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Gestión de conflictos en Project Management

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Los conflictos

Se trata de situaciones de tensión entre personas que surgen en todas las interacciones humanas, y que inevitablemente nos vamos a encontrar tanto en el Project Management como en otras facetas de la vida. Un conflicto mal gestionado puede afectar severamente al rendimiento del equipo e incluso llegar a hundir un proyecto, por lo que es importante que los Project Managers estén preparados para este tipo de situaciones. Para ello, pueden utilizar tanto sus propias habilidades interpersonales como las herramientas de gestión disponibles para el Project Management, con el objetivo de ser capaces de prevenir los conflictos en la medida de lo posible; y en caso de que finalmente ocurran, afrontarlos de una manera que minimice sus efectos y finalmente puedan servir para fortalecer al equipo. 

Minimizar la ocurrencia y gravedad de los conflictos 

Aunque la ocurrencia de conflictos pueda ser inevitable, el Project Manager tiene que intentar minimizar su frecuencia y gravedad mediante una correcta gestión de las herramientas que tiene disponibles. Por ejemplo, muchas situaciones de tensión entre los miembros del equipo pueden ser minimizadas mediante una eficaz aplicación de alguna o varias de las herramientas comentadas en anteriores posts este blog, como la implementación de un plan de comunicación que asegure la transmisión de información a tiempo a quien deba recibirla, disponer de una correcta herramienta de planificación que minimice los problemas de gestión en el proyecto, o entre otras una adecuada preparación de reuniones, o de la gestión de los cambios del proyecto.  

Aplicar habilidades interpersonales: empatía 

Una cualidad escasamente repetida cuando se habla de las necesarias para un Project Manager es la empatía, pero se revela fundamental a la hora de gestión de conflictos. El Project Manager debe hacer uso de sus habilidades interpersonales procurando ponerse en el lugar del otro para entender su perspectiva y por tanto sus motivaciones y entendiendo las necesidades de los miembros del equipo. En esa línea, hay que tener siempre presente que pese a que interactuamos con personas nos encontramos en un ambiente de trabajo, por lo que no se deben confundir los términos entre la esfera personal y la profesional, procurando en todo momento mantenerlas adecuadamente separadas. 

Aprender lecciones de la generación de conflicto y solución

Aunque la gestión de un conflicto es en ocasiones desagradable y consume mucho de nuestro tiempo, podemos extraer valiosas lecciones para el futuro sobre las causas que se generaron el conflicto y qué hemos hecho para conseguir solucionarlo favorablemente. En ese sentido, es una buena práctica realizar un post mortem del conflicto en concreto para que los que participaron en él puedan comentar lo que ocurrió y buscar aprender de ello. Si se gestiona bien un conflicto y su solución, es probable que las relaciones entre los miembros del equipo pueden salir reforzadas, mejorando la comunicación y rendimiento del personal de cara a futuras situaciones complicadas.