imagen post blog default

Beneficios del “Startup Way” para gestionar la transformación

Blog |

En mi anterior post – “The Startup Way”: un modo de hacer que están adoptando también las grandes compañías – resumí lo que, para Eric Ries (autor del concepto y libro) son los cinco principios que rigen este nuevo modo de gestionar las empresas, incluidas las grandes, dado que este enfoque sobre la forma de organizarse y trabajar que ha llevado a la cima del ranking a empresas como Amazon, Google, Airbnb y tantas otras que en sus inicios fueron “emprendimientos”, podría ayudar a poner en marcha la transformación necesaria en grandes estructuras a las que les está costando encontrar la fórmula para tener un crecimiento sostenido a través de la innovación continua.

Eric Ries, hace especial énfasis en que, el hecho de comprometer a todos los niveles de la organización a aceptar y apoyar esta nueva modalidad de trabajo, no implica en absoluto que cada una de las áreas o equipos de trabajo se tenga que convertir en una  pequeña startup, sino que el objetivo es que las áreas funcionales tradicionales no le pongan palos en la rueda y colaboren con lo que esta pequeña estructura (dentro de la estructura general) necesita.

Puntualiza también que, aún cuando las personas de la organización se entusiasmen con la  idea de adoptar una  nueva modalidad de organización y trabajo, como parte de la estrategia de transformación, eso no significa que mágicamente cada empleado empezará a actuar como un emprendedor interno.

Lo que el autor plantea es que el objetivo es abrir el juego para que, aquellas personas que tienen perfiles emprendedores, puedan dar rienda suelta a estas habilidades y competencias y empezar a operar como unidad de startup validados por la dirección y de forma confiable. Es dar la oportunidad a los empleados de actuar como empresarios.

El beneficio de abrir el juego y “dar permiso” permitirá la aparición de aquellas personas dentro de la organización que se inclinan naturalmente por esta forma de trabajo (muchos de los millennials) y alentará a otros a asumir nuevos desafíos.

La propuesta que hace Eric Ries es la de unir los mejor de ambos mundos, es decir, la agilidad y capacidad de innovación que tienen las startups, con la estabilidad, solidez  y eficiencia en el logro de resultados  de las empresas maduras.

El desafío no es menor, porque se propone intercalar estructuras innovadoras que actúan según los principios del Lean Startup (como las mismas startups) en las estructuras funcionales tradicionales para el negocio principal. Pero el autor sostiene que atreverse a llevar a cabo esta transformación, tendría los siguientes beneficios:

  • Entrena y empodera en Liderazgo: a liderar se aprende y las pequeñas startups dentro de una organización ofrecen la oportunidad de entrenar líderes, minimizando el riesgo de las grandes decisiones, pero formándolos en la responsabilidad de responder por las pérdidas y ganancias de esa startup interna.
  • Retiene talento innovador: las personas con capacidad innovadora suelen buscar nuevos horizontes cuando por su función, nivel jerárquico o la propia estructura organizativa de la compañía, no encuentran espacio para liberar esa capacidad que bien podría ser explotada por su actual empleador.
  • Se ahorra esfuerzo, energía, tiempo y dinero: quienes trabajan alineados con la filosofía Lean, Lean Startup o el Startup Way, ponen foco en lo correcto o lo que parece funcionar, desechando rápidamente aquello que frena la agilidad del proceso y no aporta al mismo (tareas, procesos, actividades, recursos, etc.)
  • Introducen la cultura del “fracaso/fallo” como algo altamente positivo y rentable: el modelo startup busca rápido feedback para avanzar o iterar. No se enamora de los proyectos por lo que permite discontinuar aquellos proyectos poco prometedores sin costo político ni psicológico.
  • Va entrenando al personal en la resolución de problemas diversos de forma rápida y ágil: muchas empresas utilizan como herramienta el Design Thinking para aislar problemas complejos de resolver y que un equipo Startup se focalice en resolverlo, observando, experimentando, generando ideas, validando prototipos e iterando si fuera necesario hasta obtener los resultados deseados.

Quizá el principal beneficio de considerar el Startup Way como una alternativa para gestionar la transformación es que ayuda a cambiar el enfoque para la búsqueda de oportunidades y soluciones. Ayuda a  instalar el concepto del “Clientecentrismo”, algo que las startups hacen naturalmente.  Porque la mayoría de éstas han surgido porque un grupo de personas creyó haber encontrado una propuesta  a una necesidad de los clientes y los mercados. Y si bien esto no garantiza ni mucho menos el éxito de esos emprendimientos, sí evidencia el lugar desde el que se paran para pensar en el negocio; marca la diferencia con el antiguo enfoque de la era industrial en la que se pensaba (y se sigue haciendo) en productos y servicios para luego adecuarse al mercado.

Se trata en definitiva de reconocer que algunas personas trabajan de forma diferente y que para aportar en su empresa su capacidad innovadora, necesitan otra estructura, dentro de la estructura organizacional.