El innovador comete errores, sin errores no hay innovación
Se puede considerar que la innovación es una concepción dirigida a la proyección de la estrategia empresarial con vista a mantener la viabilidad de la empresa en el futuro. Por ello se deben tener en cuenta las diferentes caras con las que se puede ver la empresa. Y de estas diferentes caras considero que las principales son dos: los empleados y los clientes.
Sobre los empleados hay que tener interiorizado que: “No hay empresas innovadoras sino empresas con personas innovadoras”. Esto hace que debamos tener un pilar de la innovación que sustente todo lo que se refiere a las políticas de gestión de las personas, campo en el que el área de Recursos Humanos tiene mucho a aportar.
En este aspecto uno de los problemas que se pueden presentar es que el Director General de la empresa no tenga espíritu innovador, con lo que se plantea la dificultad de que la empresa se convierta en una líder en innovación. Ante esta situación se puede introducir en la empresa de forma sutil un cambio de comportamiento que tiene mayor eficacia que consiste en hacer primero cambios sencillos en lugar de pretender implementar grandes programas para el cambio. Esto se debe a que debemos tener en cuenta la frase de Maquiavelo que dice: “El innovador se transforma en enemigo de todos los que se beneficiaban con las leyes antiguas, y no atrae sino la amistad tibia de los que se beneficiarán con las nuevas”. No tener en cuenta esto es una fuente de frustración.
Pero además hay que ser conscientes que en las empresas se producir un prejuicio en la selección de los individuos más creativos como líderes porque se apoya la selección de líderes entre los que quieren preservar el statu quo que a lo que tienden es a desarrollar soluciones factibles pero que son relativamente poco originales, con lo que las innovaciones son siempre incrementales con lo que dificulta la diferenciación.
Por ello si queremos que nuestra empresa se convierta en innovadora debemos aceptar que nuestros empleados cometan errores, y si no lo aceptamos... jamás seremos innovadores. Uno de las contradicciones que se producen en algunas empresas es que se pretende que cuando se desarrollan proyectos de innovación estos tengan siempre un resultado exitoso, que no haya ningún error y que todo salga bien como se había planificado. Pero cuando se planifica al detalle para que se cumpla lo que se quiere lo que obtenemos es poco innovador.
Al respecto es oportuno recordar la cita que dice que “cuanto más competente es una persona más errores comete”. Y esto se produce porque las personas competentes no solo piensan sino que sobre todo actúan, y al actuar existe una posibilidad de que se equivoquen. Y aquí es donde se constata su competencia porque son capaces de aprender de esos errores y desarrollar los medios para evitar que se reproduzcan, pero además porque explican cómo se han producido esos errores y comunicar al resto de la empresa ese conocimiento para que no lo repitan. En una empresa en que por miedo los empleados esconden sus errores lo que se está haciendo es permitir que se repitan indefinidamente, con el coste y pérdida de beneficios que supone.
Otro aspecto es la selección de las personas que forman los equipos de innovación y aquí hay que ser conscientes que si en una barca donde todos los remeros son zurdos, reman por el mismo lado y lo único que hacen es dar vueltas en círculos. Por esto a la hora de escoger los miembros de un equipo hemos de procurar que tengan diferentes perfiles y realicen roles diferentes tanto dentro como fuera del equipo. La existencia de visiones diferentes es lo que da distintas perspectivas en el desarrollo de las innovaciones.
Recordemos que en la innovación tiene una característica destacada que es que puede desarrollarse en cualquier área de la empresa y por cualquier empleado de la empresa. Siempre existen aspectos en los que se puede innovar ya que todo puede mejorar, si queremos. Muchas veces la innovación nace porque algún empleado de la empresa observa que el trabajo que está realizando no es lo óptimo que podría ser, y utilizando su creatividad y su ingenio piensa en una posible solución. En esta situación si ayudamos a los empleados a desarrollar sus propuestas lo que hacemos es dar pie a que se produzca entre los empleados una vinculación emocional mayor con la empresa y con sus objetivos. Pero si en vez de fomentar la iniciativa de los empleados lo que hacemos es impedir que se impliquen con su trabajo sino que lo que se les pide es que no piensen entonces ninguna política de retención de talento o de clima laboral hará que se sientan parte del proyecto de la empresa.
La innovación debe ser un sentimiento en el que los empleados se vean identificados y reconocidos.