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Marketing y Comunicación

Funnel de ventas: ¿cómo optimizar cada etapa para convertir más?

Jorge Tuñón, PhD

El funnel de ventas, o embudo de ventas, es un modelo utilizado en marketing para describir el recorrido que sigue un cliente potencial desde el primer contacto con una marca hasta la realización de una compra, e incluso más allá, hacia la fidelización.

Este modelo se representa como un embudo porque, aunque muchas personas puedan estar expuestas inicialmente a un producto o servicio, solo una parte de ellas avanzará por cada etapa hasta convertirse en cliente final.

¿Qué es un funnel de ventas y cómo se estructura?

El proceso comienza con la fase de atracción, en la que se busca captar la atención de una audiencia amplia a través de canales como la publicidad, las redes sociales, el posicionamiento web (SEO), entre otros. Una vez que la persona conoce la marca, se entra en la fase de interés, en la que el usuario muestra curiosidad y empieza a interactuar con los contenidos o servicios ofrecidos.

Posteriormente, en la etapa de consideración, el cliente potencial evalúa si la solución propuesta se ajusta a sus necesidades, comparando precios, beneficios o leyendo reseñas. La siguiente fase es la de decisión, en la que el usuario está listo para comprar y valora factores como promociones, facilidades de pago o confianza en la marca. Tras la compra, también entendida como fase de acción, la etapa final del funnel es la fidelización. En ella, se intenta que el cliente se convierta en recurrente e incluso recomiende la marca a otros.

Esta fase es crucial para reducir los costes de adquisición y mantener un crecimiento sostenido a largo plazo. En definitiva, el funnel de ventas permite visualizar el proceso comercial desde una perspectiva estratégica, facilitando la identificación de puntos críticos, la mejora de las tasas de conversión y la implementación de acciones específicas según el momento del cliente en su customer journey.

¿Para qué sirve el funnel de ventas?

El funnel de ventas es una herramienta fundamental en marketing y gestión comercial que permite visualizar y gestionar el proceso por el cual una persona transita desde que entra en contacto con una marca hasta que realiza una compra —y, potencialmente, se convierte en un cliente recurrente o prescriptor. Se le denomina “embudo” porque, a medida que avanza el proceso, el número de personas se reduce: muchas pueden conocer un producto, pero solo una parte de ellas mostrará interés, un grupo más reducido lo considerará seriamente, y sólo un porcentaje final terminará comprando.

Este modelo se estructura en varias fases: atracción, interés, consideración, decisión, acción y, en muchos casos, fidelización.

Su principal utilidad es estratégica: permite a las empresas identificar cuellos de botella, entender por qué los usuarios abandonan el proceso en ciertas etapas, adaptar los mensajes según el nivel de madurez del cliente y aumentar la eficacia de las acciones de marketing y ventas.

Además, permite integrar automatizaciones y optimizar los recursos, centrándose en aquellos clientes potenciales con mayor probabilidad de conversión.

Ejemplos de cómo utilizar el funnel de ventas

A continuación, se muestran algunos ejemplos reales que ilustran cómo diferentes organizaciones utilizan el funnel de ventas para mejorar su desempeño:

1. Optimizar campañas de marketing digital

Ejemplo: Zalando (e-commerce de moda)

Zalando puede lanzar una campaña en Instagram para atraer usuarios a su web (fase de atracción). Una vez allí, los usuarios que se suscriben a la newsletter entran en la fase de interés. Si alguien añade productos al carrito, pasa a la fase de consideración, y al completar la compra, a la fase de acción. Analizando el funnel, Zalando detecta que muchos usuarios abandonan el carrito, por lo que decide implementar recordatorios automáticos o descuentos personalizados para mejorar esa etapa.

2. Reducir el coste de adquisición de clientes

Ejemplo: Banco Santander (sector financiero)

El banco lanza una campaña para captar jóvenes con una cuenta sin comisiones. Al estudiar su funnel, observa que muchos usuarios llegan al formulario (consideración), pero no terminan de enviarlo (decisión). Descubren que el formulario es demasiado largo. Simplificando, aumentan la tasa de conversión sin necesidad de invertir más dinero en publicidad.

3. Planificar contenido relevante para cada etapa del cliente

Ejemplo: OBS Business School (educación superior)

OBS usa el funnel para segmentar a sus leads: a quienes recién descubren la escuela (atracción) les envían artículos sobre tendencias laborales. A los que han descargado un folleto (consideración), les mandan testimonios de exalumnos. Y a los que ya han solicitado información (decisión), les ofrecen entrevistas personalizadas con asesores. Así aumentan la conversión sin saturar al usuario con contenido irrelevante.

4. Fidelizar y retener clientes a largo plazo

Ejemplo: Apple (tecnología)

Apple no solo lleva a sus usuarios a la compra (iPhone, Mac…), sino que trabaja muy bien la fase de fidelización: ofrece actualizaciones frecuentes, un ecosistema cerrado que incentiva futuras compras y una experiencia postventa muy cuidada (AppleCare, Genius Bar). Así mantiene a sus clientes dentro del funnel incluso después de la primera compra, convirtiéndolos en promotores de la marca.

