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Recursos Humanos

Employee journey: etapas, métricas y claves para optimizarlo

Catalina Paya

Hoy en día, entender el employee journey es fundamental para cualquier organización que quiera atraer y retener talento de calidad. Este recorrido no se trata solo de pasar por distintas etapas laborales, sino de todo lo que vive una persona desde que ve una oferta de empleo hasta el día en que deja la empresa. Cada experiencia, cada interacción cuenta, y saber cómo acompañar ese camino puede marcar una gran diferencia en términos de motivación, rendimiento y compromiso.

En un entorno laboral cada vez más competitivo, las empresas que se toman el tiempo de mapear bien ese recorrido del empleado y prestan atención a los momentos clave —como el reclutamiento, la integración o la salida— tienen una gran ventaja, sobre todo, si combinan esa mirada con herramientas de analítica de talento y una gestión cuidadosa de la experiencia del empleado. Así es posible tomar decisiones más acertadas, ajustar procesos en tiempo real y construir entornos de trabajo más humanos y eficientes.

Si te interesa este tema, desde OBS te invitamos con la lectura de este post, en el que se abordarán las diferencias entre employee journey y employee experience, las etapas del employee journey en la empresa, las KPIs clave para medir el impacto del employee journey, entre otros tópicos de interés asociados al tema. 

¿Qué es el employee journey y por qué es clave hoy?

El employee journey, o recorrido del empleado, es mucho más que un concepto técnico: es la historia completa de una persona dentro de una organización. Comienza desde el primer contacto con la empresa —cuando ve una vacante o escucha hablar de ella— y se extiende hasta el momento en que finaliza su relación laboral. A lo largo de este camino, se viven múltiples etapas como la selección, la incorporación, el desarrollo profesional, la motivación diaria y, finalmente, la salida. Cada una de estas fases influye profundamente en cómo el empleado se siente y se desempeña.

En un mundo laboral tan competitivo, global y digitalizado como el actual, prestar atención a ese recorrido se ha vuelto clave. Una experiencia positiva del empleado no solo impulsa la productividad, sino que también mejora el compromiso, fortalece la reputación de la empresa y facilita la atracción de nuevos talentos. 

Por eso, para el departamento de RRHH y la alta dirección, entender y cuidar este viaje ya no es opcional: es una estrategia esencial para construir organizaciones más sólidas y humanas.

Diferencias entre employee journey y employee experience

Aunque muchas veces se usan como si fueran lo mismo, el employee journey y la employee experience son conceptos distintos. 

El primero hace referencia a las etapas que recorre una persona dentro de la empresa, desde que aplica a una vacante hasta que se despide. 

En cambio, la employee experience tiene que ver con cómo vive y siente esa persona cada una de esas etapas.

Dicho de otra forma, el employee journey es el camino, y la employee experience es cómo se siente al recorrerlo. Gestionar ambos aspectos significa no solo planificar bien ese recorrido, sino también asegurarse de que sea una experiencia positiva, coherente con los valores de la organización y capaz de generar compromiso real en quienes forman parte de ella.

Etapas del employee journey en la empresa

Atracción y reclutamiento

El recorrido del empleado empieza incluso antes de que pise por primera vez la oficina o inicie sesión desde casa. En esta etapa inicial, la empresa ya está enviando señales a través de su marca empleadora: cómo se presenta en redes sociales, cómo redacta sus vacantes, cómo gestiona las entrevistas y cómo se comunica con los candidatos. Cada uno de estos momentos cuenta y forma parte de la impresión que deja en quienes están considerando unirse.

Tener un proceso de selección claro, respetuoso y adaptado a la persona puede marcar una gran diferencia. No se trata solo de cubrir una vacante, sino de generar una experiencia positiva desde el primer contacto. 

En un mercado donde los buenos candidatos también eligen a las empresas, cuidar esta fase inicial es fundamental para atraer y retener talento valioso.

Onboarding e integración

Después de la contratación, empieza un momento clave para el nuevo integrante del equipo: su proceso de integración. Esta etapa va mucho más allá de firmar papeles o recibir una capacitación técnica. Se trata de ayudar al colaborador a sentirse parte del lugar, entender cómo funciona la empresa, qué se espera de él y cómo puede aportar desde su rol. Cuando el onboarding está bien pensado, no solo se acelera el aprendizaje, también se fortalece el vínculo con la organización y se reduce la posibilidad de que el empleado se frustre o se vaya en los primeros meses.

En esta fase, cada detalle importa. Desde la bienvenida del equipo, las reuniones con supervisores, el acceso a las herramientas digitales, hasta el acompañamiento de alguien que pueda guiarlo en sus primeros días. Todo cuenta. Brindar espacios para hacer preguntas, compartir información de forma clara y generar confianza desde el inicio puede marcar una gran diferencia. Un buen onboarding transmite algo simple pero poderoso: “nos importa que estés acá”.

Desarrollo y formación continua

El crecimiento profesional dentro de la empresa es fundamental para que las personas se sientan motivadas y comprometidas con lo que hacen. Esta etapa del recorrido del empleado incluye desde la formación técnica hasta el desarrollo de habilidades blandas, pasando por planes de carrera claros y evaluaciones que ayuden a identificar fortalezas y áreas de mejora.

Cuando una organización apuesta por el aprendizaje continuo, no solo está invirtiendo en sus equipos, también está fortaleciendo su identidad como un buen lugar para trabajar. Por eso, es clave que el área de RRHH tenga bien identificadas y comunicadas las oportunidades de desarrollo disponibles, como los programas de upskilling y employee journey que fortalecen la retención de talento.

