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El tipo de tecnologías que usamos en la empresa definen donde podemos innovar

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Uno de los paradigmas que se tienen sobre la innovación es que para innovar hay que usar nuevas tecnologías o que hay que desarrollar nuevas tecnologías. Sin embargo estas situaciones se dan en una minoría de empresas y en determinadas ocasiones. La mayoría de empresas innovan sobre bases conocidos y con tecnologías que ya llevan existiendo cierto tiempo.

Si nos centramos en el aspecto tecnológico de la innovación deberíamos considerar en primer lugar cómo estamos gestionando nuestros recursos tecnológicos, aunque la primera pregunta debería ser ¿estamos gestionando nuestros recursos tecnológicos?

Una forma de saber si tu empresa o una empresa están gestionando sus recursos tecnológicos es preguntar por el “inventario de recursos tecnológicos”, es decir, si se tienen recogidas y clasificadas todas las tecnologías que se utilizan en la empresa. Es importante clasificar las diferentes tecnologías porque esto nos permite poder establecer estrategias y prioridades, así como identificar aquellas tecnologías sobre las que sería más adecuado innovar.

Una tipología de clasificación podría ser la que hace una diferenciación de las tecnologías segmentándolas en cuatro tipos describiéndolas como troncales, periféricas, de base o de diferenciación. Entendiendo que significa cada uno de estos tipos podremos establecer su potencial para la innovación, veámoslo:

  • Tecnologías troncales (o del núcleo). Son aquellas que se vinculan con el core business de la empresa, es decir, las que son críticas para las actividades de la empresa. Son las tecnologías sobre las que se ha construido la empresa, las que forman parte del “arte” de la empresa. Son las que requieren de unas competencias específicas pero sobre todo de unos conocimientos que forman parte del capital intelectual de la empresa e incluso pueden constituirse en secretos empresariales que hay que proteger.
  • Tecnologías periféricas. Son aquellas que no afectan al núcleo de la empresa sino que son necesarias para desarrollar actividades o tareas que no son críticas. Al vincularse a actividades que no son críticas normalmente las competencias y conocimientos necesarios para utilizarlas son más fáciles de obtener.
  • Tecnologías de base. Son aquellas que son necesarias e imprescindibles para desarrollar la actividad y que están también disponibles para la competencia. Por tanto si bien no nos permiten la diferenciación sí que las debemos conocer en profundidad porque son las que el sector considera como fundamentales.

Son tecnologías sobre las que muchas veces se genera la rotación de personal en las empresas porque al ser comunes entre los competidores las ofertas de trabajo tienden a ser mayores. Y si por circunstancias disminuye el número de personas con ese conocimiento su valor en el mercado aumenta.

  • Tecnologías de diferenciación. Son las tecnologías en las que se fundamentan los factores de éxito de la empresa, es decir, aquellas tecnologías que dotan a la empresa de la ventaja competitiva que le permite diferenciarse de la competencia y que se alinean con la visión estratégica. Además son las que se tienen relevancia para aquellos nichos de mercado en los que la empresa se propone crecer. Son tecnologías que normalmente requieren de un conocimiento especializado y donde las fuentes de formación a veces escasean porque no hay suficiente demanda.

Para cada tecnología, además de ubicarla en uno de estos tipos, deberíamos también caracterizarla si la tecnología se puede considerar como emergente, en crecimiento, madura o en declive.

Entonces a la hora de plantearnos innovar con esta información podemos tomar mejores decisiones. Así en un proceso de innovación sistemático una vez se ha acabado la fase de propuestas de posibles innovaciones en producto, servicio o proceso podemos plantear preguntas como:

  • ¿Es conveniente innovar en algo que usa una tecnología periférica que además está en declive?
  • ¿Debemos innovar para sustituir una tecnología troncal madura por una tecnología emergente que “está de moda”?
  • ¿Es conveniente innovar para utilizar una tecnología emergente en un producto que utiliza una tecnología de diferenciación?

En cada caso se pueden plantear las preguntas pertinentes en función de las clasificaciones que hemos establecido.

Una de las utilidades del inventario de tecnologías se da en el momento de establecer las estrategias futuras de innovación para la empresa; especialmente porque los recursos disponibles en las empresas son limitados y hay que priorizar. Aquí es donde es necesario tener una visión tecnológica a medio y largo plazo sobre las posibilidades que nos ofrecen las tecnologías que tenemos en base a su posición en el ciclo de vida de la curva en S de evolución.

Pero también es útil cuando queremos establecer un sistema de vigilancia tecnológica porque aquí es donde tiene importancia saber cómo hemos caracterizado cada una de las tecnologías. En función de en qué estadio se encuentran las diferentes tecnologías y cuál es su clasificación el sistema deberá tener las prioridades establecidas. Si tenemos que una tecnología troncal la hemos considerado en declive deberemos hacer un especial seguimiento de que tecnologías podrían sustituirla porque una nueva tecnología podría tener una especial incidencia en nuestra competitividad o en los modelos de negocio con los que estamos operando.

El inventario de tecnologías también es útil a la hora de decidir en qué otros mercados existe potencial para situar la actividad de la empresa o que otros modelos de negocio se podrían desarrollar en base a las tecnologías que se utilizan en la empresa.

Si no tenemos un inventario de las tecnologías de nuestra empresa es muy probable que intentemos innovar sobre los fundamentos inadecuados y el resultado no tenga el éxito que deseamos.