5. Automatizar el proceso de ventas

Ejemplo: HubSpot (software B2B)

HubSpot emplea su propio CRM para automatizar acciones dentro del funnel: si un lead descarga una guía (interés), automáticamente entra en una secuencia de correos que lo lleva hacia la demostración gratuita (consideración) y luego a una llamada comercial (decisión). De esta manera, el equipo de ventas solo dedica tiempo a leads realmente cualificados.

Estrategias efectivas para cada etapa

Optimizar cada fase del funnel de ventas permite mejorar de manera significativa la tasa de conversión de usuarios a clientes, así como fortalecer la relación posventa.

Cada etapa del embudo responde a un nivel distinto de madurez en el proceso de decisión del consumidor, por lo que requiere estrategias diferenciadas, alineadas con sus necesidades e intereses en cada momento.

1 - Atracción

En la fase de atracción, el objetivo es dar visibilidad a la marca y captar la atención del público objetivo. Para optimizar esta etapa, se recomienda implementar una estrategia de contenidos sólida basada en SEO, presencia en redes sociales y campañas de publicidad digital (SEM) que utilicen una segmentación adecuada. El uso de formatos visuales, como vídeos cortos o infografías, puede aumentar el alcance y mejorar la tasa de clics. Asimismo, la colaboración con creadores de contenido o medios especializados puede ampliar el impacto entre audiencias específicas. Las métricas más relevantes en esta etapa suelen ser el número de visitantes únicos y el coste por clic (CPC).

2 - Interés

Durante la fase de interés, se busca generar una primera conexión con el usuario, logrando que profundice en el conocimiento de la marca. Para ello, resulta eficaz ofrecer incentivos de valor como ebooks, guías, descuentos o acceso a webinars a cambio de datos de contacto. También es clave garantizar una experiencia de navegación fluida y un diseño web que favorezca la permanencia del usuario. La personalización de contenidos, basada en el comportamiento de navegación, contribuye a mantener el interés. En esta fase, se deben monitorizar indicadores como la tasa de conversión de visitantes a leads y la duración media de las sesiones.

3 - Consideración

La fase de consideración implica que el cliente potencial está valorando distintas opciones antes de tomar una decisión. En este punto, es esencial aportar argumentos diferenciadores, como testimonios de otros clientes, casos de éxito o comparativas con la competencia. El envío automatizado de correos electrónicos segmentados (lead nurturing) permite reforzar la relación con el usuario y resolver dudas específicas. Asimismo, se recomienda proporcionar información clara y transparente sobre beneficios, condiciones y precios. El número de leads cualificados y la interacción con estos contenidos permiten medir la efectividad de esta fase.

4 - Decisión

En la etapa de decisión, el objetivo es facilitar y acelerar el cierre de la venta. Para optimizarla, conviene reducir la fricción en el proceso de compra mediante formularios simples, pasos mínimos y una experiencia de usuario clara. El uso de garantías, pruebas gratuitas o políticas de devolución flexible puede generar mayor confianza. También resulta útil implementar técnicas de urgencia o escasez (por ejemplo, unidades limitadas o promociones temporales), siempre desde una perspectiva ética. En este punto, la tasa de conversión a cliente y el ratio de abandono del carrito son los principales indicadores a observar.

5 - Acción

La fase de acción, entendida como el momento de la compra efectiva, debe ser sencilla, segura y rápida. Se recomienda ofrecer distintos métodos de pago, información visible sobre los costes de envío y confirmaciones automáticas por correo electrónico. La transparencia y el soporte inmediato ante posibles problemas también son elementos fundamentales. Optimizar esta etapa permite reducir el abandono en el último momento y garantizar una experiencia positiva en el cierre del proceso.

6 - Fidelización

Finalmente, la etapa de fidelización tiene como fin mantener al cliente activo y convertirlo en prescriptor de la marca. Para ello, se pueden aplicar estrategias de email marketing posventa, encuestas de satisfacción, programas de fidelización o recompensas por recomendación. El envío periódico de contenidos útiles, ofertas personalizadas o información sobre novedades permite seguir construyendo la relación a largo plazo. Las métricas más relevantes en esta etapa incluyen la tasa de recompra, el Customer Lifetime Value (CLV) y el Net Promoter Score (NPS).

En conjunto, una gestión estratégica y diferenciada del funnel de ventas permite no solo aumentar la eficiencia comercial, sino también mejorar la experiencia del cliente en todas sus fases de interacción con la marca.

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Jorge Tuñón, PhD

Profesor de la Universidad Carlos III y Colaborador de OBS Business School. PhD in International Relatioships at University of Edinbourgh. Project Director at EUCOPOL Jean Monnet Holder.