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Los corrillos en las empresas

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Está demostrado por estadísticas y estudios que en la mayoría de las empresas debido a los famosos “corrillos”, donde se instan las reuniones y el cotilleo, se puede llegar a perder de 2 a 3 horas diarias  de la jornada laboral.

A parte se añade que durante una época que exista una crisis económica que afecte a la plantilla de la propia empresa, pueda llevar a una preocupación que incremente los rumores.

Los expertos en psicología empresarial recomiendan que las áreas de trabajo sean mixtas, ya que en los departamentos que predominan las mujeres se tiende más a nutrirse de todo tipo de rumores.

Dentro de la rumorología existen una serie de grupos de trabajadores, que inician y focalizan los cotilleos. Podríamos destacar, por ejemplo:

  • El chismoso: es un verdadero experto y profesional de los rumores. Cualquier tema que pueda oír lo convierte en información fidedigna, llevando el rumor a la absoluta preocupación por parte del resto de compañeros con el fin de que se vaya alimentando el cotilleo. Afecta de manera considerable a la productividad del trabajador, contagiando al resto de trabajadores.
  • El jefe insistente: se dedica a ir de puesto de trabajo en puesto de trabajo contando su vida a los trabajadores, y los propios empleados no gozan interrumpirlo porque es el jefe. Ello hace demorar el trabajo y crea desconfianza en las conversaciones.
  • El infeliz: todo lo ve negativo, y en consecuencia puede perjudicar a la moral del resto de compañeros. Suele aparecer en cualquier área de la empresa, justo cuando es necesario un aire de energía y positividad.
  • El llorica: se está quejando constantemente de todo. Aumenta cualquier rumor que le llegue, transmitiendo la preocupación al resto de trabajadores.
  • El parlanchín: es el cacareador que presume y no mide sus palabras, generando especulaciones.
  • El Director que no sabe comunicar: transmite mal y erróneamente la información a los empleados creando confusión, generando todo tipo de rumores. Los empleados no tienen nada claro cuál es el objetivo de la empresa; ello provoca temor e información totalmente desvirtuada.

Hay que tener en cuenta que la típica rumorología procede de una red informal, en la que existe un grupo considerado como fuente importante y se caracteriza por:

  • No puede ser controlado por el Director o Gerente.
  • La mayoría de los trabajadores perciben el rumor más creíble, que las propias comunicaciones formales internas que transmite la Dirección de la empresa.
  • Es utilizada por diferentes grupos internos de la organización, como asistentes, secretarias, delegados, para fines diversos.

La base para que no se cree el famoso “radiopasillo” es que exista una buena comunicación interna, fomentada por la trasparencia evitando todo tipo de malos entendidos.

Habiendo hecho este breve análisis de la comunicación boca en boca. ¿Podría servir para buenos fines, fomentando la relación laboral propia de una empresa?