siempre, pero ahora más que nunca: tengámonos paciencia.