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Trenes a Hidrógeno

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El tren es el medio de transporte terrestre con menor impacto ambiental en emisiones de dióxido de carbono (CO2), en cuanto a la motorización a combustión interna. Si bien existe una parte de las líneas férreas que están impulsadas por energía eléctrica, aún queda otra gran parte que es accionada por combustible diésel. Es a estos últimos a dónde se enfoca el tren a hidrógeno.

De acuerdo con estudios realizados por la Unife, en Europa existen unos 80.000 km de vías férreas que están si electrificar y son transitadas por cerca de 12.000 locomotoras diésel. Esto representa el 40% del total de vías.

Alemania encabeza la lista de países europeos con mayor número de kilómetros de vías sin electrificar y cantidad de vehículos con motores diésel. Sin embargo, le siguen, en mayor o menor magnitud, países como el Reino Unido, Francia, Italia, España y República Checa, entre otros.

Como parte de la concientización sobre nuestro medio ambiente, más allá de una cuestión de costos y facilidad operativa, los grandes operadores ferroviarios como SNFC, Renfe o Deutsche Banh han fijado un objetivo para el 2035 sobre la eliminación del combustible diésel en sus flotas. Empero, la inversión en catenarias para electrificar las vías es excesivamente elevada como para eliminar al petróleo del radar, en el mediano plazo. Esto ha hecho que se comience a ver al hidrógeno como una alternativa.

El hidrógeno es un elemento que abunda en nuestro planeta y al entrar en contacto con el oxígeno, genera una reacción exotérmica. Para plantearlo desde el punto de vista químico, tanto el hidrógeno (cuyo símbolo es H) como el oxígeno (O) existen en la naturaleza en forma de gases diatómicos (cada molécula contiene dos átomos). En presencia de una chispa, llama o punto incandescente se inicia la reacción entre el H2 y el O2 de forma espontánea, liberando energía, y el producto físico de esta reacción es el agua (H2O). Por lo tanto, la combustión del hidrógeno no genera dióxido de carbono (CO2), motivo por el cual se ha convertido en una fuente de energía del futuro.

Por supuesto que no todo es tan simple. La producción de hidrógeno se puede generar por electrólisis del agua, al separar el hidrógeno del oxígeno. La energía eléctrica puede provenir de la solar, cerrando el circuito de generación limpia o también podría ser producida mediante combustibles fósiles, lo que no ayudaría a las emisiones de CO2. En este aspecto, se debería prestar la debida atención.

De acuerdo con el sitio web de Alstom, en Alemania, Fahma (Fahrzeugmanagement Region Frankfurt RheinMain GmbH), filial de RMV (Rhein-Main-Verkehrsverbundes), llamó a licitación para comprar 27 trenes impulsados con pilas de combustible de hidrógeno.  Alston, el ganador del contrato, entregará los trenes de la gama Coradia iLint en el plazo establecido para su introducción en las líneas regionales en 2022. Dicho contrato, valorado en 500 millones de euros, incluye el abastecimiento del combustible, mantenimiento y suministro de reservas de hidrógeno durante los próximos 25 años. Cabe destacar que en Alemania ya circulan dos trenes de hidrógeno desde septiembre de 2018, en la red Elba-Weser en Baja Sajonia y en 2021 se pretende agregar unos 14 más.

En esta línea, Renfe en España y Eversholt Rail en el Reino Unido, ya están presentando proyectos similares, así como también Francia comienza a mirar hacia esta alternativa.

Por el momento, la tecnología de pila de combustible de hidrógeno es la única que presta un servicio regular de pasajeros, con características similares a las del diésel, prestando autonomías de alrededor de 1.000 km de distancia y velocidades cercanas a los 140 km/h.

Si bien inicialmente se está trabajando sobre el tren de pasajeros, no cabe duda que se trasladará al transporte de cargas. Estas acciones, más allá de las conveniencias económicas para las empresas de transporte, no dejan de ser una mejora para la calidad de vida de nuestro planeta y debemos hacer lo posible para que garantizar que funcione exitosamente.