Acompañar a las personas en su crecimiento profesional es una forma concreta de decirles: “queremos que sigas avanzando con nosotros”.

Engagement y fidelización

Que un empleado se sienta realmente comprometido y valorado no se logra solo con un buen sueldo. Es mucho más que eso, se trata de crear un ambiente donde se reconozcan sus esfuerzos, donde la comunicación sea abierta y honesta, y donde el clima laboral sea agradable y respetuoso. También es importante cuidar cómo se sienten emocionalmente y hacer que tengan voz en las decisiones que les afectan.

Si todo esto se hace bien, el vínculo entre la persona y la empresa se fortalece de verdad. Esta etapa del employee journey es clave para que el empleado se sienta parte de algo, para que conecte con los valores y la cultura de la organización. Cuando eso pasa, no solo quieren quedarse más tiempo, sino que además hablan bien de su lugar de trabajo y se convierten en sus mejores representantes.

Offboarding y desvinculación

Cuando llega el momento de que un empleado se va, también es parte del proceso tratar esa despedida con respeto y cuidado. Aunque termine la relación laboral, la forma en que se gestione la salida dice mucho de la empresa. Una buena despedida puede dejar una puerta abierta para el futuro y hacer que la persona se vaya con buen recuerdo, incluso si la salida no fue por su propia voluntad.

Para eso, es fundamental hacer entrevistas de salida donde el empleado pueda hablar sinceramente, dar retroalimentación y sentirse escuchado. También es importante comunicar claramente los pasos a seguir y hacer que la despedida sea amable y considerada. Así, se demuestra que en esa empresa la gente siempre fue valorada, desde que llegó hasta que se fue.

Cómo evaluar cada punto de contacto

Herramientas digitales y analítica de talento

Gracias a la tecnología, hoy es posible mapear cada interacción del empleado con la organización mediante un journey map en la empresa, además de otras plataformas digitales, encuestas de pulso, software de experiencia del empleado y sistemas de gestión de talento.

La analítica de talento permite identificar patrones, predecir comportamientos y generar insights para optimizar el employee journey. Herramientas como dashboards de feedback, inteligencia artificial y evaluaciones automatizadas permiten un análisis más profundo y en tiempo real.

Indicadores de experiencia y desempeño

Es fundamental evaluar no solo cómo rinde un empleado, sino también cómo vive su experiencia en cada fase de su recorrido dentro de la empresa. Algunas métricas clave para esto son:

  • NPS del empleado (Net Promoter Score): Mide la probabilidad de que un empleado recomiende la empresa como buen lugar para trabajar.
  • Tasa de rotación voluntaria: Indica el porcentaje de empleados que deciden irse por voluntad propia en un período determinado.
  • Tiempo medio de permanencia: Refleja cuánto tiempo, en promedio, permanecen los empleados en la organización.
  • Nivel de satisfacción por etapa: Evalúa qué tan satisfechos están los empleados en cada fase del employee journey, desde la contratación hasta la salida.
  • Participación en programas de formación: Mide el porcentaje de empleados que se involucran en actividades de capacitación y desarrollo.

Estas métricas permiten ajustar los puntos de contacto del empleado y mejorar la experiencia de manera continua.

KPIs clave para medir el impacto del employee journey

Para entender el verdadero impacto del employee journey, es clave definir KPIs  que estén alineados con las metas de la empresa. Algunos de los más importantes son:

  • Tiempo de contratación: Mide cuánto tiempo transcurre desde la publicación de una vacante hasta que se contrata al candidato ideal.
  • Tasa de aceptación de ofertas: Indica el porcentaje de candidatos que aceptan las propuestas laborales que se les hacen.
  • Nivel de engagement laboral: Refleja el grado de compromiso, motivación y conexión emocional de los empleados con la empresa.
  • Productividad por colaborador: Evalúa la eficiencia y resultados que cada empleado aporta a la organización.
  • Coste por contratación: Calcula el gasto total que implica reclutar y contratar a un nuevo empleado.
  • Índice de cumplimiento de planes de desarrollo: Mide qué porcentaje de empleados avanza según lo previsto en sus planes de formación y crecimiento.
  • Retención de talento crítico: Indica la capacidad de la empresa para mantener a sus empleados clave y estratégicos a largo plazo.

Estos indicadores permiten a Recursos Humanos tomar decisiones basadas en datos y alinear el mapa del employee journey con la estrategia de negocio.

El employee journey no es solo un concepto más dentro de Recursos Humanos; es una herramienta clave para crear culturas organizacionales saludables, innovadoras y que realmente cuiden a su talento. Entender bien cada etapa del recorrido y prestar atención a los puntos de contacto del empleado nos ayuda a diseñar una experiencia del empleado que tenga sentido y que realmente aporte valor. Con la ayuda de la analítica de talento y los KPIs de recursos humanos, podemos medir cómo están funcionando estas iniciativas y ajustar lo que sea necesario para fortalecer el engagement laboral y apoyar el crecimiento de cada persona.

Mejorar el mapa del employee journey requiere un compromiso genuino, el uso inteligente de la tecnología y, sobre todo, un enfoque humano que ponga en el centro a las personas. En un mundo laboral que cambia tan rápido, las empresas que sepan adaptarse y cuidar bien la experiencia del empleado tendrán una ventaja clara y duradera para atraer y mantener al mejor talento.

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Catalina Paya

Profesora de OBS Business School. Director de Inspiring Partners Consultora en Gestión y Desarrollo de Personas en Catunga S.L. Experta en Assessment Centers y en habilidades directivas. Posgrado en Desarrollo Directivo, por el IESE y Licenciada en Psicología por la Universidad de Panamá.